En la casa del lago [Concluida ✔️]

fogata al final del día

¿Será que lo soñé?

— yo... tú...ayer...

— ¿ayer? — eleva una ceja molesto

Siento como la sangre me quema las venas de la vergüenza.

Es un buen momento para que Nessi aparezca y me trague.

— lo siento...yo...

Me detengo al ver que una sonrisa comienza a aparecer

— ¡eres un idiota!—  le arrojo agua en la cara y comienzo a nadar de nuevo hacia el muelle

— espera... — intenta detenerme pero lo ignoro, — ¡Ava!

— ¡por un momento creí que había hecho el ridículo de mi vida, tarado! — me doy la vuelta aún en el agua

— estaba jugando, ¿o prefieres que me comporte como antes? — pregunta 

¡Definitivamente no!

— me caías mejor así — digo, sin sonar convencional

— ¿en serio? — eleva una ceja incrédulo. Se acerca a mí y me observa sonriendo

Ahora estoy 100% segura que no es un robot.

— bien — me acerco de igual manera a él — ¿quieres jugar? Juguemos, pero yo pongo las reglas ahora.

Finjo que lo voy a abrazar y sin que se lo espere lo hundo en el agua.

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— ¿por qué te comportabas así? —preguntó mientras frotó mís manos

— ¿así cómo? — le echa mas leña al fuego

Pasamos casi todo el día nadando, según él, pescando, aunque no pescamos más que una ligera alergia, también intentó enseñarme a jugar ajedrez, pero mis reglas son <<mis reglas>>  así qué lo convencí de jugar barajas.

Le gané

— como si fueras un robot — sonríe burlon por mi apodo hacia él.

— ¿llevas cuánto? ¿Dos semanas aquí? Casi no nos conocemos —  

¡Auch! eso dolió, pero no lo demostré.

— ¿se supone que eso hacemos no? — pregunto, viéndolo fijamente mientras espero su respuesta

— sí, pero se supone que no debía, tu hermano...

— mi hermano es un idiota— lo corto — lo amo pero es un controlador nato, un perfeccionista en exceso y un celoso sobre protector.

Y más, pero es mi hermano y así adoro a ése tonto.

— él dijo lo mismo, que te amaba, pero agregó que eras obstinada, problemática, sin modales... ¡Ah! Y mal educada.

¡No pues! Gracias por tanta buena fé Gabriel.

Yo también te amo.

— es...envidia — asiento vagamente viendo para otro lado.

— si tú así lo dices...pero por lo que he visto no parece estar equivocado.

Lo miro mal.

Se sienta a mi lado y recuesto mi cabeza en su hombro.

— tal vez tenga tantita razón — sonríe

Puede ser un minuto o semanas, pero es la primera vez para todo en mi vida, y si es él con quien descubriré la vida, que así sea.

Así solo sea, un juego.

Sin enamorarnos

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