¡mal humor...! pero justificado

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¡Un momento!

¿Desde cuando soy tan aventada?

Bueno, en realidad no soy así, pero con él es diferente...

Supongo que no me fue tan indiferente la primera vez que lo vi, digo, si hubiera sido mas amable tal vez yo no hubiera sido tan fastidiosa, o almenos lo habría intentado, pero tampoco es como si con un hola y una de esas sonrisas matazorras que tiene, me hubiera lanzado justo como ahora.

"lo dices a solo dos semanas de conocerlo?, uy si, mucho tiempo" - se burla mi conciencia

Lo que me lleva a pensar

¿Tan fácil soy? ¿O al menos él me ve así?

Me separo abruptamente, me mira confundido. 

¿que se supone que está pasando aquí? ¿después de todo éste tiempo estoy dudando?

Una duda ilumina mi mente, si, lo sé, es irónico,  ¿una duda? Pregunta interna; ¿iluminación? Ver con claridad;

Pero es así, y lo que retumba en mi mente es...

¿Y si solo me está correspondiendo por que planea burlarse de mí en un futuro...?

Esa es la duda

Lo que veo con claridad ahora, es que ahora tiene sentido su repentino cambio.

— ¿ese es tu juego?- entrecierro los ojos en su dirección

— ¿de qué hablas? — me responde con una pregunta, obvia maniobra de evasión.

¡Te caché stone!

— la razón de tu repentino cambio conmigo...quieres burlarte de mi en un futuro — su expresión contrariada cambia a una totalmente diferente

Como si le estuviera contando un chiste, o como cuando cuentas el chiste y no lo entiendes o no le encuentras lo cómico, y dependiendo de la circunstancias, o se ríe cuando lo entiende, o se ríe para no hacerte sentir mal, por lástima.

Pues así fueron sus cambios de expresión éstos instantes.

— espera, ¡tú me besaste! ¿ahora resulta que es mi culpa?— estoy por refutar pero se adelanta — y ahora recuerdo... — mira hacia el cielo meditabundo — ... que quien ponía las reglas, eras tú... ¿Cierto? —voltea su mirada a mí, elevando una ceja de manera triunfal

¡Rayos! Tiene un maldito punto ahí.

— yo...

— además, ¿con quien podría burlarme de ti? ¿Con el monstruo del lago?—  mira hacia el lago

— ¡espera! ¿Hay un monstruo? — y así es como mi concentración se va hacia otro sendero.

— no, y si lo hubiera no te lo diría — se levanta y camina hacia la casa

¿Con que sí, no?

¡Bien!

— ¡oye! Entonces dime, ¿eres bipolar o qué?— camino tras él hacia la casa.

— ¿en serio dudas? ¿Después de tantos días? Después de que he sido yo quien no... - se detiene y me mira

— ha querido — completo por él — porque si por mi fuera, ya lo habríamos hecho, ¿eso piensas? — digo molesta — ¿entonces si crees que soy una fácil? — pasa una mano por su rostro, como signo de frustración, pero no dice nada — porque claro, parezco desesperada, porque ¿quién en el mundo, le haría caso a la rarita vestida de gótica, cierto?- intenta hablar, pero seguro solo es para confirmar lo que he dicho , así que dentro a la casa y lo dejó parado afuera con sus demonios

Ya en mi cuarto, una serie de pensamientos, recuerdos y reflexiones invaden mi mente, me coloco la almohada en el rostro, ahogando así mi frustración.

— ¿cómo es posible que despues de un bonito y divertido día, acabáramos así? — digo para mí misma

¿Por qué inicié esa ridícula discusión sin fundamento? Ya ni yo me entiendo.

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¡Lo odio con todas mis fuerzas!

¡Tontos cólicos de mier...coles!

"quien te manda a ser tan irresponsable de no tener control sobre tu periodo? — me regaña mi conciencia

Me remuevo de un lado a otro sobre la cama, intentado aplacar así éste terrible dolor.

Odio esto, estar aquí, así, y todo lo que me rodea, incluyendo al tarado de afuera.

— ya sé que estas molesta, y no se siquiera porqué empezó esta absurda situación, pero...Ava, ¿qué tienes? — dice luego de entrar del todo a la habitación y verme en tal estado.

— ¡duele! ¡duele como...!— muerdo la almohada cuando un cólico asoma por mi vientre — ¡te odio! — grito

— primero dejame entenderte y luego me dices el porqué — se acerca y me toma la temperatura

¡Ja! Los hombres y su ignorancia respecto al tema.

— Elijah, no es fiebre — aparto su mano 

— ¿entonces...? — deja las palabras al aire.

— te lo simplificaré, —me mira atento — dicen los ancestros que a esto se le llama periodo, y que solo las mujeres lo sufrimos... ¿Por qué los hombres no? ¡es injusto! — sonríe

No quería sonar graciosa

— dejame que haga una llamada — se levanta y camina hacia la puerta 

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— ¿no se supone... — una punzada — que deberías darme algo para el dolor? ¿toallas sanitarias? tú que si sales al mundo exterior, ¿o matarme de una buena vez? — solo me ve un instante y vuelve a cerrar los ojos cansado 

¡De mí!

Un ruido se escucha afuera, rápidamente se levanta y se va de la habitación

No hemos discutido lo de ayer, la verdad es que tiene razón, ya hasta me estaba comportando como si lo que tenemos fuera algo real, con sentimientos y todo.

Creo que él solo lo está dejando pasar, porqué...

No sé porqué

pero a mi respecta, aceptó que fue una pelea tonta, e inmadura, digna de Ava Pierce.

Creo que simplemente me desquité mi mal humor pre-menstrual con él, antes la víctima de mi mal genio de estos días era gabo, pero como él no está aquí.

"Lo siento por ti Elijah, eres quien está mas cerca, el único en realidad."

Escucho pasos afuera.

— ¿así que tu eres la chica fastidiosa de la que he escuchado tanto?

¿Y ella quien es?

En la casa del lago [Concluida ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora