"Existo, luego pienso"

79 13 0
                                    

Descartes dijo " pienso, luego existo"

Mi problema con la vida es que siempre existo y luego pienso.

Sí, porque de lo contrario no hubiera ido a parar a la cárcel tres veces, bueno básicamente dos, porque la tercera vez la abuela movió influencias para que no me volvieran a encerrar, aunque la verdad nunca me encierran mas de dos semanas, ¿por qué? Lo he dicho antes

La abuela y sus contactos, y bueno, no son crímenes graves, casi siempre por "vandalismo", y aquí entre nos,  si pasaba dos semanas por algo tan simple, pues no es mas que por que yo lo pido, esos sujetos de la comisaría, los cuales tampoco es que hayan cometido crímenes graves, o no tanto, enserio saben jugar barajas a lo bien, pero nunca me han podido ganar.

Yo aprendí del mejor, "el defensor samurai asesino" así se presentaba, ¿por qué? Pues era mitad asiático, y decía ser luchador, perdía el control en ocasiones, y en una de esas casi mata a su contrincante, así que lo acusaron de intento de homicidio, según ellos lo hizo de manera intencional, hablaba chistoso y me enseñó a luchar a mí y a Roxy,  otra "reclusa". En fin, uno se hace de amigos no aceptados por la familia. 

Luego salgo y ¿para qué? 

Para escuchar una vida de sermones de la abuela, y otra tanda mas de Gabriel sobre la perdición y mi futuro.

¿Futuro?

Mis padres idearon el futuro perfecto, se desvivieron por él, sus rostros siempre lucían cansados, y casi ni pasaban tiempo con nosotros, para qué, para que el día que se supone, íbamos a disfrutar de los logros de su esfuerzo, chocáramos y cayéramos por un barranco, solo diré que papá no pudo con su cansancio, y mamá lo dio todo por sacarnos a Gabriel y a mi del auto, antes de que este explotara.

Siempre pensé que todo hubiera sido diferente si tal vez hubieran disfrutado un poco del presente.

De los dos, yo no me parezco a ninguno de los dos, Gabriel es su réplica exacta, en todo.

Volviendo a lo importante, existí, y ahora lo estoy pensando.

Pero no hay marcha atrás, y debo decir que, valió la maldita pena, aun siento sus caricias en mi cuerpo, la sensación que sentí anoche y la forma en la que se movía en mi interior y ese... ¡mejor me callo!.

— ¡Elijah!—  mis ojos se desorbitan, al escuchar la voz de Sofía en la sala, por instinto supongo, lanzo de la cama al sujeto que hasta ese momento, estaba sumamente dormido.

— ¿qué te pasa, Ava?- dice molesto mientras se toca la cabeza.

— tu mamá — susurro, se levanta rápidamente buscando su ropa, mientras yo salgo corriendo directo al baño, escucho la puerta abrirse y luego volver a cerrarse.

¡Qué...oso!

Bien, relajate Ava, no hiciste nada malo, solo te acostaste con su hijo, no es para sentir vergüenza, quizá hasta te quiera como nuera.

O quizá no.

— ¡Ava! — Elijah entra rápidamente al cuarto de baño, un pequeño grito sale de mi mientras busco algo para cubrirme.

— ¡no me mires tarado! — con mis manos tapó mis partes nobles.

Elijah se suelta a reír, tanto por haberme asustado, como por mi comentario.

— no es la primera vez que te veo, y después de lo que hicimos no deberías actuar así — dice de forma burlona, acercándose a mí.

— no..., No es eso...es solo...que — al cárajo, tiene razón.

Termino con la poca distancia, besándolo de la misma forma de ayer, con la misma intensidad, o al menos hasta que recuerdo que no estamos solos.

— ¿tu mamá? — pregunto inquieta

— afuera, descargando las compras que trajo — informa antes de volver a besarme y cargarme hasta la ducha, para volver a encargar en mi cuerpo y hacerme suya.

____________________________________________________________________________________________

— y esta es donde ya se podía duchar él solo en la tina. —  suelto una carcajada.

 Esta señora me cae cada día mejor, y no es por maldad, pero tener una aliada contra el robot es único.

Si preguntan que dice Elijah de ésto, Está rojo no se si de furia o vergüenza, suspirando pesadamente cada tanto, intento quitarle las fotos a su madre pero ella, como toda madre que se respeta, con una mirada asesina lo dejó quieto.

- ¡¡¡que ternurita!!! — digo con voz chillona para fastidiar más al aludido, el cúal solo responde lanzándome una de las almohadas del sofá.

— ¿y tu? ¿Tienes fotos de cuando eras pequeña?— pregunta sonriendo 

— sí, bueno creo que ando una en mi billetera — voy a la habitación y busco en la maleta, y sí, ahí está.

Salgo con mi foto en mano hacia la sala, sofia toma la foto y la ve con calma, pero de la nada su sonrisa y su calma desaparece, su expresión cambia totalmente a pánico y la foto cae de sus manos.

Elijah se levanta rápidamente del sofá, le lleva agua a su madre, quien no para de llorar.

Mi cara es un poema, y a decir verdad no veo que pudo haberla puesto así, de la nada

¿Fue mi culpa?

Muchas gracias por leer y darle amor a la historia ❤️
<<Kim>>☘️

En la casa del lago [Concluida ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora