14: Reflexión

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El siguiente día fue un relajo dado que no había ni un solo rastro de Midori ni de sus amigas en toda la escuela. Me dio la impresión de que no habían asistido a clases, por lo menos Midori, o que estaban escondidas en algún lugar del edificio. Tal vez simplemente decidieron no salir de su salón.

En el receso Haruko nos trajo almuerzo a Kato y a mí, felicitándonos por la victoria del día anterior. Fue una decisión muy acertada, pues al llegar a casa nos quedamos en el sillón viendo una de mis películas viejas hasta quedarnos dormidas, lo que imposibilitó que pudiésemos preparar nuestra comida.

Aunque suene absurdo, hay un detalle, junto con lo de quitarse los zapatos, al cual nunca me pude adaptar bien respecto a las costumbres japonesas, y esa era comer con palillos. Es por eso que siempre traía un tenedor que mi bolso. Absurdo, pero útil.

Comimos en el patio ya que había un hermoso clima. El día realmente estaba tranquilo, no sentía miradas ni murmullos: era ideal. Con el pasar de los minutos los chicos se nos unieron en las bancas de los lados. Hanamichi se sentó tímidamente al lado de Haruko, quien con toda la comodidad del mundo le ofreció probar de su comida. Todos, nuevamente, vimos la escena con discreta emoción.

Al cabo de un rato, Takemiya empezó una conversación.

- ¿Qué van a hacer en las vacaciones de invierno chicas?

- Aún faltan dos meses, idiota. - Dijo Noma.

- Es bueno tener planes desde antes ¿no? - Respondió Takemiya.

- Sí, tiene razón. - Interrumpió Haruko. - Con mi hermano y mis padres iremos a las montañas unos días.

- Wow, las montañas. - Cantaron al mismo tiempo. Hanamichi miraba con decepción.

- ¿Y tú Katora? – Preguntó confiado Yohei.

- Yo... supongo que me quedaré entrenando, no debo perder la práctica.

Ya no había cómo esconder la química que había entre esos dos.

- ¿Y tú Stella?

Rápidamente se me pasó por la cabeza el rostro de Sendoh. De alguna manera tenía la extraña ilusión de haberlo conocido a esta altura del año y de qué pudiésemos pasar el tiempo juntos. De algún modo.

- Quería ir a un concierto en Tokio, pero se acabaron las entradas. - Dije finalmente.

- ¿Te refieres a ese musical americano? - Preguntó Haruko.

- Obviamente se refiere a eso, no para de hablar de bendito musical día y noche. - Refunfuñó Kato.

- ¿Musical? ¿Qué es eso? - Preguntó Occus.

- Nada, nada. ¿y ustedes qué harán? - Cambié el tema para no tener que explicar mi afición.

- Bueno, nosotros trabajaremos. - Dijo Noma orgulloso. - Excepto Hanamichi que tendrá que practicar como loco para las nacionales.

La conversación se volvía interesante, pero sonó el timbre para volver a clases. Katora trabajaba ese día, por lo que se iba directo al edificio de arquitectos, así partí con Haruko al entrenamiento de Shohoku.

Estaba sentada observando, pero mi mente estaba en otro lugar. Debía hablar con Sendoh. Estoy segura de que él no sería capaz de burlarse de mí, y yo no le di oportunidad de explicarse.

Sin darme cuenta, la práctica terminó. Ya todos se habían ido y yo seguía inclinada en una pared pensando. El sol, que estaba bajando, pintaba el cielo de un hermoso anaranjado que me dejó encandilada. Mientras volvía mis ojos a la normalidad, se acercó a mí un chico.

Stella 🏀 *SlamDunk*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora