💋100 (The End)💋

808 79 26
                                    

Muchos decían que HongJoong tenía a MinGi comiendo de su mano y que hacía con el rubio lo que le viniera en gana cuando quería, y otros decían que era al revés, que MinGi tenía a HongJoong besando el suelo por el que caminaba.

Habían diferentes teorías sobre lo que sucedía entre ellos, pero para HongJoong su favorita era la propia.

Que eran almas gemelas, obviamente. MinGi era de él y él era de MinGi, y así debía mantenerse.

Aunque poner mucho esfuerzo de su parte era algo esencial, por supuesto. Porque personas que trataban de arruinarle su destino no faltaban, y HongJoong sabía la mejor forma de mantener su final feliz con el hombre que amaba más que cualquier otra cosa.

Algunas vidas se tendrían que sacrificar, lamentablemente, pero eran cosas de la vida. Cosas que HongJoong no podía permitir que afectasen su perfecta vida y relación.

Era simple cuestión de lógica, sin muerte no hay vida, sin oscuridad no hay luz. Y HongJoong estaba consciente que cuando llegase el momento de dar su último aliento pagaría un precio muy caro en el infierno por todos sus actos.

Así que mientras seguía vivo disfrutaría de todo lo que podía bajo cualquier costo, y sabía muy bien qué hacer con quienes se lo impedían.

Con quienes trataban de robarle el amor de MinGi. Esos malditos ladrones no se merecían otra que el peor castigo que podía darles, y tenía todas las ilusiones perfectas en forma de cartas en la mesa para salirse con la suya cada vez que quisiera.

Si nadie se metía con MinGi ni con él, entonces no tendría que correr la sangre de putrefactos usurpadores, y entonces todo estaría bien para todos.

Porque debajo de la ilusión hecha máscara de un chico dulce y perfecto existía un jodido manipulador y asesino a sangre fría que no lo pensaría dos veces antes de deshacerse del siguiente objetivo que le estorbara.

Porque MinGi era suyo, porque así tenía que ser y nadie podría evitarlo.

—Eres mío, y no voy a compartirte con ningún ladrón — Susurró HongJoong al cuerpo que descansaba a su lado en la cama, sin notar nada del mundo al estar sumido en un sueño profundo a causa del cansancio.

Mío, mío, mío.

Tu amor tiene que ser para mí.

Tus caricias tienen que ser para mí.

Tu existencia tiene que ser para mí.

Y no voy a permitir que nos separen jamás, Gigi...

Mine [MinJoong] ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora