Mine [MinJoong] ATEEZ

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HongJoong fue el que abrió la puerta ya que MinGi hablaba con JongHo sobre quién podría estar tocando, y ensanchó aún más su sonrisa cuando al otro lado de la puerta se encontró con la alta silueta de Jeong YunHo y un delicioso pastel de chocolate en manos.

—Hey, YunHo, pasa — Se hizo a un lado y luego cerró la puerta, volteando para ver las reacciones de los otros dos chicos.

JongHo tenía la boca abierta y parecía en shock, mientras que MinGi fruncía el ceño y se mantenía en silencio, examinando la situación.

—Déjame ayudarte para que te quites los zapatos — YunHo le pasó el pastel a HongJoong e hizo lo que el de cabello azul le dijo.

—Hola, chicos — Saludó el rubio con una sonrisa carismática.

—Chaparrito, ¿tú lo invitaste?

—Claro, me parece una enorme casualidad que YunHo viniera a Seúl a mismo tiempo que JongHo, y como creo fielmente en el destino, digo que tenemos que averiguar la razón por la que ocurrió esta casualidad.

—Chaparrito, no quiero llevarte la contraria, mucho menos discutir contigo y lo sabes — MinGi dio un corto masaje a sus cejas, disipando el leve dolor de cabeza que le generaba la situación —, pero esto es una estúpida locura.

—No lo es, Gigi — Le sonrió al alto y caminó hacia él —. Si te pones a pensar, si tú no hubieras bebido como desgraciado en esa fiesta posiblemente no nos hubiésemos dado cuenta que todo es plenamente recíproco entre los dos. ¿Lo ves? Eso fue una casualidad, y lo de JongHo y YunHo también lo es.

JongHo arrugó la nariz con desagrado y huyó a la cocina sin dignarse a darle una segunda mirada a YunHo, quien miró al de cabello azul y este - que había volteado a verlo luego de la acción de JongHo - giró para ver a MinGi.

—Anda, Gigi, date el tiempo de conocer a YunHo al menos por hoy, y si sigue sin gustarte aún para Jonggie, puedes tirarlo desde el balcón — YunHo abrió la boca, ofendido.

—Hey — Como un niño pequeño, hizo un puchero de queja.

—Hazlo por mí, Gigi~, sabes que quiero mucho a Jonggie y no haría nada malo hacia él — Revoloteó sus pestañas y MinGi suspiró, cayendo ante la persuasión de HongJoong.

—Está bien, chaparrito, voy a tratar de llevarme bien con este pende- digo — Tosió —, con Jeong para tratar de comprobar tu teoría de las casualidades.