—¿Tú lo sabías?–lo miré–Lando, ¿Tú sabías todo esto?–asintió sin siquiera mirarme–¿Y porqué no me lo dijiste?
—Sarah, no es momento para que le reclames, el hecho de que él supiera no significa que también actuó mal, la única diferencia es que a él no lo vieron, a ti sí.-el tono frío de mi padre me asustó.
Me quedé callada.
Apenas llegar de Abu Dhabi me encontré en el salón de casa a mis padres, dos de sus abogados, el papá de Lando y su abogado.
Ed estaba en el hospital, mientras yo pasaba el fin de semana lejos de casa a él lo habían golpeado de tal manera que un poco más y lo matan.
A Alex lo habían desconectado, el impacto del accidente había dañado su cabeza causándole muerte cerebral, se había ido para siempre.
De William lo único que se sabía era que estaba en algún lugar de Reino Unido protegido para que nada le pasara.
¿Frank? A él "supuestamente" lo habían secuestrado pero corría el rumor que estaba escondido en Londres y que todo el tema del secuestro era orquestado por su familia para desviar la atención y ganar tiempo.
A mi me estaba lloviendo sobre mojado por mentir e involucrarme en problemas.
—Sarah–uno de los abogados me habló–vamos a necesitar que nos digas exactamente que pasó esa noche, si te guardas algo, por más mínimo que sea, puedes terminar mal.
Miré a mi papá y luego a mi mamá.
—Esa noche–tragué saliva–estabamos de fiesta celebrando mi cumpleaños, Ed recibió una llamada, era Will diciendo que Frank y Alex estaban en problemas, que iban a correr y que podían terminar muy mal.
—Vas muy bien, ¿Qué más pasó?
—Ed y Lando me dijeron que no fuera–lo miré y mis ojos se cristalizaron–yo insistí, al llegar a ese barrio era todo sombrío, caminamos un medio bloque y escuchamos el impacto, corrimos y vimos el accidente–cerré los ojos al recordar a Alex–la peor parte era de su lado, estaba cubierto de sangre y cristales rotos. Frank solo estaba aturdido y William en shock, lo llevamos al hospital y Ed se lo llevó después de que lo atendieron.
—¿Quién más estuvo con ustedes esa noche?–miré a Lando una vez más en busca de ayuda–¿Sarah? ¿Había alguien más cuando fueron al hospital?
—Carlos y su novia–Adam Norris repuso–estan en las cámaras del hospital, los otros están fuera, no se les mira nunca aunque perfectamente sabemos que estaban ahí.
—¿Eso es cierto?
—Sí.-dije con un hilo de voz.
—Sarah–la abogada habló–¿Tú y Frank tuvieron más allá de una amistad?
—No entiendo que tiene que ver...-intenté defenderme de lo evidente.
—Tiene mucho que ver.-me dijo con seriedad.
Cerré los ojos y agache la cabeza.
—Sí–estaba muriendo lentamente–nunca fuimos novios pero en la universidad nos vieron juntos.
No tenía cara para mirar a Lando y mucho menos a papá.
—Te aviso desde ahorita que te vas a ir a estados unidos con tus abuelos–lo miré alarmada–no te puedo tener aquí sabiendo que una banda de delincuentes te van a estar acechando como a Edmund y que traicionaste mi confianza.
—Pero papá...
—No, pero nada.
—Joe, sacarla del país es inútil, seria hacerla cómplice sin hablar–el patriarca de los Norris intervino–legalmente mientras este vinculada con todo esto, no puede irse del otro lado del mundo.
Los abogados asintieron.
—¿Y que voy a hacer? Tenerla aquí es tenerla en el matadero.
—Mi casa en Brighton–habló pero su tono no reflejaba nada y no me miraba–sigue siendo Reino Unido y cuando sea llamada a declarar... Si es que sucede, fácilmente podría decir que esta viviendo conmigo, no va a estar sola y es un lugar con seguridad.
—¿Por qué debería confiar en la palabra de los dos?
—Tu padre tiene razón, Lando, se callaron todo este tiempo, ¿Por qué debería aceptar tu oferta?
