Welcome to the final show.

993 64 62
                                    

"Just stop your crying
It's a sign of the times
Welcome to the final show
Hope you're wearing your best clothes
You can't bribe the door on your way to the sky
You look pretty good down here
But you ain't really good."

Lando p.o.v

Cuando volvió a la vida, justo en ese momento creí que todo iba a ir mejor. Que volveríamos a casa y ya nada nos iba a molestar, que iba a quererla todos los días como antes y que seríamos solo ella y yo.

Pero no.

Aún recuerdo entrar a su habitación y ver en su cara esa expresión que me hizo encender todas las alarmas posibles.
Tomó mis manos, me hizo mirarla a los ojos y me dio una noticia que me dejó helado, casi tan helada como la noche que la encontré tirada en aquella azotea.
No había pasado tanto tiempo desde que había vuelto a la vida y se la iban a llevar, sus padres habían decidido irse del país para dejar atrás lo que había pasado pero, ¿Y yo?

"No podemos intervenir con su seguridad ni la de su familia"

Aquella frase que me dijo papá cuándo todo este infierno inició se repetía en mi cabeza una y otra vez.
No podía impedir que se fuera, no podía impedir sentirme tan destrozado al saber que se iría lejos de mi.
Escucharla después del juicio final decir que ya nada le importaba, fue como sentir que me arrancaban el corazón. Había pretendido que todo estaba bien frente a ella, que no me dolía que se fuera porqué podía ir a verla y en el fin de semana de carrera estaríamos juntos.
Cuando estaba sólo en casa, lloraba, tenía tanto miedo que me dejara sólo la única persona que me había hecho sentir tan vivo los últimos meses.
No quiso celebrar en la noche de año nuevo, se acostó sobre mi pecho y lloró hasta quedarse dormida, maldecía tanto como podía todo lo que le había pasado.

—¿Esto?–le mostré una pequeña figura de spider man–¿Dónde?
—Hmm no, quiero que te lo quedes.
—¿Por qué? Es de tu colección y tu favorita.
—Por eso, sé que la vas a cuidar y eso me obligará a volver.
—Nunca pensé que esto pasaría.
—Ni yo–se sentó en el piso–cuando llegué aquí, yo odiaba todo esto, quería volver a casa... Ahora no me quiero ir.-sus ojos se cristalizaron.
—No llores más, tenemos que pensar en todo lo que nos espera en el futuro.
—Ese es el problema, me asusta el futuro.

La abracé y contuve mis ganas de llorar una vez más.

La ayudé a terminar de empacar sus cosas, empacando también una parte de mi vida en su maleta.

—Mañana estaré aquí a primera hora.-me recargué en el umbral de la puerta.
—Sobre eso...
—¿Qué pasa?
—No creo que sea buena idea.
—¿No crees que sea buena idea que te acompañe al aeropuerto?
—Sí.
—¿Por qué?
—Lando, ya pasé por esto antes y no quiero que se repita... Yo no quiero que detengas tu vida por mi culpa.
—¿Crees que en el momento que subas al avión me voy a ir con alguien más?
—No es eso.
—¿Entonces? No voy a detener nada, hablas como si en el momento que te vayas todo se va a terminar.
—Me voy a la otra punta del mundo...
—¿Y? Estas pensando por los dos y ya lo habíamos hablado.
—Esto no es como cuando te vas a otro país a competir, me voy para siempre, no sé si pueda mantener la distancia.
—¿Estas terminando conmigo?
—No...
—Pues lo parece.
—No lo estas entendiendo.
—Entonces explicame porqué supuestamente todo estaba claro y bien y ahora de repente me dices que ya pasaste por esto y que no sabes si vas a poder con la distancia.

Take me to church.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora