Red Desert.

1.7K 70 45
                                    

"Red, red desert
Heal our blues
I dive deeper for you
What a blessing
To feel your love
Twilight moments with you."

Festejar su cumpleaños había sido un éxito, me llenaba la vida verlo feliz.

—Estoy muerto.-se dejó caer en la cama.
—Yo igual, pobre George se quedó dormido en la peor posición.
—Le va a doler todo cuando despierte.

Me metí en la cama y me acurruque a su lado, empezaba a adorar la sensación de protección que sentía al estar con él así de cerca.

Comenzó a acariciar mi brazo de arriba a abajo lentamente.

Pero había una tensión extraña en la habitación, no era incómoda pero era rara.

Levanté la cara para buscar su mirada en la oscuridad y averiguar si era solo idea mía o realmente teníamos una tensión entre los dos.

—¿Qué?–me reí pero era más de nervios–¿Todo bien?
—Sí, ¿Tú estas bien?

Sus ojos me causaban conflicto todos los días, a veces grises, a veces verdes... A veces no tenía ni idea del color que tenían.

Recorrió mi brazo de nuevo pero esta vez llegó a mi mentón y me atrajo a él y a su boca.

Era una posición incómoda, fuimos buscando poco hasta que se puso encima de mi haciéndome perder toda la cordura que podía aún tener.
Se buscó lugar entre mis piernas, sentía como recorría con su mano mi pierna, luego apretaba mis caderas y así repetía un camino de caricias. Por mi parte recorría su espalda y luego perdía mis manos por su nuca haciendo que pegáramos más nuestros cuerpos.
Con su mano libre se recargaba en la cama para no dejar caer todo su peso sobre mi, eran besos llenos de pasión desconocida para mi, comenzó a besar mi mejilla y luego mi cuello, hice un pequeño ruido al sentir sus labios húmedos en el cuello. Sentí su espalda tensarse al escucharme.
La habitación se llenó de respiraciones agitadas y de intentos fallidos de reprimir los sonidos automáticos de nuestras gargantas.
Su mano se coló por debajo de mi blusa y perdí la cabeza una vez más al sentir su toque.

¿Qué estábamos haciendo?

Sentí como nuestras pelvis chocaban y caí en cuenta que no, no estaba lista, tenía miedo.

—No–dije entre besos y caricias–no puedo.

Recargó su frente en la mía para recuperar el aliento.

—No sé que me pasa, perdón.
—Lo siento, es... Yo... No aún, no estoy lista.-mi cuerpo temblaba bajó en suyo.
—Yo tampoco–se dejó caer a mi lado–no quiero que tengas una impresión así de mi... Yo tampoco... Tú sabes y no quiero que pienses...
—Oye–lo interrumpí y me senté para verlo–no voy a malpensar de ti, nunca, todo lo que hago contigo de alguna manera es nuevo para mi también y lo que pasó–podía sentir mi cara arder–me gusta pero aún tengo miedo.-me puse las manos en la cara.
—Mírame–negué aún escondida en mis manos–Sarah, mírame–se sentó frente a mi y tomó mis manos–oye, te voy a cuidar siempre ¿Sí? No tengas miedo nunca, mientras estés conmigo nada malo te va a pasar.
—¿Por qué eres así de lindo todo el tiempo? ¿no te cansas?
—Contigo nunca es suficiente, contigo nada cansa.-me sonrió.

Lo abracé y le di un pequeño beso en los labios.

—Necesito ir a nivelar la hidratación.
—Eres una anti romántica.-se rió.
—Lo siento.-no pude evitar reírme también.

Entré al baño e hice mis necesidades.

—Sarah.-lo escuché mientras me Lavaba las manos.
—Dime.-me asomé.
—¿Quieres ser mi novia?

Take me to church.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora