"If I'm a pagan of the good times
My lover's the sunlight
To keep the Goddess on my side
She demands a sacrifice
Drain the whole sea
Get something shiny
Something meaty for the main course
That's a fine looking high horse
What you got in the stable?
We've a lot of starving faithful
That looks tasty
That looks plenty
This is hungry work
Take me to church..."
El viernes al llegar al circuito, notablemente había muchísima gente más, llegamos un poco después del medio día.
—Durante las sesiones, puedes estar en el área de invitados, Oliver te va a acompañar.
Su hermano me sonrió y asintió.
—Si me desmayo, ¿Cuidarás de que no me golpeé?
—Claro, tengo que ser un gran guardaespaldas.
—No te vas a desmayar.-me sentenció.
—No sabemos.-me reí.
Le dimos un momento de privacidad con uno de sus ingenieros, aproveché para hablar un poco con mamá y contarle como iba todo.
Comimos juntos y el momento de que se preparara para salir a pista llegó.
Lo observaba prepararse sentada en un rincón de la habitación, pocas veces lo había visto tan concentrado mientras hacía algo.
Su preparador físico le dio una botella de agua y unas vitaminas, luego lo subió a una báscula.
—Durante las sesiones pierde peso–me explicó amablemente–tengo que monitorearlo y así puedo saber su dieta y los ejercicios que llevará todo el fin de semana, las vitaminas lo ayudan a que no tenga alguna descompensacion en pista y se sienta mal.
Asentí comprendiendo lo que me decía.
—¿Ya?
—Listo, te veo a la vuelta.-le dio una palmada en la espalda y salió.
Se acercó a mi y se sentó en cuclillas para verme.
—Con cuidado, ¿Sí?
—Por supuesto–me dio un beso–no tienes idea la felicidad que es tenerte aquí.
—Te quiero.-acaricié su mejilla.
—Hora de irnos.-su hermano entró a la habitación.
—Te quiero más.-dejó otro beso en mis labios.
Bajamos los tres pero a él se lo llevó su ingeniero.
Esperamos a Isabel y a las hermanas de Carlos.
Era la primera vez que entraba al garaje, era impresionante, gente moviéndose por todos lados, ruidos de motores y concentración máxima.
—Hola.-la chica de prensa se me acercó.
—Hola, Charlotte.-la saludé amable.
—Mira, estos son los cascos de radio, te sirven para escuchar todo lo que hablan los pilotos con el muro de los ingenieros–me señaló afuera–y también para aislar un poco el ruido de aquí–me los entregó–con este cacharro controlas el volumen.
—Entiendo.
—Puedes estar del lado de Lando o aquí si quieres, de la línea para allá ya es territorio prohibido.-se rió cómplice.
—Demasiada información que procesar–me reí–muchas gracias.
—Te acostumbrarás, para nosotros es increíble tenerte aquí, Lando luce muy motivado.
Lo miramos terminar de prepararse.
—Lo que te diga no es cierto.-la apuntó antes de ponerse el casco.
Me reí cuando apuntó sus ojos a través del casco y luego a nosotras.
—Puede parecer un caso perdido a veces, pero lo queremos mucho.
—Ni que lo digas.
—Bueno, te dejo porqué tengo trabajo, disfruta mucho y no te pongas nerviosa, es un chico muy inteligente.
—Muchas gracias, en serio.-suspiré.
