twenty six

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Se levantó titubeante del sitio en el que estaba acostado, las mismas paredes que antes lo apresaban eran las que su vista noticeaba en ese momento.

Esa era la misma habitación a la cuál había entrado con Hyunjin, ¿entonces había sido un sueño? ¿Yeonjun no llegó a salvarlo como recordaba?

El dolor de cabeza provocaba que su visión fuera borrosa y que los ruidos a su alrededor se escucharán algo distantes, aún así, el dolor físico era mayor, sus piernas y bracitos dolían terriblemente y su pecho quemaban peor que el infierno.

Alguien llamó su atención chasqueando los dedos frente a él, movió su vista con lentitud y sus latidos se estabilizaron de pronto.

Ahí estaba su Yeonjun, observándolo con notable preocupación. El rubio aún tenía un poco de sangre seca en su nariz y la mejilla verdaderamente hinchada, pero aún así se veía igual de hermoso que siempre.

─¿Beomgyu? ¿Bebé? ─el rubio lo llamó y él no hizo más que sonreír y tirarsele encima, abrazándolo para comprobar que realmente estaba ahí, que lo había salvado de verdad ─¿Estás bien? Por favor... háblame.

El agarre del menor se afianzó, sus manitos arrugaron su ropa mientras empezaba a temblar de pies a cabeza.

─Nunca te vayas o-otra vez ─su vocesita rota por el recién iniciado llanto llegó hasta los oídos del contrario, que besó su frente repetidas veces.

─No lo haré, jamás ─dejó un besito sobre ambos mofletes del contrario, llevándose las gotita que resbalaban por ellos ─Ahora que estás despierto corazón, ¿me puedes decir sí estás lastimado en otra parte?, ya curé tu carita mientras dormías.

Y todo el cuerpo del menor se tensó, bajando la mirada y comenzando a jugar con sus deditos tímidamente.

Entonces el chico de cabello azul, que estaba a espaldas de Beomgyu y el cual no había notado su presencia, hizo unas señas llamando la atención de Yeonjun, indicándole con simples gestos que era debajo de la camisa del pelinegro donde encontraría más heridas.

─Bueno, sí... ─Soobin habló en voz alta, ganándose la atención de Beomgyu también ─La última hora ya casi termina y debo ir por mis cosas ─caminó hasta la salida, no sin antes despedirse ─Adiós Jun, adiós amigovio de Jun ─movió su mano de lado a lado y dejó a los otros dos adolescentes solos.

─Idiota ─dijo para su amigo, en tono de broma, antes de que éste se fuera, regresando su mirada al chico que seguía moviendo nerviosamente su vista por el suelo ─¿Beomgyu?

No obtuvo respuesta, simplemente el menor estaba tan avergonzado ahora que no se sentía capaz de moverse, pidiendo internamente que por alguna u otra razón Yeonjun terminará yéndose o su corazoncito explotaría.

Aunque eso no sucedió, pronto la mano del rubio estaba tomándolo del mentón, obligándolo a mirarlo a los ojos.

─¿Puedo...? ─preguntó lentamente, bajando su mirada hacia el cuello abotonado de la camisa del contrario para que esté comprendiera a lo que se refería.

Beomgyu sólo asintió, sintiendo que sus mejillas se calentaban y tomaban un color tan rojito como un tomate.

Los delgados dedos de Yeonjun se encargaron de deshacerse de los botones uno a uno, así hasta que su blanco y casi perfecto abdomen estuvo frente a sus ojos.

─Bien, u-uh... ─trató de no sobrereaccionar ante las marcas de mordidas que rodeaban esos botoncitos rosados que ni siquiera debería estar mirando tan fijamente.

Si pudiera definitivamente iría a matar a Hwang, pero el imbecil se escapó hacia la enfermería tan pronto él salió corriendo detrás de Beomgyu y Soobin no hizo nada para detenerlo, alegando que estaba demasido herido y ya había tenido su merecido.

the yeonjun's cute boy ↯ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora