Capitulo 18
Can se coloco cerca y le beso el cuello, el hombro, le mordisqueo el brazo. Le acaricio la mano hasta que suspiro, se dio la vuelta y se despertó. La observo, y supo que recordaba donde estaba y lo que había ocurrido. ¿Se arrepentiría? ¿Se volvería distante como la última vez que se había despertado en sus brazos?
Él espero temiendo por primera vez en su vida el rechazo de una mujer. Si intentaba echarlo de su lado, se iría sin decir nada. No, no lo haría. Si lo intentaba, la tumbaría en la cama y la besaría hasta que admitiera la verdad, que lo deseaba en ese mismo momento, que lo había deseado antes.
Una sonrisa radiante se dibujo en los labios de Jos.
- Buenos días –dijo y extendió los brazos.
Can se cobijo en ellos como un hombre que vuelve a casa. Volvieron a los viñedos, y caminaron entre ellos agarrados de la cintura.
- Me encanta estar aquí –comento Jos.
Can miro hacia la cabeza morena que descansaba sobre su hombro y sonrió.
- ¿Entonces por qué vas ha venderlo?
Ella suspiro y se encogió de hombros.
- Peregrine pierde dinero, año tras año.
- Eso es cierto.
Jos rió y se aparto de Can para arrancar una hoja de cepa.
- Sé que esto te va a sorprender, señor Yaman, pero se supone que una propiedad debe generar beneficios.
- Esto no es una propiedad, señorita Smith. Es una filosofía.
- Una filosofía –repitió Jos poniéndose frente a él. –Eso lo explica todo. Todo este tiempo mis abogados y contables han estado pensando que era una bodega.
Can sonrió, le agarró la cintura y le dio la vuelta.
- Cultivar vides, producir vino es una experiencia mística, princesa.
- Vaya, vaya.
- Está bien, ríete. Te estoy diciendo la verdad.
- Así que, si enciendo incienso, sacrifico un par de pollos, y bailo desnuda alrededor de un árbol en luna llena...
- Me gusta eso de que bailes desnuda –aseguró Can. Le tomo la barbilla, la levanto y la beso con ternura. –Pero no, no me refería a esa clase de experiencia mística. Tienes que amar todo el proceso de fabricación del vino. Quien mejor hace el vino es quien esta dispuesto a partirse la espalda en los viñedos y vaciar su cuenta del banco para algún día poder señalar una botella de vino de veinte dólares y decir con orgullo "Aquí está, y solo me costó cincuenta dólares fabricarla". Es decir, que hay que estar loco para meterse en este negocio.
Jos sonrió y le tomó el rostro entre las manos.
- ¿Locos como tú?
Él agarro su mano, se la acercó a la boca y le besó la palma.
- He pensado en ello –admitió.
- ¿Pero?
- Pero, tengo una carrera de abogado y una vida a mil kilómetros de aquí. Además, tener una bodega con un producto de calidad para hacerla rentable lleva años –explicó. Entrelazaron los dedos y empezaron a caminar. –Como las uvas, tienes que asentarte, echar raíces, comprometerte para que todo funcione.
- Suena a matrimonio –interrumpió Jos.
- Sí, supongo que sí. Y yo ya he transitado por ese camino, princesa. Sentar la cabeza, casarse... Y no funcionó. Parece que no nos funciona a ninguno de los Yaman.

ESTÁS LEYENDO
Más allá de un sueño (COMPLETA)
RomantikPrólogo Can Yaman era un soltero por el que cualquier mujer pujaría. El atractivo abogado era también un posible heredero de la enorme propiedad de los Yaman y él estaba a disposición de cualquiera de la subasta benéfica. Pero cuando Josephin Smith...