Capitulo 7
Los tres hermanos rieron. Can ahuecó los cojines y se volvió a recostar sobre ellos. Ya se sentía mejor. No había nada como compartir los recuerdos, incluso los malos, y eso le hizo recordar la razón de su llamada.
- Bueno, chicos –dijo. –Nada me gustaría más que evitar el tema, pero ha llegado el momento de hablar de la realidad.
- La invitación –intervino Ferit.
- ¿También os ha llegado a vosotros? –preguntó Gage.
- Esta mañana temprano, como a Can.
- La mía llego a las seis – confirmó Can.
- Y os interrumpió a ti y a tu invitada –rio Ferit.
Can cerró los ojos y se frotó la frente con el puño.
- Sí –respondió bruscamente y soltó una carcajada. –No hay nada como que te despierten con una invitación para el purgatorio cuando estás en otra cosa.
Gage y Ferit se rieron.
- Qué vida tan dura lleva –bromeó Ferit.
- Esperaba algo de comprensión por su parte –replicó Can y dirigió la conversación a otro tema. –Aunque ninguna de Gage. Abandonó su libertad hace años. ¿Cómo está mi chica, por cierto? ¿La sigues tratando bien o está a punto de usar la cabeza y dejarte por mí?
- Está bien.
Can arqueó las cejas. El tono de voz de su hermano parecía tenso.
- ¿Va todo bien?
- Sí.
- ¿Seguro? Porque no pareces... –intervino Ferit.
- Perdonad, chicos, puede que vosotros podáis perder todo el día, pero yo tengo cosas que hacer –interrumpió Gage.
- De acuerdo –afirmó Ferit después de un minuto. –Can ya ha sacado el tema. ¿Qué vamos ha hacer con la pantomima que el viejo ha preparado para mediados de mes?
- Ignórala –afirmó Gage. –Tengo...
- Cosas que hacer –terminó Can. –Lo sé. Y yo tampoco tengo más ganas que vosotros de volver para un ensayo del rey Lear, pero...
- ¿El rey Lear? –preguntó Ferit sorprendido. –Estamos hablando de Turquía, no de Stratford.
- Venga, Ferit, ya sabes de qué va esto –replicó Can-. Jonás está empezando a sentirse mortal.
- Nuestro padre cree que llegara a los cien, ¿Y sabéis qué? Yo apuesto a que sí.
- Seguro qué esta mirando alrededor, haciendo recuento de sus propiedades y pensando que ha llegado el momento de planificar cómo va a dividir el reino.
- Yo no necesito pasar un lamentable fin de semana para saber que me importa un bledo cómo lo haga –manifestó Gage. –Que os divirtáis sin mí.
- Espera un momento –intervino indignado Ferit. –Yo no he dicho que fuera a ir. De hecho, voy a estar en Baltimore ese fin de semana.
- O en la Antártida –apuntó Can. –En cualquier sito con tal de evitar esta farsa, ¿no es así?
- Te equivocas. Estoy preparando la apertura de un banco nuevo en Baltimore y...
- Maldita sea, Ferit... Lo siento. No tengo derecho a presionarte –se disculpó Can.
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Más allá de un sueño (COMPLETA)
RomancePrólogo Can Yaman era un soltero por el que cualquier mujer pujaría. El atractivo abogado era también un posible heredero de la enorme propiedad de los Yaman y él estaba a disposición de cualquiera de la subasta benéfica. Pero cuando Josephin Smith...