Ese día me di cuenta de que entre estar solo y sentirse solo, hay un mundo de diferencia.
Estaba acostumbrado a estarlo. Nunca había sido algo raro para mí, y era de esas pocas personas que sabían disfrutar de la soledad, pero ese día me sentí solo por la ausencia del pelinegro. No le conocía de nada y sin embargo me hubiese gustado poder tener a alguien con quien hablar esos lentos treinta y cinco minutos.
El paisaje pasaba rápido a través de la ventana. El asiento frente a mí estaba vacío y no pude evitar preguntarme dónde estaría aquel pasajero. Me daba mucha curiosidad, no podía hacer nada por remediarlo. Sacudí la cabeza y volví a mirar por la ventana, tarareando Girls de Nature. Quizás ni siquiera volvía a verle, cosa que tampoco era para tanto.
El día transcurrió normal. Me quebré la cabeza en las clases mientras intentaba tomar apuntes y enterarme de las cosas. Estaba decidido a sacarme Bachillerato con dignidad, una media alta y esfuerzo invertido. No podía esperar a sentirme finalmente realizado y ver las caras pasmadas de mis padres y profesores.
A la vuelta entré en casa algo temeroso después de la fuerte discusión del pasado día. Las había tenido peores, pero nunca antes me habían echado de casa, o siquiera amenazado con ello.
La semana avanzaba y yo no tenía ni idea de dónde podría vivir de ahora en adelante. Tenía todo mi dinero, que era una buena cifra, metido en una maleta negra junto al bucal que utilizaba en el Ring, mi ropa y un cepillo de dientes. No necesitaba nada más. El sábado se acercaba y mis nervios aumentaban mirando el calendario.–¿Qué vas a hacer? –me preguntó Chansung cuando le relaté los acontecimientos.
–Nada. ¿Qué es lo que puedo hacer? Mucho estaban tardando ya en mandarme a la mierda.
Me senté en el borde de su cama, mirándolo con atención, como si fuese a darme la solución a todos mis problemas. Se acarició la barbilla como si estuviese pensando deliberadamente.
–Con lo que hayas ahorrado, que será bastante, págate un hotel unos días aunque sea. Tío, si con lo que tienes yo creo que puedes alquilar un piso.
–¿Estás de coña? Piensa un poco, Chansung. Este dinero lo he obtenido de forma ilegal, por lo que casi es como si no lo tuviera. No puedo ingresarlo en un banco, con lo cual no puedo pagar un piso.
El chico caminó unos pasos por el espacio de su habitación, estrujándose los sesos tanto como yo. De pronto, en su móvil comenzó a sonar la melodía de 7 Rings.
–Perdona –se excusó, saliendo de la estancia para descolgar la llamada y atender afuera.
Me mordí el labio y miré mis zapatillas. Había ido allí con la intención de que mi único amigo me ofreciese su casa para quedarme, aunque fuese sólo algo temporal. Me daba una vergüenza terrible pedírselo y él parecía no caer en mis intenciones. Oí su voz hablar con alguien que debía de ser algún compañero de trabajo, antes de que entrase de nuevo. Alcé la mirada y me sonrió con pena.
–Lo siento, Wooyoung, tengo que irme. Había olvidado que tenía una comida con los del trabajo...
–Sí, sí, claro. No pasa nada –me puse en pie y salí de la habitación tras él.
Al salir supe que no iba a ser posible quedarme allí. Chansung tenía su vida hecha, un trabajo y cero problemas, por supuesto que no iba a meterme como un incordio en su casa. Suspiré y maldije una vez solo.
***
Al día siguiente hacía un frío helador. No solía hacer mal tiempo en Younri, mi ciudad, pero a las ocho de la mañana era el polo norte.
Me encogí dentro de la sudadera gris, la cual me quedaba inmensa porque era de allá cuando pesaba veinte kilos más. Mordí mi grueso labio inferior y me ajusté el quiqui en el que me había recogido el pelo.
Viernes ya.
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UNTITLED - woosan
Fanfiction"-Tu sola presencia me hace un lío, Jung Wooyoung. Y a veces te odio porque me haces dudar de mí mismo, pero a veces te adoro porque nunca antes nadie me había acariciado el pelo por las noches. Tampoco me habían dado un abrazo mientras lloraba, ni...