Si había una razón por la que mi existencia no era nula, era aquella.
Estruendosa música se filtraba en mis oídos. La típica situación de cada sábado cuando llegaba al Ring. El sonido de la música acercándose, los gritos de gente apostando y las ovaciones del público haciendo corro, hacían que se me erizase el vello de los brazos. Pura emoción era lo que sentía.
Chansung caminaba a mi lado. Le miré, y me devolvió la mirada junto con una sonrisa. Podría ser la única persona a la que alguna vez pude haberle considerado amigo. Me apoyaba, si le necesitaba ahí estaba, y lo más importante: sabía hacer trenzas en las que me recogía el pelo cuando me tocaba pelear.
Era dos años mayor que yo y acababa de terminar Formación Profesional, por lo que tenía un título de oficial de peluquería. Cada sábado teníamos una rutina, iba a su casa, me recogía el pelo en trenzas africanas para que no me estorbase y el contrincante no pudiese tirarme de los largos mechones. Antes de partir hacia el Ring siempre me ponía las manos sobre los hombros y me decía: "si ganas, aquí te veo la semana que viene. Pero si pierdes, te cortaré las trenzas y ahorcaré a tu contrincante con ellas".Por cosas como esa eran por lo que podía considerarle un amigo.
Entramos en el Ring y la gente lanzó gritos de ánimo y de todo tipo de cosas al verme. Chansung me acarició las negras trenzas para despedirse de mí. Gracias a mi largo pelo, el cual me llegaba hasta la mitad del cuello, podía hacerme las trencitas sin problema. Asentí ligeramente con la cabeza, como diciendo que confiase en mí.Todo pasó a segundo plano cuando visualicé el Ring, y se me transformó la mirada a una asesina. Estaba ansioso por saber con quién me tocaba pelear hoy. Comencé a estirar los brazos y las piernas para calentar. Troné el cuello y moví las articulaciones de mis hombros.
El Ring no era un ring real. Nada de eso era real. Simplemente éramos unos chavales que se reunían cada fin de semana para darse unas buenas palizas y aprender a pelear. Algunos lo llamaban diversión de locos, yo lo llamaba diversión de la buena.Para mí era una forma de desahogarme, al igual que para todos los presentes. Tanto para los chavales que hacían de espectadores como para los que participábamos. Toda esa mierda empezó hace mucho cuando éramos nada más que cuatro, pero la noticia se fue extendiendo de tal manera que ahora todo el mundo quería verlo y apostar por sus "luchadores" favoritos. Como si esto fuera real. Las apuestas ilegales iban y venían. Las peleas ilegales iban y venían. Y el dinero no dejaba de circular en las paredes de aquel garaje abandonado. El juego se había convertido en un peligroso negocio clandestino.
–¡Los siguientes son... Lee Kiyong y Jung Wooyoung! –gritó Woojin, quien más o menos organizaba esos encuentros. Era el que anunciaba los nombres de los que iban a pegarse y el que declaraba ganador al afortunado. También llevaba el tema de las apuestas, y nos repartía el dinero cada vez que salíamos victoriosos.
Sojung, su novia, se acercó a mí con una sonrisa en el rostro.
–Toma –pronunció con dulce voz. Me tendió el rollo de vendas– ¿Has traído el bucal?
–Claro Sojung, ¿piensas que soy un novato? –solté una risita y acepté el rollo, comenzando a vendarme las manos por la muñeca y las palmas hasta que sólo mis dedos estuvieron descubiertos.
–Suerte –masculló la chica. Y sabía que lo decía de verdad, pues tenía bastante favoritismo conmigo por ser amigo de su novio.
Se lo agradecí y me hice paso entre la gente con el corazón bombeándome adrenalina. Había muchas personas, y a pesar de que me hicieron pasillo, no faltaron toques indiscretos hacia mi pelo, espalda e incluso trasero. Todo el mundo vociferaba, pero como siempre, decidí centrarme en la música y en el estado del oponente. Los estados mentales de cada uno varían según el día, y siempre sabía cómo actuar dependiendo de cómo se encontrase la otra persona.
Llegué al límite del improvisado círculo a modo de ring. Hubiese estado bien tener un ring real, pues esto tan sólo era un círculo en el puto suelo. Una dura superficie que al caer no era nada agradable.
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UNTITLED - woosan
Fanfiction"-Tu sola presencia me hace un lío, Jung Wooyoung. Y a veces te odio porque me haces dudar de mí mismo, pero a veces te adoro porque nunca antes nadie me había acariciado el pelo por las noches. Tampoco me habían dado un abrazo mientras lloraba, ni...