Jung Wooyoung
Me encontraba solo.
Una manta cubría mi desnudo cuerpo, la cual podía jurar que no estaba ahí anoche. La luz filtrándose por las tupidas persianas del salón daba a entender que el día estaba lo suficientemente avanzado.
Extrañamente, estaba cansado a pesar de que después de lo que pasó ayer dormimos bastante bien. Me avergoncé enseguida al recordarlo, y a la vez me alegré por haber podido enfrentar mis demonios.Suspiré mientras me incorporaba para quedar sentado en el borde del sofá, estirando los brazos tras la espalda con actitud soñolienta. No sabía dónde se encontraría San, pero era habitual que despertase antes que yo con su manía de fumarse un cigarro recién entrada la mañana. Podía verlo en mi propia mente, ahí apoyado en la barandilla con la mirada perdida en los edificios y expulsando humo por la boca.
Decidí despejarme y tomar una ducha rápida para ponerme a recoger aquel desastre cuanto antes. No quería que de pronto apareciese Donghyun por la puerta y se encontrase con dos botellas de licor rotas en pedacitos por todo el suelo. Admiré aquello con las manos en la cadera, ya de pie. "¿Era realmente necesario?", sonreí.Después de ducharme y de coger unos bóxers de un montón de ropa limpia, descubrí que la puerta cerrada de al lado del baño era una especie de despensa. De allí saqué un recogedor en el que comencé a depositar cada trozo de cristal.
Tenía que hacerlo con mis propias manos pues las hebras del cepillo quedarían hechas un asco con el pringoso líquido que llenaba el suelo. Aún estaba un poco perdido en mis pensamientos debido a que casi no podía creerme lo sucedido con San, y lo peor era que lo había disfrutado. Mucho. Quizá por estar pensando en ese tipo de cosas no me percaté de que tan solo tenía puestos los pantalones de chándal mientras limpiaba. Oí pasos descender las escaleras. Era raro el hecho de que yo me sintiera tímido frente a alguien; solía ser todo lo contrario, descarado y muy echado para adelante, pero parecía ser una excepción.
Con un trapo que había sacado de la despensa también, incliné mi torso ligeramente sobre el tablero de la mesa para comenzar a limpiar algo de alcohol que había salpicado por el impacto. Sin esperármelo, casi pego un bote del susto al sentir la palma de una mano darme un golpe despreocupado en el trasero.-Joder qué susto -dije, soltando una risa nerviosa al ver a San tras de mí.
-Hey, ¿qué haces? Déjame eso a mí -ordenó, arrebatándome la bayeta de las manos para comenzar a limpiar él.
-Puedo hacerlo yo.
-Fue culpa mía.
Eso no se lo iba a negar, así que suspiré y aproveché para sentarme con cuidado, por el vergonzoso dolor persistente, en el sofá. Me restregué las sienes con los dedos.
-Me duele la cabeza -expresé- me siento como un zombie.
-Se llama resaca -rio él, y me miró de reojo. Volvió la vista por un segundo a la mesa de nuevo, pero enseguida volvió a centrarla en mí al haberse percatado de algo- ¿Eso he sido yo?
Le miré sin comprender. Seguí su mirada y bajé la mía hacia mi torso. Unas marcas violáceas pintaban mi blanca piel como si fuesen grandes lunares degradados sobre mis abdominales y pecho.
-No, el vecino del quinto -negué irónico- Pues claro que has sido tú.
-¿Tenemos vecino en el quinto?
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UNTITLED - woosan
Fanfiction"-Tu sola presencia me hace un lío, Jung Wooyoung. Y a veces te odio porque me haces dudar de mí mismo, pero a veces te adoro porque nunca antes nadie me había acariciado el pelo por las noches. Tampoco me habían dado un abrazo mientras lloraba, ni...