Jung Wooyoung
No sabía específicamente dónde me dolía.
Era un dolor generalizado. Mental y físico. El navajazo que me habían dado en el pecho ardía, pero ni siquiera algo así fue capaz de hacerme apartar los pensamientos de mi mente. Era sábado, y efectivamente, las palabras de mi padre se habían hecho realidad.
"Te quiero fuera antes de que llegue el sábado y vuelvas a venir sangrando como un animal" fue su último aviso. Bueno, después del Ring no solía acabar con sangre involucrada, pero parecía haberse adelantado a los acontecimientos.
El idiota con el que me tocó pelear era eso, un idiota. Se le fue la cabeza cuando vio que iba a perder y se sacó una navaja suiza del bolsillo, marcándome una línea superficial sobre la piel de mi pectoral derecho.
Sangraba y escocía. No sabía qué podía hacer para remediarlo.Dolía más en otra parte. Dentro de mi pecho rasgado. Más profundo, más interno. En el corazón.
La sensación de saber que prácticamente a nadie le importas. Mis padres me habían echado a mi suerte, mi único amigo tampoco había dado muestras de ayuda y... ¿Y quién más? La gente que apostaba por mí tan sólo quería ganar dinero a mi costa, y todas esas personas que me hacían propuestas indecentes sólo buscaban un par de revolcones.Apreté la tela de mi camiseta negra contra la herida abierta e hice presión, para detener la hemorragia.
Me encontraba en la calle, a las dos de la mañana, con maleta en mano. Miré a mi alrededor. No les iba a dar el gusto a mis padres de verme vagar por el barrio y de poder mirarme con cara de pena, ni siquiera se me pasaba por la cabeza meterme en casa de otro familiar. Le irían con el cuento a mis padres, y mi orgullo era mucho más fuerte que el lazo familiar.Caminé decidido. Fue un largo camino el que recorrí, oyendo únicamente el traqueteo de las ruedas de mi maleta resonar en el asfalto. Una vez estuve un poco más céntrico y hube salido de Jeonal, paré al primer taxi que vi.
El señor taxista estaba apoyado en su coche, soltando vaho de entre sus labios por el frío. Fumándose la noche.–Hola, ¿puede llevarme al centro?
Me miró con rareza, revisándome de pies a cabeza, algo extrañado por mi agarre en el pecho.
–Especifica, chico –dijo con voz grave y ronca.
No sabía casi nada sobre Younri en realidad. Pocas veces salía del barrio, y cuando lo hacía era para ir a clase.
–Eh... al instituto Saint Rose.
–Sube.
Cogió mi maleta y la metió en en el maletero. Cerró con un golpe sordo y arrancó el coche cuando estuvimos subidos. La ciudad pasó bajo mis ojos, y casi no me di cuenta de cuándo habíamos llegado. Quizá porque no tenía prisa y tampoco tenía un destino en concreto.
El taxista cambió su expresión a una de desconcierto cuando me abrió el maletero y comencé a sacar fajos de dinero de la maleta para pagarle.
Es lo que pasa cuando eres desordenado y un manojo de nervios. Acabé por tenderle los cincuenta euros después de cuatro minutos de una exhaustiva búsqueda y colocación de billetes. Le sonreí en agradecimiento y me fui hasta la parada donde todos los días me dejaba el autobús. Aquello era humillante.Supuse que tenía que encontrar un hotel, pero mi cuerpo estaba cansado de la pelea, y la herida a pesar de haber cesado su derramamiento de sangre, escocía bastante. Acabé sentándome en el banco metálico de la parada y apoyando mi espalda en el transparente respaldo. Suspiré. El aire frío de la noche me vendría bien para su curación, así que sin miramientos, rasgué con fuerza el cuello de la camiseta hasta romperla dejando al descubierto el navajazo. El aire me alivió un poco, y supe que mi primera noche iba a pasarla ahí mismo.
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UNTITLED - woosan
Fanfiction"-Tu sola presencia me hace un lío, Jung Wooyoung. Y a veces te odio porque me haces dudar de mí mismo, pero a veces te adoro porque nunca antes nadie me había acariciado el pelo por las noches. Tampoco me habían dado un abrazo mientras lloraba, ni...