Κατάρα |Descendientes

II GIDEON II

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Gideon adoraba los lunes por el simple hecho de tener una hora libre después del descanso, y qué mejor manera de disfrutar ese espacio que en su habitación en Auradon Prep.

Las habitaciones estaban decoradas con tonos claros y poseían de una gran iluminación por los grandes ventanales, pero a los residentes se les daba la oportunidad de poder decorarlo a su gusto para que se sintieran "en casa". Usualmente había dos compañeros por cada habitación, aunque existían sus excepciones, como sus amigas que compartían una gran habitación, y él, que no tenía compañero ya que nadie quería dormir cerca de quien el Guardabosques de Auradon tenía como hijo. Para otros podría ser un castigo tanta soledad, pero para Gideon era una bendición de los dioses.

El camino era tan confuso y largo, pero era el precio qué pagar de la soledad que disfrutaba al ser de las habitaciones más lejanas. Soltó un anhelante suspiro al entrar, lanzó la mochila y caminó por la habitación, memorando un olor parecido al bosque debido a las plantas que crecían en el lugar. Las chicas solían decir que no había cuarto más encantado que el suyo, con plantas creciendo por donde fuera, e incluso las delgadas ramas que se habían infiltrado por las ventanas, que Gideon se negó a cerrar para no hacerles daño.

La naturaleza ocupaba mayor parte del lugar; poseía de una cama individual, desordenada con su ropa y libros, un sofá estaba pegado a la ventana, donde servía como escalón para salir por ésta y deslizarse por el árbol que tenía como vecino. Al otro extremo de la habitación no había nada más que su consola de videojuegos y un gran escritorio junto a una enorme repisa donde varios libros deberían de ocupar el lugar. Otra cama estaba al lado del espacio de estudio. Ese lugar era el único que se mantenía libre de las pertenencias de Gideon.

—Bendita sea Deméter—apreció la libertad que el lugar le brindaba, sin recibir burlas por parte de los príncipes hasta por su manera de caminar. Se colocó sus audífonos, conectados al celular, y dio en aleatorio a una de sus muchas playlist's. Se abalanzó hacia la cama, disfrutando de la música hasta que la campana lo obligara a levantarse.

Abrió los ojos cuando un sonido surgió al otro lado de la puerta.

Revisó la fecha en el celular, aun no era día de revisión, por lo que no tuvo un buen presentimiento de lo que había detrás. Mientras se incorporaba hacia ésta, consideró que fuera Olympia, pero ella tenía llave de su habitación, al igual que Moe y Cristal. Un delgado y pálido rostro con lentes fue lo que vio.

—¿Doug? —su incredulidad era pura, apenas y era conocido del hijo de Tontín, por lo que su repentina visita era inesperada. Solo se relacionaban cuando el chico venía a las inspecciones y, tan pronto como se asomaba por la puerta, salía corriendo.

—Gideon —saludó el chico con un asentimiento—, él es Neal —señaló un cuerpo detrás de él, Gideon finalmente notó la otra presencia.

Un chico más alto que Doug se mostró. Debía de haber estado oculto entre las sombras del pasillo, y aunque su rostro cargara con una genuina confusión, poseía de una natural expresión amenazante. Gideon no tardó en deducir que no era de Auradon.

—Hubo ciertas complicaciones debido a las habitaciones de los chicos de intercambio —explicó con rapidez Doug, como si no pudiera con ambas presencias—, por lo que se sugirió que tal vez podrías aceptarlo como tu nuevo compañero.

Gideon dejó de verlo, para volver hacia el otro chico, Nate, a según. Él ya había dejado a un lado su confusión y alzó las cejas, en espera de su respuesta, pero ¿acaso tenía otra opción? Aceptó, rendido a que no podía dar otra respuesta, pero el ver al chico suspirar, aliviado, le hizo indagar si habría sido posible negarse.

—Espero que no haya problemas y sean amigos —volvió a hablar con rapidez antes de despedirse estrepitosamente y dejarlos solos. Por unos segundos, ambos permanecieron en silencio, observando al otro chico alejarse, y cuando éste desapareció, no hubo más que un espacio incómodo.

—Así que, Nate... —comenzó, a punto de presentarse.

—Neal —corrigió. Su voz era firme, pero no tan brusca como Gideon había esperado—. Me llamo Neal. Encantadora habitación, por cierto. —Halagó, entrando, sin esperar alguna invitación—. Prefiero las plantas antes que todas esas máquinas que hay con Jay y Carlos. ¿No te importaría que tomara algunas para mis pociones? No creo que mi desorden vaya a ser tan... notorio.

Gideon se quedó parado en el marco de la puerta, sin decir alguna palabra, tampoco es que pareciera que Neal esperara una respuesta de inmediato. El chico no hablaba rápido, se tomaba su tiempo entre cada oración para observar sin discreción alguna, de todos modos, iba a ser su nueva habitación. No parecía alguien que dijera mucho, por lo que la confianza con la que habló lo tomó por sorpresa.

—¿Crees que puedas ayudar con a esa? —señaló la maceta de lavanda que estaba en el descanso del gran ventanal—. No hay día que no reciba sol, y agua a su tiempo, pero se niega a crecer.

Gideon se sentó en su cama, observando con curiosidad cómo Neal parecía inspeccionar la planta que apenas y tenía hojas.

—Está muy sola —Gideon no pudo evitar soltar una risa nasal, pero se negó a hablar cuando la seriedad en Neal no pasó a otra expresión—. ¿Vives en el bosque y no supiste eso? Deberías de saber que las plantas necesitan más que agua y sol; la voz de uno no les va nada mal.

Tenía demasiadas preguntas, pero llegó a la conclusión por sí solo que el chico era un gran observador y discreto en ello, lo cual lo volvía alguien de quien cuidarse. No evitó coincidir mentalmente en que esa maceta parecía ser la paria entre todas; estaba muy lejos de las demás. Pero solo habló para una pregunta.

—¿Y qué crees que debería decirle?

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bANDAAAA, creo que ya se me está quitando el bloqueo

lo bueno es que ya tengo en cómo acabará esta primera parte, lo malo es escribirlo xd

espero que les vaya a gustar la historia y les tomen cariño a estos personajes como yo ya lo hice<3

bai, no se les olvide tomar agua y espero seguir publicando pronto

~midnighthief