Roto

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Isabel buscaba a Sirius pero este la ignoraba.

Después del partido de Quidditch y que James y Lily se escaparan para tener un momento a solas, Isabel siguió buscándole.

Incluso había pedido ayuda a Remus, pero este se había negado alegando que incluso si la ayudara, no encontraría a Sirius. Tenía una habilidad para aparecer cuando quería y desaparecer hasta cuando le daba la gana. Así que a pesar de buscarle hasta cerca de las mazmorras, Isabel no lo encontró.

Decidió sentarse cerca del lago y cerrar sus ojos. Sirius no le hablaba desde ese día de diciembre y se sentía como una idiota. Una completa y absoluta idiota. Había arruinado todo y se había quedado sin el único en todo el mundo que la entendía. Así que solo lloró y se acurrucó a recomponer algo roto en ella, una cosa que quizás no era su corazón pero igual dolía.

- ¿Quien te hizo llorar para partirle la cara? - escuchó la voz de Sirius tras ella, Isabel se limpió con rapidez - Habla rápido Jones, que iré a...

- Pues entonces anda a un maldito espejo y te golpeas a ti mismo. ¡¿Sabes cuanto te he estado buscando?! ¿Por qué huyes? Explícamelo. Porque no comprendo.

Sirius exhaló y pasó sus dedos entre su cabellera negra. Había una conversación pendiente.

- Bien. ¿Crees que me puedas perdonar por huirte estos meses? Han sido una porquería, Jones. En serio. Hay demasiadas cosas que he querido hablar contigo - habló con rapidez - Burlarme de James a sus espaldas por ser un tonto enamorado, reírme de Evans que al fin cayó en los encantos de Cornamenta. Hablar de lo tonto que se le ve la barba a Remus, o de como Peter al fin logró hacer el maldito hechizo de ocultamiento bien. Hablar de ti. Del beso. De como no puedo dejar de pensar en eso y en como me cagaste la vida completa con tu presencia. Tenía todo planeado Jones. ¡Todo! Entonces llegas tu y te metes en mi vida...comienzo a encariñarme contigo y pienso "¡Eh! Pero mira que quizás tener una hermana no te hace daño" Entonces sucede que te encuentro tan encantadora que no puedo verte como mi hermana y es que, maldición, eres un maldito ángel y luego...¡Zas! Que te pones buena, Isabel. ¡Soy un hombre! No es como si fuese ciego...y pienso, "Bien, es momento de cuidar la integridad de Isabel, para que ningún idiota se le acerque" - Sirius decía todo esto de forma tan acelerada que Isabel tuvo que tratar de no parpadear para incluso leer sus labios - Pero que no puedo evitar pensar en ti de una forma no fraternal y que sentía que quería tenerte para mi pero supuse que quizás era como dices tu, que quiero que ninguno me deje, entonces que te veo con Thomas y te escuche gemir luego de que...

- ¡Espera! ¡¿Qué?!

- Mierda. Bueno, ya lo dije. Esa noche estaba ahí. Juro que fue un error. Entonces no puedes culparme de pervertido. Me fui antes de seguir viendo. Me hacía sentir enfermo. ¡Por Merlín! A media escalera estuve a punto de devolverme y golpearlo para llevarte conmigo y entendí que no podía...no eres la niñita a la que quería proteger como un hermano, sino que algo había que me corrompía por dentro - Sirius le miraba alterado, emocionado - Luego que ya comencé a seguir mis propios consejos de no pensarte mas, llegas y me llamas en medianoche y me pides que...¡¿Sabes que eso no se lo puedes pedir a alguien como yo?!  Maldición Jones, tu estabas sin tu sueter y ese olor tuyo...Vainilla. Amo el puto helado de vainilla y tu solo estabas ahí y...¡Merlín! Ese beso fue algo que nunca había sentido, era raro, como...flotar. ¿Sabes? Distinto de volar, solo flotar. Como cuando nadas. Yo solo...no quería arruinarlo porque no suelo tener nada como tu, me canso rápido de las chicas y no quiero que eso suceda contigo. Entonces recordé que no te veré luego de graduarme, no tan seguido claro.

- Sirius, ¡para de una maldita vez! ¿Que carajos intentas decirme?

- Que soy un idiota y en serio, en serio quiero que olvidemos todo. El beso. Todo. Todo de esa noche. Quiero tenerte a mi lado pero no quiero sentirme como me siento...

Con amor, Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora