Capítulo 14

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Pendejo al cuadrado

POV OVIDIO

Después de tremenda putiza que me metió la Mónica , me tuve que disculpar por haberla dejado sola. Tenía toda la razón la morra no tuve que dejarla. Pero es que de solo escuchar que Alfredo la traía pendeja me hervía la sangre y con tanto trago encima, simplemente no pienso bien.

Le ofrecí un trago tal vez así se le bajaba la rabia un poco.

—Oiga hablemos bien, te vuelvo a pedí perdón plebe por haberte dejado sola. Acepto mi error, pero tú me dejaste peor.

—A ver pues comienza tu diciéndome por qué te enojaste, qué fue lo que dije de malo? No logro entender .- me dijo confundida

No se si decirle el porqué de mi molestia. Iba a sonar ridículo pero prefiero esperar un mes para que cumpla sus 18 y celar a la morra por lo menos sea legal.

-Si te digo, no me vas a creer. Así que prefiero guardármelo para mi.

—Dime pendejo. No me dejes con la intriga, o me largo.

No quería que se fuera así que me quede un tiempo dándole vueltas a mi trago y viendo fijamente como el hielo se iba derritiendo.

La vi levantarse de la cama, decidida a irse.

—Por favor no te vayas, me prometiste una hora.- le dije agarrándola de su brazo izquierdo

—Si no me dices, me voy y me vale verga Ovidio.- me dijo la pelinegra decidida

—Está bien pero esta vez te toca a ti, no burlarte de mi.- le dije un poco dudoso aún

—Aviéntalo pues.

—Es que me dieron celos pues...- le dije tímidamente esperando una respuesta

Su respuesta fue una risa y ahora el emputado era yo. Me levante y el que se iba a ir a la verga era yo, pero la plebe me tiro del brazo. En resumen los papeles invertidos.

—No te vayas.- me dijo entre risas aún.- Es que no pensé que fuera eso, yo me imaginaba algo peor

—Sabes que Mónica, ando bofeado.- le dije aún enojado

Su cara era bastante expresiva y su frente hablo por ella, definitivamente no había entendido lo que le dije.

—Qué? No te entiendo wey. Háblame español internacional porfa- me dijo riéndose aún más

—Que estoy cansado.-le dije cortante y acostándome dándole la espalda

—Ah si?.- me respondió ella poniéndose encima de mis costillas y escondiendo su cabeza en mi cuello

Ay señor Jesús, ayúdame que yo soy fuerte.
¿Por qué yo quiero hacer las cosas bien y siempre me sale alguna tentación? Me decía a mi mismo.

—Si .-le dije aún cortante y cerré los ojos

—No cabrón tu me hiciste quedarme ahora te aguantas.- dijo jalándome de mis costillas igual y poniéndome boca arriba

Ni madres wey, si ella quiere...quien soy yo para negarle algo. A estos niveles no puedo estar de moralista, me vale verga chingao. Pero a como a mi me costo una buena madriza, que le cueste a ella también. Mi mismo tu sabes que hiciste tu máximo esfuerzo.

—Déjame dormir.- le dije suplicante sin embargo yo quería que se quedara

—No. Habla conmigo, por ti estoy acá.- me dijo viéndome seriamente

—De qué quieres que hablemos?.- le pregunté con una voz de cansancio

—¿Por qué sentiste celos de tu hermano?.- me preguntó de una manera muy tierna

Entre la espada, la pared y los Chapitos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora