Capítulo 10

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Ayuda papito Dios

Emilio me está proponiendo besarlo a cambio de unos chilaquiles y pasar la noche con el. Bueno...pues no sería la primera vez que lo beso y la verdad pasar con el me da igual si andamos todos juntos. Obviamente este cabrón se quiere aprovechar de mi por andar de muerta de hambre.

—Está bien trato hecho.- le respondí al castaño extendiendo mi mano

Se lo que está esperando este idiota, pero le daré un beso en el cachete.

—¿Que esperas Mónica?.- me dijo entre risas el cínico

Me lance hacia el, lo acorrale a la isla que había en medio de la cocina, le agarre la cara pegándola a la mía, rozando nuestros labios y de golpe le di un besito en el cachete.

—Listo! Proseguiré a servirme chilaquiles rey.- le dije queriendo reírme como nunca

—Wey nada de eso!.- Me respondió yo diría que entre enojado y excitado.- Vengase pa acá mi reina.- me dijo jalándome de la cintura

Honestamente pensé que lo dejaría todo caliente al hijo de la chingada pero yo también quede un poco caliente puta madre.

—Emilio suéltame, ya cumplí con mi parte. Tu me dijiste un beso y ya te di el beso.- le dije tratando de soltarme de su agarre

—Tu sabes que no era ese tipo de beso mona, el que yo quería era como aquellos besos que me dabas de morros.- me dijo al oído causándome escalofríos por todo el cuerpo

-Tu estás lo....- No logre terminar de hablar porque me tapo la boca y me jalo hasta el que creía el cuarto de servicio

Por mi mente solo pasaban suciedades que no quería que terminaran en tragedia. Me resignaba a hacer cualquier cosa indebida en la casa de los padres de Kris.

—Emilio déjame salir ya, no veo nada y ando muerta de hambre. Por favor .- le dije un poco demandante

—Yo no me moveré de esta puerta hasta que me des mi beso, ya sabes qué tipo de beso.- me dijo el cínico

—Al menos enciende la luz de acá que no veo nada y algo me está golpeando la espalda

—Tienes razón no veo ni madres tampoco.- me respondió buscando donde se encendían estas

Encendió las luces y para nuestra sorpresa estábamos en una sala de juegos con un bar, mesas de juego, sofás y todo lo que nos podíamos imaginar.

—Joder.- dije asombrada .

Estaba admirando dicha sala hasta que escuché el cierre de la puerta, Emilio parece que no se rendiría hasta que le de su dicho beso. Yo solo pienso en comida, todo por la comida.

—Emilio ven.- le dije ya resignada a darle el beso

—Jejeje voy.- me dijo entre risas el idiota como que sabía

Me senté sobre la barra del mini bar, lo jale de la camisa. Y me quede viéndolo un rato

–Así te quería tener.- me dijo

Se me quitó el hambre cuando Emilio me quedo viendo a mi, sentí unos nervios en el estomago que no sabía si era él hambre o qué pedo.

Entre la espada, la pared y los Chapitos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora