Arya
—Oye, ¿a qué viene eso? —demandó sin alejarse de mí.
Empezaba a comprender su táctica.
—Viene a que no voy a caer en eso, Lisa.
—¿Puedes hablar con claridad?
—¡Que te digo que no te voy a seguir el juego!
—¿Qué juego? —interpeló levantando la voz.
Lo tenía más que claro. Ella se pensaba que le besaría los pies de la misma forma en la que lo hacía Samantha.
—¡Tú te piensas que me dirás lo que te dé la gana sin conocerme y que al día siguiente no te lo tendré en cuenta por tu cara bonita! —espeté casi gritando. No me importaba llamar la atención—. ¡No pienso dejar que me hagas eso!
—¿Qué...? —preguntó. Su voz se ahogó por el asombro que mostró.
Pero eso tan solo era otro juego. No caería en algo tan evidente.
—Yo no haría algo así —agregó. Su voz aparentaba ser sincera.
—Ya, claro... —ironicé rodando los ojos—. Pero eso es lo de menos. Aunque no fuera así, eso no cambia el hecho de que ayer me hablaste como a un montón de mierda.
—Oh, ¡discúlpame si tan solo dije la verdad! —expuso con sarcasmo en la voz.
—Fue a medias. ¡Dijiste la verdad como te pareció!
—¿Ah, sí? —masculló burlona—. ¿Acaso el lunes pasado no estuviste ebria y despertaste en mi casa porque te cuidé?
—Que sí, pero que sigue siendo una verdad a medias.
—¿Y qué sabes? ¡Si casi ni te acuerdas de lo que ocurrió!
—¡Te hablo de lo que me llevó a hacer eso! ¿Es que no lo entiendes?
—Guau, rompiste tu teléfono después de hablar con tu madre. ¿Qué te dijo? ¿Que tenías que quedarte aquí lejos de ella y papi?
Su insensibilidad y sus prejuicios me molestaban, pero por encima de eso, me dañaban y me hacían sentir un dolor en el pecho inefable.
Ella había tocado un punto muy sensible para mí. Era una zona muy peligrosa, cubierta de minas que estaban a punto de estallar todas juntas.
—Aish... ¿quieres saber la verdad?
—¡Ilústrame, querida!
—¡Pues que sepas que mi abuelo llevaba enfermo durante mucho tiempo y se encontraba en fase terminal! —grité sin contenerme—. ¡Y de no ser por esa mierda de contrato podría haberme despedido de él! Pero no. Mis maravillosos padres decidieron mentirme con la estimación de su tiempo de vida para arrastrarme engañada hacia aquí. ¡Y todo para que no me distrajera de esta pesadilla de trabajo, en el que ya piensan que soy una zorra que está aquí por acostarse contigo gracias a lo que dijo la cerda a la que te tiras! ¡Y mejor ni hablemos de las pullas que me sueltas constantemente!
La había dejado bien en sus sitio, con la boca abierta. Sus labios formando una «o» casi perfecta y algo recostada. Estuve unos segundos fulminándola con la mirada. Lo máximo que pude hasta que sentí que mis ojos se estaban inundando de nuevo. No tenía planeado repetir lo de anoche, y menos delante de ella. Por eso, si iba a llorar, lo haría en la intimidad; a solas. Estaba harta de mostrarme débil ante su presencia. Si no era para quejarme del estrés, era por los rumores... Y si yo no estaba borracha, me daba la ansiedad. Y sino, ella se enfermaba y yo la cuidaba, sin saber muy bien por qué.
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Infranqueable
FanfictionArya, que se está iniciando en el mundo de los negocios, es forzada por sus padres a fusionarse con una gran compañía; la empresa del gran imperio Manoban. Y allí, en Bangkok, conoce a la presidenta de dicha firma, Lalisa Manoban, tan impávida y tan...