Mire a espejo atentamente antes de darme una media vuelta y mire la espalda del vestido que llevaba. No es que me estuve arreglando demasiado para Taehyung, pero tenía este sentimiento en mi pecho que me decía que al menos, si lo estuviese utilizando para sacarle un poco de celos a Jungkook, tendría que verme bien y no avergonzarlo con algún vestido horrible.
Y el que llevaba estaba bien. No era muy corto, tampoco era ajustado y tenía un leve escote en la espalda. Quizás era demasiado blanco, pero suponía que con eso estaba bien. Los zapatos altos los descarte porque, a pesar de que Taehyung es realmente alto. Así que me fui por unos zapatos rojos de charol con un taco tan sutil que no subía más de cinco centímetros.
Mi compañera de habitación me había ayudado a maquillarme. No cambie mucho en los ojos, ella simplemente me pinto los labios de rojo porque dijo que así le daría un ataque cardiaco pobre. Yo no quería eso, yo simplemente quería darle celos a Jungkook.
Si es que eso era posible, después de como se había estado comportando conmigo cuando volvimos de vacaciones.
—Estas bien, si lo que quieres el volver solo con un beso —me dijo mi compañera de habitación, colocándose a mi lado.
—No quiero nada de el —conteste.
La sola idea de besar a Taehyung hacia que se me erizara la piel. No porque quisiera, sino que sería como besar a Yoongi frente a Sonjin. Sería como desatar la tercera guerra mundial.
—¿Y por qué no? Él es súper mega guapo y sus labios sin duda deben ser los mejores besadores de toda Inglaterra —replico ella, soñadora.
Negué con la cabeza, riendo un poco.
—Oh, vamos si no es tan guapo...
—¿Dónde están tus lentes, entonces?
Riendo, tomé mi pequeño bolso, y estuve a punto de guardar mi celular en él, cuando sonó anunciando un mensaje de texto. Era de Taehyung y me decía que el aun no estaba listo y que, si yo lo estaba, que fuera a su habitación. Dudé un poco, pensando en que si Jungkook estaba allí y no veía salir juntos seria vergonzoso, pero luego pensé en que no lo sería tanto. Después de todo para eso era la maldita cita, al menos de mi parte, claro.
Cuando llegué a la puerta, me sentí como cuando fui a dibujar. Le di con mis nudillos unas tres veces, respire hondo e intente colocar la mejor de mis sonrisas.
—¿Quién es? —oí que alguien preguntaba.
—Eider —leve un poco la voz, sintiendo un escalofrió cuando me di cuenta de que era lo mismo que había dicho el día en que fui a dibujarlo. Rogué internamiento para que Jungkook no estuviese.
Transcurrieron diez segundos, tal vez, hasta que la puerta se abrió y apareció el mismísimo frente a mí, luciendo realmente sorprendido al verme frente a mí, luciendo realmente sorprendido al verme frente a su puerta. Luego, borro su sorpresa frunciendo el ceño un poco, mientras cambiaba el peso de su cuerpo de un pie a otro.
—Estas... ¿Qué haces aquí? —pregunto, levemente sonrojado, en un tono de voz suave.
Me sonroje un poco también, al ser evaluada bajo su mirada.
—Oh, bueno, ¿esta Taehyung por ahí? necesito hablar con él.
Jungkook pareció darse cuenta de algo y luego su rostro paso de ser uno extraño a uno furioso.
—Se está arreglando para una cita, y supongo que tú eres la cita —afirmo.
Me encogí de hombros, intentando no darle importancia al asunto.
—Espera aquí, voy por él.
Me hizo pasar y sentarme en la cama de Taehyung, y después por la puerta de entrada. Ambos aparecieron al cabo de unos minutos, Taehyung con unos pantalones negros y una camisa de ese mismo color con un diseño que no logre distinguir, acomodándose el cabello húmedo.
—¡Hey, pero mira que hermosa que estas! —dijo, acercándose a mi e inclinándose para besarme la mejilla.
En ese mismo momento, al ver el rostro de Jungkook, decidí que no podía hacerle esto.
—Tae, yo...
—¿Estás lista? Creo que vamos un poco tarde —me interrumpió.
—No lo sé, escucha tengo que... —Taehyung volvió a interrumpirme, tomándome de la mano y jalándome con fuerza para levantarme. Me quejé un poco por su rudeza, pero ni siquiera pude hablar un poco porque se había inclinado a mí, besándome la mejilla, pero sosteniendo mi rostro en sus manos.
—Calla, idiota, lo estamos logrando —susurro.
Oh, bien, lo único que estaba logrando es que Jungkook me viera como una zorra adicta al sexo. Primero me ve con un tipo en la fiesta y ahora con su amigo ¡Bien!
Taehyung se separó de mí, sonriéndome un poco. Se volteo y se despidió de Jungkook, deseándole las buenas noches. Me despedí del también en un murmullo, y sentí que el corazón se me partía al ver su rostro convertido como en el de un niño pequeño viendo su deliciosa paleta era arrebatada de sus manos.
Cuando íbamos saliendo del campus, no pude más y me detuve.
—Tae, no puedo hacerlo —dije, tirando de su mano para que se detuviera.
—¿Hacer qué? —pregunto, mirándome un poco extrañado.
—No puedo salir contigo, no de esta manera —explique.
Taehyung tomo mi mano y me obligo a caminar, hasta estar a un par de cuadras alejados de la universidad.
—Mira, sé que es complicado, pero creo que haciendo esto, Jungkook va a dejar de ser un imbécil y se acercara a ti de nuevo —mire a Taehyung sorprendida, sobre todo porque supuestamente era yo la que había planeado mentalmente todo de usar a Taehyung para darle celos a Jungkook.
—¿Qué? —susurre.
—Mira, simplemente vayamos a comer, vamos a mi habitación, voy a buscar mi chaqueta o algo, y luego te llevo a tu habitación. Solo eso —asentí, aun un poco extrañada.
La verdad es que la cita fue un real desastre. Taehyung pidió vino sin saber de él y tuvimos que pagarlo ambos porque era demasiado costoso. La lasaña que pedí no estaba mal, pero estaba tan llena de salsa que manché mi vestido. A Taehyung se le vio vuelta la copa de vino sobre su camisa, casi quemamos todo con las velas y el mesero en su nerviosismo porque al parecer era nuevo, tiro nuestros platos, así que tuvimos que esperar otra media hora para que nos diera la comida.
Sin embargo, Taehyung siempre rió de todo, como si no tuviese importancia, y al final, su optimismo se me pego. Estaba demasiado alegre, a pesar de que mi vestido tenía una mancha de salsa y mi compañero olía como un viejo borracho.
Y entre mi alegría y risas por las estupideces que decíamos, me vi de nuevo frente a la puerta de la habitación de Jungkook y Taehyung, este no me dio tiempo de huir, el simplemente me jalo dentro.
—Espérame aquí, voy a buscar algo para abrigar y seguiremos paseando.
Alcé la mano para detenerlo, pero me detuve al ver a Jungkook, a torso desnudo y con una toalla blanca cubriendo su... incluso al recordarlo se me acelera el corazón. Era... No se me ocurre como decirlo. Podría haber escrito un pequeño cartel "No mirar si tienen problemas cardiacos" y colgárselo en el cuello.
—¿Que? —me pregunto, luciendo un poco molesto e incómodo.
Carraspee, alejando la vista del montón de sexys tatuajes y sus abdominales y bien, debo concentrarme.
—Nada, yo... Taehyung debo irme a dormir, mañana tengo un examen.
—Te voy a dejar en casa —dijo el, tomando una chaqueta más gruesa y colocándosela.
—No, no, está bien, está bien, solo es aquí abajo, Buenas noches chicos —negué efusivamente.
Antes de que alguno de ellos pudiese abrir la boca, me di la vuelta y abrí la puerta, saliendo rápidamente de esa habitación. Sentía mis mejillas realmente acaloradas. Y al mirarme en el borroso reflejo del metal del ascensor del edificio, me di cuenta de que estaba tan roja como un tomate.
Cuando entre a la habitación, mi compañera me interrogo por bastante tiempo, preguntando hasta que ritmo Taehyung respiraba y parpadeaba. Yo le conté todo lo que recordaba en ese momento, porque la diversión que había tenido con Taehyung, y por muy extraño que suene, había sido opacada por la belleza del trozo de Jungkook.
¡Dios bendiga a su creador!