Navidad y año nuevo pasaron rápido, y en un abrir y cerrar de ojos, me vi entrando a mi habitación la universidad.
Los primeros días fueron dedicados a ordenar la habitación, buscar el horario e intentar encontrar los salones en el enorme campus. Mi clase de artes avanzados quedo para el día viernes por la tarde, cosa que me degradaba bastante, porque lo único que yo quiero, por lo general en un día viernes por la tarde, es ir a mi habitación a dormir. Pero debía aceptarlo, si es que quería seguir intentando ser amiga de Jungkook.
Si mal no lo recuerdo, un día jueves por la tarde, cuando iba caminando por el campus hasta la biblioteca, note que había dos chicos riendo a carcajada limpia en el patio. Aún seguía haciendo frio, así que era realmente extraño que ambos estuviesen afuera, pero entonces, cuando ambos volvieron a reír, me percate de que a ellos lo conocía.
Del reconocimiento, pase al estupor, y del estupor a una furia sin fundamentos.
Los chicos eran Yoongi y Jungkook. Y reían como muy buenos amigos. No, como mejores amigos, mejores amigos de toda la vida. Desde que eran unos fetos.
Como era posible que eso ocurriera. Quiero decir, ellos podían ser amigos, pero ver esa familiaridad me hizo sentir realmente celosa. Tanto de Yoongi como de Jungkook.
Quiera acercarme y arrancarles el cuero cabelludo a ambos, pero una parte de mí, la racional, me decía que eso era total y verdaderamente estúpido. Así que, con una mirada que intentaba crear una escena del crimen, seguí mi camino hasta la biblioteca. Allí, era necesario que estudiara, pero lo hice porque era lo único que me distraía de mi furia. Feria que volvió cuando dejé el libro en su lugar en su lugar y salí de la biblioteca.
Lo que realmente me sorprende, aun, de todo esto es que estaba realmente furiosa. Eran muy pocas las ocasiones en que algo me colocaba en ese estado de ánimo y con esos deseos de asesinar a alguien. Venga, ni siquiera cuando estaba molesta porque Jungkook me había tirado la comida encima había estado así de molesto.
Era muy, muy poco habitual en mí.
Al día siguiente, Yoongi apareció en la mesa para sentarse junto a nosotros a la hora de almuerzo con una sonrisa que para mí fue falsa. Obviamente no lo perturbaban. Cuando me miro, su sonrisa se borró y me miro atentamente unos segundos. Supongo que comprendió mi mirada lanza cuchillos, porque no se atrevió a hablar mucho, a pesar de que reía a carcajada limpia por las cosas estúpidas que Jimin y Myung Soo hablaban.
Era tanta su desfachatez, que no pude más y me levanté, molesta y mirándolo, mientras imaginaba mis manos alrededor de su cuello.
—Yoongi, levanta tu delicioso trasero de esa suertuda silla y sígueme —creo que si no fuera por mi tono de voz "vas a morir en unos pocos momentos", los chicos hubiesen reído fuertemente, pero no fue así.
Como si supiera que diablos estaba ocurriendo por mi cabeza, Yoongi asintió levemente, mientras les sonreía a los demás y se levantaba de la mesa con su bandeja en mano.
Caminamos hasta que entre a un laboratorio de ciencia, supongo, donde camine hasta el mesón del fondo y me sentir levemente, mientras les sonreía a los demás y levantaba de la mesa con su bandeja en mano.
Caminamos hasta que entre a un laboratorio de ciencias, supongo, donde caminé hasta el mesón del fondo y me senté en unos de los taburetes. Yoongi me siguió en silencio y luego se ubicó frente a mí, con su bandeja.
—Si me vas a preguntar porque decidí comer espagueti, es porque simplemente quería —dijo. Me golpee la frente ante su estupidez.
—Dios, no me importa lo que comas. Simplemente quería saber porque con Jungkook ayer —Yoongi dibujo una lenta sonrisa ladeada en sus labios.
—¿Estás celosa? —pregunto, con un tono burlesco que me saco un poco de mis casillas.
—Pues claro que si —chillé, y luego cubrí mi boca.
Los ojos de Yoongi se entrecerraron cuando sonrió.
—Supongo que de mí y no de Jungkook —murmuro, llevando un poco de espagueti a su boca.
—¿Crees que estoy tan loca para querer de otra manera a mi estúpido y sensual mejor amigo? —pregunte, mientras me cruzaba de brazos.
—Supongo que con lo sensual debería, pero como sabes que tengo sífilis, sales corriendo —replico Yoongi, encogiéndose de hombros.
Ambos sonreímos y nos mantuvimos en silencio unos momentos.
Vacile un pocos antes de decir — Para navidad me llego una carta del ¿sabes cómo llego?
Pensaba que era obvio que lo había hecho por correo, pero algo me decía que no era tan así.
—No, me pidió que yo lo dejara allí, y no lo leyera, obviamente, ¿qué decía?
Sentí que mis mejillas se tornaban rojas al pensar en la carta y la flor seca, dios, ¿Por qué eran tan tierno ese gesto?
—Nada importante —conteste.
Yoongi me apunto con el tenedor envuelto por espagueti, lanzándome un poco de salsa.
—Estás roja, así que supongo que es algo dulce, ¿te decía algo así como como que eres la cosa más linda del mundo? —Negué con la cabeza.
—Claro que no, simplemente me estaba pidiendo disculpas por lo que paso junto a el árbol antes de irnos a casa —Yoongi abrió sus ojos ampliamente.
—¿Ocurrió junto a el árbol? Como, ¿te beso o algo?
Me abanique un poco con mi mano y acerque hacia una ventana para abrirla.
—¿No tienes calor? —le pregunte.
—Ya lo suponía —murmuro—. Mira, sé que ocurre algo entre ustedes dos y no tienes por qué estar así —comenzó.
—Bueno, es vergonzoso haberle profesado casi odio eterno y que ahora lo quería —casi grite, sintiéndome molestos otra vez.
—Todo el mundo cambia de parecer, las circunstancias en que se conocieron no fueron las mejores, y tu quedaste con una mala impresión de él. Después de haber interactuando un poco, era obvio que tu ibas a cambiar de opinión. Es muy raro que odies a alguien.
¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? quiero decir, podía ir y plantarle el beso a Jungkook y después decirles que lo quiero, pero algo me detenía, algo así como un sentimiento de temor al rechazo. No sabía que pensar en esos momentos. Jungkook podría haberme dicho en su carta que me quería, pero, aun así, él no se acercaba a mi para hablar sobre aquello, y por ese temor mío yo tampoco lo iba a hacer. Era simplemente complicado. Y uno de los dos tendría que dar el paso.
Dudaba de que eso ocurriera pronto.
Quizás Jungkook me iba a evitar en la clase de artes avanzada, y la sola idea ya me dolía. Si Jungkook lo hacía, yo no le iba a hablar nunca más en mi vida. Que se quedara solo su estupidez, porque yo no me iba a arrastrar hacia él.