Puede haber un montón de lugares que una chica puede considerar románticos. La típica chica común diría que una cita en un restaurante elegante o ir al cine es romántico, eso creo, pero yo diría que desde el momento en que Jungkook se apartó ligeramente de mí, la biblioteca era el lugar más romántico.
Había cierto tipo de sensualidad y secretismo en que nos tuviésemos que susurrar, pero en una biblioteca no se debe hablar, y me gustaba que hubiese tanta privacidad como si estuviese encerrado en una habitación solo. Los libreros nos escondían a ambos y además bloqueaban levemente el eco de nuestras voces.
No es que estuviésemos haciendo algo perverso, tampoco. De hecho, después de haber compartido un par de besos, nos quedamos así, yo con mi frente apoyada en su hombro y JungKook con su mejilla descalzando sobre mi cabeza. Era agradable estar así.
—¿No se supone que deberías estar estudiando?
Por un leve momento, desee no haberles dicho a los chicos que iba a estudiar a la biblioteca. Sin embargo, recordé que después íbamos a ir a un bar y beber un poco, así que, dando un suspiro, quite mi frente del hombro de Jungkook y mire a mis amigos. Yoongi tenía una sonrisa de satisfacción dibujada en su rostro, mientras que Myungsoo nos miraba entre sorprendido y tal vez un poco molesto. Supuse que Sonjin estaría gritando si no fuera porque estábamos en la biblioteca. Jimin estaba con una expresión de alegría en su rostro.
—Estoy estudiando, solo me dolía un poco la cabeza —mencione alejándome por completo de JungKook y su delicioso aroma, y acomodando un poco de mi cabello detrás mi oreja.
Myungsoo miro a Yoongi, dejo salir un suspiro y seco veinte libras de su billetera.
—¿Acaso eras un adivino? —le pregunto.
—Lo que pasa es que he estado toda mi vida viviendo con ella —se mofo él.
—Pero Jimin fue su primer beso —replico Myungsoo.
Siempre que Yoongi ganaba en algo y comenzaban a discutir al que tiene la casa más grande, Jimin saltaba con que él había sido mi primer beso y Yoongi dejaba de discutir. Era como una frase que utilizaban para la tregua, pero, aun así, doce años después, Yoongi seguía sintiendo una patada en su orgullo. Yoongi, obviamente, también lo usaba.
—Vamos, par de idiotas, dejemos a estos aquí un rato más y luego nos vamos de fiestas —menciono Sonjin, dándome una mirada que decía "debes contármelo todo".
Cuando los tres se fueron, mire Jungkook. El aún seguía con su mirada pegada por donde los chicos habían desaparecido.
—¿Que miras? —pregunte en voz baja.
—Estaba comprobando que no volvieran —susurró él.
Solté una risa, apretando mi estomago para no soltar la carcajada que tenía.
—No creo que vuelvan. Ellos solo se quedan por ahí a espiar.
Jungkook giro su rostro hasta quedar con su frente apoyada sobre la mía, colocando sus manos un poco más abajo de mis orejas.
—No me gustan ellos —mencionó.
Por un momento pensé que era cierto lo que decía, pero luego lo miré a los ojos, había estado mirando sus labios otra vez, y supe que solo estaba bromeando. Reí entre dientes, mientras negaba suavemente con la cabeza. Me gustaba esa parte de Jungkook, esa parte que grita que es mejor que todo el mundo y que nadie es importante para él.
—Se supone que tengo que salir de aquí pronto —murmure, cerrando el libro y levantándome para dejarlo en su lugar.
Oí que Jungkook se levantaba también y se acercaba.
—Quiero enseñarte un lugar —murmuró, apoyándose en el librero.
Sentí un cosquilleo en mi estómago, y con la boca abierta, lo mire. No sabía a qué se refería con esa frase y tampoco quería pensar en que tipo de lugar sería, pero simplemente no pude. Mí loca mente comenzó a trabajar en posibles lugares que él me pudiese enseñar y todo llevaban a algo mucho más que una 'demostración' de un lugar. Así que, un poco sonrojada y claramente sorprendida, dije.
—Espero que no sea lo que creo que es.
Sonriendo de una manera misteriosa, mientras se cruzaba de brazos, Jungkook dejo de apoyarse en el librero y se acercó un poco más a mí.
—No creo que hagas ese tipo de cosas en la primera cita —susurro.
Con ese pedazo de hombre hubiese aceptado cualquier cosa. Sin embargo, en vez de haberle dicho algo como eso ligeramente menos atrevido, abrí mis ojos y chillé, sin importarme que estuviésemos en la biblioteca.
—¡¿Cita?! ¿Has dicho cita?
Jungkook dejo salir una suave risa, mientas estiraba una de sus manos para tocar mí mejilla con ternura.
—Cita, sí. ¿No te molesta?
¿Si me molestaba? Tendría que estar completamente loca para molestarme con una cita. Y debería estar para internado psiquiátrico si me molestará por tener una cita con él.
—No. Pero necesito saber con suma urgencia que lugar es.
Jungkook simplemente se en congio de hombros. Dándole el misterio necesario como para no poder dormir. Me volteo y veo el rostro de Sonjin, levantando los pulgares y con una sonrisa decía.
—Vas por buen camino.
A su lado derecho, apareció Yoongi, subiendo lentamente y con un letrero que decía "háganlo luego, necesito fiesta" con letras desordenadas.
Myungsoo, al otro lado saltaba en su lugar, luciendo realmente apresurado.Volví a mirar a Jungkook y me di cuenta de que estaba mirando sus amigos aguantando la risa.
—Bien, sí. Acepto, siempre y cuando me digas que me tengo que poner —respondo, un poco apresurada porque volviera a mirarme.
—Normal. De hecho, cómo estás ahora estás bien. Aunque con este clima quizás necesites una chaqueta —respondió.
Me di la vuelta para tomar mis cosas de la mesa y me coloqué el abrigo negro, sin dejar de mirar a Jungkook.
—¿Cuándo? —pregunté.
—Paso por ti —antes de que pudiese incluso replicar eso, Jungkook volvió a colocar sus manos en mis mejillas, acercándome a él— No me engañes —murmuró, antes de acercar sus labios a los míos y rozarlos— casi asesino a Taehyung.
Me dejó con la respuesta a mitad de camino, besándome fuertemente, y quizás hasta con ardor. Me cosquilleo la espalda y sentí que el abrigo estaba sobrando demasiado, pero no me separé de Jungkook aun cuando la bibliotecaria se nos acercó y nos dijo que las demostraciones de amor se hacían afuera. Y la verdad es que me costó bastante hacerlo cuando los chicos comenzaron a chillar y a abuchear para que me apresurara.
Antes de irme, Jungkook volvió a darme un beso, un poco más corto si, después de murmurar otra vez.
—No me engañes.
Era dulce que lo dijera, pero también me daban ganas de golpearlo por dudar de mí. Bien, si, besé a un tipo frente a él y salí con su compañero de habitación, pero no nos habían besado realmente ni mucho menos habíamos concretado una cita real, por lo que yo no le debía ninguna explicación.
Y puede que me digas que en esos momentos tampoco le debía alguna explicación, pero pensaba que Jungkook no era de esos chicos que le pedían q una chica ser su novia. No porque era mujeriego o algo, sino más bien porque le daba cierto tipo de vergüenza o nerviosismo. De hecho, creo que debió haber estado demasiado tiempo pensando en decir que me quería dos veces.
Pero estaba bien. A veces la chica tiene que tomar las riendas.