Una de las cosas geniales de la biblioteca es el polvo. Y no quiero decir que no lo sean los libros, pero como saben, a pesar de que estoy estudiando física, me gustan las cosas pequeñas que parecen sacadas de alguna foto o algo así. Y si, el polvo de las bibliotecas, ese que está flotando, me gusta. Es increíble que en un haz de luz puedas ver cada partícula flotar y moverse como loca cuando una suave brisa o ventisca lo interrumpe.
Sin embargo, no estaba allí para ver la luz, a pesar de que estaba más concentrada en eso que en el grueso libro que tenía descansando en la mesa frente a mí, sino más bien para estudiar. Había decidido que era mejor desaparecer de los pasillos de la universidad tan pronto como abandonara el salón de clases porque sería demasiado incomodo encontrarme con Taehyung y Jungkook juntos. Sobre todo, porque el día anterior Taehyung me había abordado en uno de los pasillos, casi arrastrando a JungKook con él y preguntándome si quería ir a otra cita con él.
Naturalmente, me negué, no iba a torturar a Jungkook cuando me estaba torturando a mí misma al salir con alguien a quien no quería.
No puedo negar que Taehyung es guapo, demasiado guapo incluso para su bien, y tampoco es un mal chico. Pero simplemente no me llamaba la atención del modo en que Jungkook lo hacía, sus ojos a pesar de tener un hermoso color Marrón, no me hipnotizaban como los ojos de JungKook, y Taehyung no tenía este aire de misterio y tranquilidad de JungKook. Son totalmente opuestos, y yo estaba completamente colgada por JungKook. En esos momentos, la palabra con "E" me resultaba aún muy difícil de decir.
Y allí estaba, intentando concentrarme en el libro de física, pero totalmente embobada con las maravillas de la luz y las partículas de polvo cuando oí que las sillas a mi lado eran arrastradas silenciosamente para que alguien se sentara. Hice una mueca de desagrada porque me estaban interrumpiendo, aunque no me gire para ver quien era, hasta que escuche su voz.
—Hola —dijo, como la primera vez que me saludo de manera correcta, el año anterior, en el corredor del tercer piso.
Lo mire de reojo, sintiendo que me sonrojaba al recordar su delicioso torso desnudo y con algunas gotas de agua aun recorriendo su camino hasta el borde de la toalla.
—Hola —susurre, sintiéndome tan temblorosa como una gelatina.
—¿Qué haces? —sonrió Jungkook de lado, mientras preguntaba.
Sería muy extraño decirle que estaba mirando algo demasiado insignificante como las partículas de polvo de luz, incluso para un bien artista, pero tampoco quería sonar como una mala persona y decirle que estaba estudiando. Sobre todo, porque me podía haber salido con un tono realmente irónico.
—Simplemente busco silencio —contesté y me arrepentí al instante de haberlo dicho.
El rostro de Jungkook no demostró nada además de la sonrisa pequeña que lleva en sus labios pornográficos, pero me daba la sensación de que mi voz había sonado molesta y que al haberlo mirado a los ojos había sido como decirle que no lo quería ahí. Lo que no era ni sería algo verdadero.
—Necesitaba estudiar un poco de silencio, ya sabes, me cuesta concentrarme con el ruido y eso —después de intentar enmendar mi error, deje salir una leve risa, un poco nerviosa.
—Oh, vamos, pero si no dejas de hablar cuando haces cosas, estoy seguro de que ya esta acostumbrada a eso.
Me reí un poco, pero luego deje de hacerlo cuando la bibliotecaria apareció y se colocó el dedo índice en los labios, pidiendo silencio.
—Lo siento, pero no siempre es así —replique, un poco ofendida, en un susurro.
Jungkook chasqueo la lengua, mientras apoyaba los brazos sobre la mesa, girándose un poco hacia mí.
—Bueno, entonces, señorita que no me contó su vida completa en dos horas, me gustaría oírla hablar un poco. ¿Por qué no me lees algo del libro?
Negué con la cabeza, mientras hacia un sonido de negación.
—Estoy segura de que cualquier cosa que te lea de aquí, hará que te quedes dormido.
Cuando gire mi rostro para mirar a Jungkook, me di cuenta de que él no estaba bromeando con eso de que le leyera algo, así que tome el grueso libro entre mis manos, busque algo relacionado con la temperatura, algo que a mí me gusta mucho y comencé a leerle.
Al principio, Jungkook pareció realmente interesado en lo que yo le leía, pero después de unos cinco párrafos, cuando las cosas comenzaron a tonarse casi como trabalenguas, Jungkook se echó hacia atrás de su silla, luciendo un poco estresado y mareado. Sin embargo, no me detuvo hasta que pasaron más o menos unos veinte minutos.
—Okey, creo que estoy por explotar, ¿Qué es eso de las temperaturas de dos objetos en contacto se nivelan?
—Eso, no es tan difícil —conteste.
Yo no pude evitar reírme un poco, pero deje de hacerlo cuando sentí que me quitaba el libro de las manos y lo dejaba sobre la mesa, para luego tomar mis manos y hacer que lo mirara por unos segundos que me parecieron años. Dejo una de mis manos a un lado, y llevo la suya hasta mi mejilla, sin dejar de mirarme en ningún momento. Esto había sido un cambio un poco extraño.
—Te quiero, Eider —me susurro.
Suspire fuertemente, sintiendo que mi corazón comenzaba a aselarse más y más.
—Yo también te quiero, Jungkook —respondí antes de que Jungkook se inclinara y me besara.
Y le dije que lo quería,después vendría el golpe, por idiota, y luego, vendrían más besos, si es quetengo suerte.