III

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Maratón 2/3

— Quiero un perro. — Llegue con Jesús y hice pucheros.

— Ivanna de donde voy a sacar un perro a las. — Checo su reloj. — A las cuatro de la mañana.

— Pero yo quiero uno. — Recargue mi cabeza en su pecho, mientras que hacía círculos atrás de su cuellos. — ¡Ándale si!

— Ivanna. — Se levantó de donde estaba sentado y me hizo a un lado. — No ando de humor para tus caprichos. — Lo mire mal.

— Chinga tu madre. — Pase a su lado chocando nuestros hombros. Subí rápidamente hacia mi habitación, cerré la puerta de un portazo, y hundí mi cabeza en la almohada.

De repente sentí como se abrió la puerta, rodé los ojos y hundí mi cabeza aún más en el almohada. — Bebé. — Bufé molesta. — Mi amor. — Acaricio mi cabello y dejó un beso en este. — Princesa.

— No quiero que estes en mi cuarto. — Le dije dolida, lo más probable es que esté así por que en unos días más me llega la regla. — Hoy mismo le digo a mi papá que me regreso a Mexico, no quiero estar aquí.

— No Ivanna ¡Tu no te vas a ningún lado!

— Me vale madres, no eres mi papá como pa' venirme a decir que hacer Jesús, mejor déjame en paz, empaco mis cosas y ya no te molesto mas, así me devuelvo a mi casa con mi familia, aunque esté en peligro.

— Pero no, se supone que estaríamos juntos. — acaricio mi cintura y le di un manazo. — Ivanna.

— Ma vale tres kilos de r..

— ¡Ivanna! — Me regañó. Y me puse boca arriba. — No mi amor.

— Que amor ni que la chingada, ya se que la mentada Clarissa se va a venir con nosotros, así les doy espacio para que te la puedas coger. — Le di una sonrisa hipócrita.

— No bebé. — Intentó besarme pero me quite. — No te hagas del rogar.

— No a la chingada. — Tome mi celular y le llame a el nini. — Bueno, si, me voy a regresar, me preparan la pista. — Dije a través de la llamada. — Bueno si a esa hora. — Colgué y el están sentado en el borde de la cama.

— ¿Enserio vas a hacer tanto pancho por un perro? — Me pregunto. — No mames Ivanna.

— Pues si, y no fue solo por eso. — Torcí los ojos. — Igual mi papá siempre me cumple todos mi caprichos, o mis tíos, así que me voy. — Me levante de la cama y entre a el closet com el detrás de mi. — ¡Ya por una chingada!

— No Ivanna. — Me tomó bruscamente de la muñeca. — No te puedes ir, íbamos a estar juntos.

— Íbamos tú lo dijiste. — Me solté de su agarre y tome mis maletas, tome la ropa que ya había comparado y la eche toda hecha bola. — Así coque compermiso. — Trate de quitarlo de la puerta, pero solo estaba parado, como si nada. — Haste a la chingada.

— No, no, no. — Puso sus manos en mis caderas y me acerco más a él. — Ivanna, ya mi amor.

— Si, si, si, a la chingada. — Lo empuje.

— Mi amor. No te vallas a ir bebé.

— No me voy a ir con Emma a Chicago, con las gemelas, a lo mejor y me encuentro un gringo guapo, ojo azul, guero, uno nunca sabe. — Me miró enojado y le guiñe el ojo.

— ¡No ni madres! — Me cargo como costal de papas. — Tu no te vas a ir a buscar a alguien, tú eres mía.

— Si ajá. — Le di una patada que hizo que cayera en mi cama. — Ya mejor me voy. — Tome Mis maletas, que solo eran dos y salí corriendo a la entrada de la casa.

— ¡Hija de la chingada! Si me dolio. — Oi los pasos atrás de mi, pero fui más rápida y me subí a una de las camionetas que ya me esperaban.

— Adios. — Baje la ventanilla de la camioneta y moví mi mano. En eso quiso sacarme pero el conductor aceleró, haciendo que quemara llanta. — A lo mejor y cuando llegues a Sinaloa te presento a mi novio.

Subí la ventanilla y me puse a observar mi celular, cuando me llegó una llamada de mi papá, suspire y le contesté. — Hola papi.

— ¿Como que no te vas a quedar con tu padrino? Ivanna dime la verdad. — Apreté los labios y pense uno poco. — Ivanna.

— Nada papá pero estaba bien aburrida, y por eso me quise ir con Emma, tengo mucho sin ver a mis minis Tías. — Mentira.

— Está bien, te cuidas mucho, no vallas a venir a Mexico. — Colgó.

(...)

— ¿Y como an estado las gemelas? — Llegue con Emma, mientras que comíamos hamburguesas de KFC.

— Muy bien, ya están bien grandes. — Me dio una sonrisa.

Desde que llegue solo había pensando en Jesús, si a lo mejor fui muy infantil en emisora pelea, pero no se que me pasó, tal vez si me facto haberlo visto hablar con Clarissa, y claramente ella iba a viajar pa' ir con el, lo cual me dolía mucho, a lo mejor esa fue la principal causa de mi pelea, pero bueno lo hecho esa.

Desde que llegue solo había pensando en Jesús, si a lo mejor fui muy infantil en emisora pelea, pero no se que me pasó, tal vez si me facto haberlo visto hablar con Clarissa, y claramente ella iba a viajar pa' ir con el, lo cual me dolía mucho, a ...

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Solo dire que se vienen los chingazos

Mi Padrino | Vicente Zambada | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora