II

10.6K 360 10
                                    

Maratón 1/3

— Ivanna tendremos que mandarte con tu padrino. — Abrí mis ojos, algo estaba mal si me iban a mandar con el, o eso supongo. — Las cosas se están poniendo cabronas, tu padrino se va a ir a España a hacer tratos, te vas a ir con el.

— ¿Que? ¿Pero que está pasando? — El negó y se acercó a mi para abrazarme. — Papá dime que está pasando.

— ¡No te puedo decir hija!

— Es que nunca me crees capaz papá, siempre me miraras como una niña. Estoy harta de que no me creas capaz de hacerme cargo de mi seguridad. — Dije tratando de convencerlo.

— Ivanna eres mi niña, siempre lo serás, pero ahora necesito que tomes tu celular y te vallas con tu padrino, ya te está esperando. — Me asomé por la ventana viendo unas camionetas negras abajo.

Si me quería ir con el, pero me daba miedo lo que me podía pasar estando lejos sin poder defender a mi familia. Podían atentar contra mi padre y no lo volvería a ver, podían hacer cualquier cosa en contra de mi familia.

— Papá, pero no quiero irme y dejarte, qué tal si te hacen algo o a mis tíos, no quiero dejarlos.

— No me va a pasar nada ¿Si? — Me abrazo y hundí mi cabeza en su cuello.

— Es que, papá, me da miedo que les pase algo, qué tal si no los vuelvo a ver. Son mi único familia. — Dije sollozando.

— Ey. — Levantó mi mandíbula para que lo viera. — No me va a pasar nada y en todo caso tú padrino te cuidara con su vida. — Si supiera que tengo una relación amorosa con sus propio amigo de la infancia y que fue el con quien perdí mi viginidad, no diría eso.

— Está bien. — Lo abracé y el me pego lo más que pudo a él.

— Cuando vuelvas estaremos aquí, todos completos. Te lo pronto mija. — Beso mi mejilla.

Tome mi celular y después de volver a abrazar a mi papá, salí rumbo a las camionetas donde me esperaba Mi Padrino, me subi a una de ellas donde solo estaba el.

— Nos vamos a divertir mucho en estás vacaciones. — Me dio una sonrisa coqueta. Puso una de sus manos en mi muslo y lo apretó. — No te me escapas, Ivannita.

— ¿Y quien dijo que me iba a escapar? — Le di una sonrisa traviesa. La camioneta se puso en marcha, entrelazó nuestras manos y dejó un beso en estas.

— Ya tenía ganas de tenerte solo para mi un rato.

— Yo también, pero ¿Que está pasando? — Me volteo a ver y luego a el camino.

— Nada Ivanna, solo te queremos proteger. Y no me iba a negar a robarte unos días y tenerte solita pa' mi. — Lo mire mal.

— Y que no se valla a enterar mi papá de que su amigo y compadre se está echando a su única hija, esta cabron.

— ¡Oye! — Me dio un manazo en mi muslo, cerca de mi intimidad. — Pero bien que te encanta.

— Si, si, si como sea ¿Que está pasando? — Negó con la cabeza. — ¡Ya dime Jesús, o no va a pasar nada de nada en el viaje!

Dudo un poco y después mojo sus labios. — Está bien, está bien, sabes cómo chantajearme Ivanna. — Sonreí victoriosa. — Pues los Colombianos no respetan, estamos en guerra y te queríamos proteger, me ofrecí a traerte conmigo para aprovechar y estar juntos ¿Ya? ¿Con eso? — Asentí y fue bajando su mano hacia mano hacia mis pants.

— ¡Ey esa mano! — Trate de quitarlo pero fue en vano.

— Cuando lleguemos no te me escapas. — Beso mis labios y saco su mano.

Mi Padrino | Vicente Zambada | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora