XIII

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Maratón 2/5

Fui abriendo los ojos lentamente, y vi a mi tío Alfredo hablado por teléfono en frente de mi pero dando la espalda. Mire hacia todas partes y estaba en una habitación blanca con unos cables en las manos y pecho, hasta ahora mi tío no sabía que ya estaba despierta.

- Si, la verga Iván !Es tu hija carajo! - Hablo molesta, volteo a mirarme y rápidamente cerré los ojos.

Tenía el teléfono a todo volumen así que fácilmente oía todo.

- Que se chingue, yo no tengo la culpa de que por pendeja se allá ido a estampar.

- Dale gracias a Dios que Ivanna está viva, por tu pinche culpa le pasó lo que le pasó. - Sentía un nudo horrible en la garganta.

- A lo mejor y ni es mi hija. - Un putazo dolía menos. - Ojalá y se muera por pendeja.

Ahora si que tenía el corazón destrozado ¿Como mi propio padre me deseaba la muerte?

- ¡¿Que mamadas dices Archivaldo?! Ojalá papá te pegue unos buenos chungazos pa' que se te quite lo pendejo.

- ¡Bueno y tú no tienes por que estarme regañando! ¿Cual es tu pinche problema?

- Mi problema es que tu hija, ósea mi sobrina salió de puro milagro de el choque por que tú la corriste de su casa. - Ahora entiendo por que mamá se fue.

- ¡Chingas a tú madre Alfredo!

- Tenemos la misma pendejo. - Casi en río pero luego la tristeza se apoderó de mi. - Hasta pa' eso eres wey.

- A lo mejor que Ivanna fue producto de una de las aventuras de su mamá, y ni es mi hija ¡Esa plebe ni es mi hija! Ni debería de llevar el apellido Guzmán. - Mi corazón se hizo chiquito. - Mi único hijo es el que espero con mi novia, ese si va a ser Guzmán.

- Pues del que te deberías de preocupar por si es tu hija, es del que estás esperando, por que no creo que de un lugar muy bueno hallas sacado a tu novia. - Ya no oí más por que creo que colgó.

Nuevamente fui abriendo los ojos, y mi tío rápidamente se acercó a mi y tomó una de mis manos.

- ¿Mi.. Donde está mi papá? - Dije tratando de sentarme.

- Ivanna, no te puedes levantar. - Me volví a recostar sobre la cama. - El está fuera de tus cabales, ya no se que chingados le está pasando.

- Solo recuerdo que.. Que discutí con el, me golpeo y luego me corrió de la casa. - Me empezaron a arder los ojos.

- No, no yo te voy a cuidar no te preocupes. - Beso mi mano y luego beso mi frente. - Todos estamos contigo y nunca te daremos la espalda.

- ¿Tio tú crees que si soy hija de mi papá? - Necesitaba saber la verdad.

Abrió los ojos grandes. - ¿Escuchaste... Lo que dijo Iván? - Asentí lentamente y comencé a llorar.

- Si tío, oí todo. - Se acercó a mi y me abrazo. - También oí cuando dijo que ojalá me muriera. - Limpie el puente de mi nariz con una toalla que me dio mi tío.

- Me tienes a mi ¿Okay? - Tomó mi cara entre sus manos. - Yo nunca te abandonare, le hice una promesa a tu mamá cuando naciste, y la cumpliré hasta que me muera o me maten. - Lo mire mal.

- No tío no diga eso, ustedes son lo último que tengo, ahora que prácticamente no tengo padres.

Me abrazo y comencé a llorar en su hombro, todavía no podía creer que mi papá me deseó la muerte, la persona que más amaba en este mundo me deseó la muerte.

(...)

Le sonreí a mi abuela que me trajo caldo de pollo que estaba delicioso, creo que tenerla cerca me hacía olvidar un poco esto.

- ¿Abuela hoy es martes no? - Pregunte.

- Mija hoy es Domingo. - Abrí Mis ojos grandes ¿Como pasó tanto tiempo? - Estuviste muchos días en coma por así decirlo.

- ¿Y luego me trajeron a la casa de mi tío Alfredo no? - Dejé le plato con el vaso de agua, en la mesita de noche.

- Si mi niña. - Mi tío Alfredo toco la puerta y después entro y se sentó en el borde de la cama.

- Que bueno que ya comiste. - Me sonrió.

- Si es que como no iba a comer con esta delicia que me hizo mi abuela.

- Ay mija que dices. - Mi abuela recogió mis platos y luego salió de la habitación.

- Tío ¿No le molesta a Karina que me quede aquí? Por que ya ve que nunca me quiso.

- No pues ella no tiene por que opinar en eso Ivanna, por que la mande a la chingada, resultó que los niños ni eran mis hijos. - A la madre, como que esto ya viene de familia, por que según yo ella es pariente de la vieja de Iván. - Entonces ahora solo vamos a ser tú y yo en la casa.

- Está bien tio. - Con su ayuda me levante un poco y le di un beso.

- Cualquier cosa le dices a mis hombres y mamá se va a quedar a cuidarte unos días, y no te preocupes por Iván que ya le di indicaciones a los hombres de que no lo dejen pasar.

- Okay tío.

- Ahora duerme y no pienses en eso. - Beso mi frente y salió de la habitación.

Me recosté y aunque no quisiera no podía dejar de pensar en eso y en Jesús, desde que desperté solo me fui me dijo que le había dicho que ya estaba bien y fuera de peligro, pero nunca vino a verme, ahora que más lo necesito y no lo tengo cerca de mi. Cuando más quiero que esté a mi lado, me deja a mi suerte. Lo de mi papá me dolía mucho, ahora de la clase de persona que tengo como padre, un ser sin corazón, si eso me trato a mi ¿Como tratará a los demás?

Mi Padrino | Vicente Zambada | TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora