Phobia › Minlix

XV

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Felix había regresado de su trabajo aún pensando en los dicho por Yuna. Si bien, Chaewon aún era una bebé, tenía que saber como hablar con ella cuando creciera y se despertaran ciertas dudas en ella. Entro a su casa y vio a su madre dándole de comer un puré a su hija.

—Llegué. — anuncia con una leve sonrisa.

—Hola amor, ¿qué tal te fue? — pregunta su progenitora metiendo otra cucharada de ese puré a la boca de su nieta.

—Bien, solo que tengo una cuantas dudas. — la mujer ve como él rubio se encoje con un leve sonrojo haciendo notar aún más sus pecas.

—¿Sobre qué? — vuelve a preguntar.

Felix se sienta en la mesa junto a su madre y piensa en lo que va a preguntar realmente mientras observa a la pequeña sonriendo aún con comida en la boca.

—Chae, no hagas eso, es de mala educación abrir la boca cuando tienes comida dentro. — le reprende su abuela. — Ya, dime ¿qué dudas tienes?

—Bueno, yo... no se... Cuando Chaewon sea mayor, ¿cómo se supone que le responda sus dudas sobre lo que les pasa a las mujeres cuando comienzan a crecer? O, ¿cómo me debo sentir cuando me diga que le gusta alguien? Que tal si un día me pide opinión para saber si usar un vestido o un pantalón para ir al cine con sus amigos o amigas ¿qué le voy a decir? Yo soy terrible con la moda. — se rasca la cabeza con nerviosismo al pensar en miles de cosas que su hija le preguntaría o pediría opinión a él cuando crezca.

Su madre por otro lado, lo mira enternecida para después soltar una risita y suspirar. Ella comprende a Felix, no por algo a podido criar a dos hijos. En su momento ella y su esposo tambien tuvieron dudas de como explicarle ciertas cosas a Rachel, y cuando llegó Felix a sus vidas pasó igual ya que usualmente los hijos varones se preocupan por otras cosas que las mujeres.

—Cariño, no te puedo dar consejos certeros — dice tomando la manos de su hijo. —, cada madre y padre crían de diferente forma a sus hijos; Chaewon es tu hija, y aunque yo te diga como hacer algunas cosas con ella tu sabrás si me haces caso o no, porque tu la conoces más que yo. Es tu hija, no mía, y no te puedo decir como criarlo o enseñarle sobre ciertos temas. Yo se que cuando ella tenga esas dudas tu sabrás aclararlas. — responde acariciando la mejilla de la pequeña. — Lo que si te puedo decir cien por ciento segura, es que le tengas paciencia si no entiende algo o no lo quiere entender.

El menor asiente y toma a su hija en brazos.

—Hueles terrible. — le dice a su princesa mientras hace una mueca de asco y luego se huele él. — Creo que ambos debemos tomar una ducha.

La pequeña alzó los brazos gustosa y con una enorme sonrisa.

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A la mañana siguiente, Minho volvió a esperar a Felix por la mañana para llevarlo a la escuela. El mayor quería que eso se volviera una rutina para ambos. Una que no quería que acabara.

El camino iba un poco silencioso, aunque no era un silencio incómodo; de hecho, para sorpresa de Felix, se sentía bastante seguro y en confianza con Minho.

—Lix, tengo una duda. — el menor voltea a ver al castaño en espera de esa pregunta mientras este aún tiene la vista pegada en la carretera. — ¿Por qué no llevas a Chaewon a una guardería?

—No tengo dinero para pagar una. — responde sinceramente.

—Yo te podría ayudar. — ofrece Minho. — Salgo más temprano de trabajar que tu, así que podría ir por ella, así tus padres no se estrenarán por llegara demasiado pronto a casa y cuidar de Chae, y tu hermana no se preocupara por llegar tarde a la escuela.

—Gracias, hyung, pero no es necesario. — responde Felix. — Es una buena opción, y se que mis padres y Rachel te lo agradecerían, yo lo hago, pero no quiero quitar de tu dinero para beneficio de mi hija.

—No me molestaría. Es decir, todo lo que gano en mi trabajo es para mi, de vez en cuando ayudo a mis padres, aunque a veces se molestan y me dicen lo mismo que tú, sienten que se benefician de mi cuando no es así. — dice mirando de reojo al menor. — Además, por obvias razones, Chaewon es muy especial para ti, y se que probablemente tengas miedo de perderla a ella también — no podía creer lo que estaba a punto de decir. —, yo... yo quisiera ayudarte a cuidar de ella, quiero ser parte de la vida de ambos.

Felix miro con sorpresa a Minho mientras este último se sonrojaba hasta las orejas. Ninguno de los dos podía creer lo que el mayor había dicho, pero era verdad. Minho quería ser parte de la vida de Felix, y obviamente parte de la de Chaewon, quería que los tres formaran una familia.

Felix estaba aún en shock. Le gustaba Minho, y mucho, pero no sabía si realmente quería adentrarlo más a su vida, y menos aún, incluirlo en la de Chaewon. No quería saber que podría llegar a pasar si la niña se encariñaba con Minho y luego este desaparecía de sus vidas de una mala manera.

—Es muy lindo lo que dices, hyung; pero aún no siento que sea momento para algo así. — Minho lo comprende, sabe que solo llevan unos meses conociéndose y que su hija es su prioridad.

—De igual forma piensa lo de una guardería. Mi oferta siempre seguirá en pie.

—Lo pensaré.

El silencio que había ahora si era un poco incómodo, pero luego Minho recordó como podía cambiarlo a uno u  poco burlesco.

—Oh, Felix ¿podrías darme el número de Seungmin?

—¿Él número de Seungmin? ¿Para qué? — pregunta confundido.

—Digamos que Changbin lo quiere conocer un poco más. — responde con una sonrisa de lado.

—¿Changbin hyung? — Minho asiste y Felix deja caer su mandíbula asombrando. — Te lo daré, pero esto a Hyunjin no le va a gustar.

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—¿Así que este es su número? — pregunta Seo sonriendo victorioso.

—Si, lo es, pero Felix me dijo que a Hyunjin eso no le va a gustar. — recuerda el mayor.

—¿Y Hyunjin que tiene que ver? — pregunta Chan.

—La verdad no se. — responde Minho.

—Oh, yo si lo se. — la sonrisa de Changbin cambia por una mueca de desagradó. — Minnie me contó que Hyunjin gustaba de él, pero a Seungmin le gustaba Jeongin, y a Jeongin también le gustaba Seungmin por lo que querían empezar a ser algo más que amigos, solo que Hyunjin se dio cuenta de eso y fingió gustar de Jeongin también para poder tener una relación ¿poli amorosa? Pero no funciono y ambos terminaron molestos con Hyunjin durante un tiempo. — relata Seo.

—¿Poli amor? Eso es raro. — dice Chan.

—Si, como la homosexualidad en la época de nuestros padres. — responde Minho. — Dejalos ser.

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