Conquistando a la bestia

Capítulo 3

"Puedes correr pero en segundos te atraparía, pequeña humana y no te gustaría lo que haría contigo por desobedecerme"
—Acker.

Me giro con expectación. Queriendo conocer al poderoso Acker del cual Regak y Kreuk temen.

No estoy preparada para lo que veo.

Acker es incluso más alto que ellos. Calculo que mide 1.95 y es increíblemente atemorizante, sus hombros anchos muestras músculos fuertes que las bestias a mi lado no tienen, su presencia impone, su rostro...su rostro es duro, sus facciones fuertes e imperturbables. Posee unos ojos rubís que atrapan, sus labios gruesos y firmes prometen muchas cosas crueles. Su mandíbula fuerte y cincelada atraen como una polilla a la luz. Es un espécimen letal que atrae con su sola presencia.

Su cabello negro como el carbón y cae como rizos en su frente. Su tono de piel no es pálido ni oscura. Simplemente algo intermedio.

Y me está mirando con dureza.

—Humana —maldice mirando a sus compañeros en una pregunta no dicha en voz alta.

—La atrapamos para ti —responde Kreuk sin perder su postura dura desde que llegó Acker.

—¿Para mi? —Su tono grave me causa un estremecimiento y no de miedo, ¿que carajos está pasando?

—Si, para ti. —Asiente Regak con una sonrisa tensa.

Yo no digo nada. Estoy segura que si abro la boca ese espécimen de hombre o mejor dicho bestia me haría cosas que no quiero pensar con detalles.

Acker analiza la situación. Sus ojos rubís vuelve a posarme en mi; no se ríe ni veo hambre en aquellas pupilas. Simplemente me mira como si yo fuera la cosa más insignificante, un pedazo de insecto volando a su alrededor.

—Bien. —Camina hacia a mi con lentitud. Me muerdo los labios para ahogar las sensaciones que me invaden.
Aún sentada en la tierra no me muevo hasta que su mano agarra mi barbilla inclinándola hacia arriba. Me encuentro con su mirada fría—. ¿Por qué crees que vales la pena, pequeña humana?

No respondo.

Presiona mi barbilla y una de sus garras me hacen un corte. Hago una mueca de dolor.

—Responde cuando pregunto, mujer.

—No lo sé —admito entre dientes.

—Entonces debo matarte. —Su mano se desliza por mi mejilla. Es un movimiento mecánico y sin ternura. Cuando llega a mi cabeza enrolla mi cabello en su mano tirando hacia atrás hasta que jadeo por el dolor en mi cuero cabelludo—. ¿Que debería hacer contigo, pequeña humana?

—No matarme. Te seré útil —aseguro con una seguridad que no siento.

Eso eso o morir, ¿hay oportunidad, no?

Acker vuelve a tirar mi cabello hacia atrás. Mi cabeza se encuentra ladeada de la misma forma. Si fuera en otra situación diría que es una posición comprometedora, sobre todo porqué estoy arrodillada.

—Nunca he dejado vivo a un humano, ¿que te hace pensar que serás diferente? Solo eres un festín para mi especie. —Se pasa la lengua por los labios—. Un delicioso festín.