Capítulo 17

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas sangrientas y sexuales con esquemas bizarros, lenguaje vulgar que podrían causarle traumas leves al público. Leer con moderación.

Muchas veces creí que las cosas que Acker hacía estaban lejos de ser humanas o de alguna forma carnales. Con frecuencia creí que su comportamiento inocente le quitaría atractivo.

Hasta que lo vi en acción.

La forma en que me toca es un detonante para mi. La forma en que me mira y como su rostro se contrae en necesidad primitiva me tiene al borde.

Solo un toque.

Una de sus manos sostiene mi muslo izquierdo y me abre de forma perversa para tener más espacio al tocar mi núcleo.

—Acker —Mi suspiro está cargado de placer y no puedo retener los leves gemidos saliendo de mis labios. No creo que me importe mucho el hecho de estar con la regla.

Después de todo eso fue el inicio de todo, ¿no? La razón principal por la que estamos en esta posición en primer lugar.

—Mi mujer —murmura en respuesta con ese tono bajo y ronco que alborota mis hormonas. Su pulgar frota circularmente mi clitoris mientras dos de sus dedos se sumergen en mi interior entrando y saliendo a un ritmo constante—. Estás apretando mis dedos.

El asombro es evidente en su voz y no puedo concentrarme lo suficiente al sentir sus dedos y su pulgar acariciando el nudo de nervios que me tiene jadeante en mi sitio.

—Mierda —Me quejo y mi espalda se arquea cuando Acker presiona justo en el punto correcto.

Sus ojos rubís me observan desde arriba, fascinados e interesados por mi expresión y la parte de mi cuerpo que clama atención.

—Tú sangre es tan deliciosa, mujer. Sangra más para mi. —Brama sin reparos—. Eso es.

Como si no fuera poco el olor metálico a sangre inunda el lugar. La sangre sale de mi interior de forma densa y extrañamente el dolor de los cólicos se convierte en placer aún con los dedos de Acker en mi canal húmedo.

La bestia imponente frente a mi se lame los labios mirando entre mis muslos. Poco a poco se desliza hasta que su rostro está a centímetros de mis muslos.

—¿Que estás..? —Los labios de Acker se colocan en uno de mis muslos y uno de sus dedos sigue bombeando mi coño sin piedad.

—Silencio, mujer —Ordena—. Voy a probarte.

Su boca se cierra en mi carne sensible. Puedo sentir la firmeza de sus labios desgustar mi piel y como los colmillos raspan hasta que se clavan en el área, subiendo y subiendo hasta que su aliento cálido choca contra mi.

—No te atrevas... —susurro y mis manos se entierran en las hebras oscuras sin saber si alejarlo o acercarlo—. Estoy sangrando y es asqueroso. Tan jodidamente asque-

—Krista. —Reprende y entonces sus labios lamen desde mis muslo hasta mi centro—. ¿Sangras para mi?

No respondo. Cierro mis ojos por inercia contra la emoción morbosa de sus labios tomando todo de mi. Tomando mi aliento, mi esencia. Acker es la oscuridad que me abraza. La parte más oscura que me incita a hacer cosas inimaginables.

Conquistando a la bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora