Capítulo 5

818 84 69
                                    

"A veces es mejor correr que morir por ser valiente"
—Kreuk.

Doble mierda.

¿Las cosas pueden empeorar más?

Los tres comparten una tensa mirada. Se lo que significa. Están jodidos, yo estoy jodida.

—¿Por qué hemos descansado en una cueva que grita peligro por todas partes? —rechino los dientes sin saber a quien golpear.

—Si descansamos en medio del bosque es aún peor —responde Acker como si fuera obvio—. No estamos seguros en ningún lado.

—¿En el bosque hay bestias que puedan matarte? —inquiero enfrentándolo—. ¿No crees que sería mejor alejarnos de la zona más peligrosa? —Doy un paso hacia él. No creo que lo note, es como si estuviera sumergido en sus propios pensamientos—. Acker.

Me da una seca mirada.

—Humana, no tientes a tu suerte. —Se ve como si el control de sus frenables emociones se escapara de entre sus dedos. Se gira hacia Kreuk y Regak—. ¿Que opinan?

Estos parecen sorprendidos por la pregunta. Estoy segura que el muy cabrón nunca le pidió opinión a sus supuestos amigos.

Concuerdo con la humana de nombre desconocido —coincide Regak con ese tonito burlón que me provoca golpearlo.

Es el mismo tono que usa Violet.

—Si nos quedamos aquí estamos asegurando nuestras muertes. —Kreuk mira la cueva con pesar.

Acker asiente.

Nos movemos antes del mediodía. Me siento parte de un extraño grupo de bestias, solo ha transcurrido un día y ya todo ha cambiado drásticamente. Y la sensación que aquellas bestias evolucionadas traerán más problemas en un futuro no desaparece.

¿Es posible que puedan traspasar el muro? No, no. Laena y Violet estarán bien, no pueden morir. Yo soy la que probablemente muera primero. Debo aceptar ese hecho.

—Tengo hambre —avisa Regak hablando de una forma más clara. Detengo mis pasos para mirarlo con interés—. ¿Puedo comerte?

Ruedo los ojos.

—No, gracias, ¿por qué hablas mejor? —mi curiosidad es notoria y no me enorgullezco de ello.

—Mi voz es un encanto para los humanos, cariño. Probablemente ya tengas ganas de rogarme que te devore. —Sonríe socarrón. Mi expresión no cambia y su sonrisa decae—. ¿Por qué no funciona? —intercambia miradas entre Acker y Kreuk—. Ella debería estar rendida a mis pies.

—¿Por qué estamos teniendo una conversación sin sentido? —suspira Acker como el aguafiestas que es. Sus ojos se giran hacia mi—. ¿Tienes hambre?

—No, gra..No. —Mierda. Casi meto la pata.

—Bien. —Se gira hacia Kreuk—. Ve a cazar con Regak. Estaré con la humana cerca del Río.

¿"La humana"?

Cuando veo que estos se alejan me cruzo de brazos parándome en frente de la bestia de ojos rubís.

Conquistando a la bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora