Capítulo 10

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"Los humanos son amigos, no comida o eso quise creer cuando devore a uno"
—Regak.

El primer paso para evitar la innegable atracción hacia alguien es ignorar que ha pasado algo cercano a un beso, no mirarlo y no hablarle sin importar lo que suceda, y por último pero no menos importante; hacerte la loca cuando te lance miradas de reproche.

Es justamente lo que hago cuando Acker vuelve a aparecer. Finjo que nada ha sucedido y me limito a seguirle el paso, completamente callada.

—Es probable que si seguimos por aquí nos topemos con ellos. —rompe el silencio, estoico y señalando hacia adelante—. Puedo olerlos.

Genial. Simplemente genial.

—¿Te refieres a las bestias que se devoran entre ellos, verdad? —interrogo, vacilante.

—Si. —Me empuja hacia atrás en el momento exacto que los gruñidos resuenan como ecos por la cueva, me eriza la piel con tan solo escucharlos—. Cuando digo que corras hazlo.

—¿Q-Que? —tropiezo. Mis ojos buscan los suyos pero no me mira, el miedo es algo que me acompaña constantemente desde que llegué al bosque y esta vez no es la excepción—. ¿Que quieres decir?

—Haz lo que te digo. —contesta con dureza, ignorando mi pregunta.

—N-No, ¿que dices?

—Mujer, no hay tiempo. —corta mis palabras y suena urgente—. Son demasiados y se acercan, no creo que pueda mantenerte a salvo.

—¡No puedo huir! —chillo, aterrada. Tiemblo de forma incontrolable—. No hay salida y lo sabes, ¿pretendes que me regrese?

—No. —Un músculo se flexiona en su mandíbula cuando se gira para observarme—. Quiero que escapes.

—¡Que no hay salida!

—Mira. —Sostiene mi barbilla inclinándola hacia un lado, justo donde hay una enorme roca, como si estuviese a propósito en el lugar, ¿como no la vi antes?—. Abriré paso para que salgas, puede llevarte a afuera o a otros pasillos de la cueva.

Lo miro suplicante.

—Acker, no puedo irme así. No sabemos lo qué hay del otro lado.

—No tiene importancia, pequeña humana, haz lo que te digo. —Me suelta y los gruñidos se escuchan más cercanos—. Ahora.

—¿Por qué no vienes conmigo? —Odio lo vulnerable que sueno y odio que quiera quedarse.

—Porque huelo a Regak y Kreuk entre ellos. —revela y mi corazón se detiene, los latidos aumentan considerablemente. No soy capaz de leerlo pero no lo necesito, no cuando sus ojos me lo dicen todo; el dolor y la rabia abundando en ellos.

Tomo una rápida y estúpida decisión de la cual no se si logre arrepentirme.

—Me quedaré.

El cuello de Acker gira de forma automática.

—Krista, vete de una jodida vez.

Oh, mierda.

¿Acaba de decir esa palabra?

Cuando no me muevo suelta un largo suspiro y luego niega con la cabeza. Sus manos tiran de mi, arrastrándome detrás de él.

—Quédate detrás de mi.

Asiento aunque sé que ya no puede verme puesto que tiene los ojos clavados hacia el frente, donde números pasos se oyen.

Escalofríos recorren mi espina dorsal y muerdo mis labios tan fuerte hasta hacerme daño. Estoy cruzando mis dedos para salir viva de este lugar, que Acker salga vivo y los mate a todos, incluso si es un pensamiento invasivo.

Conquistando a la bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora