Dos años después.
La vida de Pansy Black era un caos que la tenía a raya todo el día, dando más suspiros que el viento. El primero era a tan solo despertar. Comenzaba con una pelea para escaparse de los tentáculos que tenía por brazos su prometido y, como no funcionaba, se dejaba dominar por la bestia hasta que compartían un masaje bajo el agua de la ducha, del cual salían demasiados suspiros como para que llevase la cuenta.
- Feliz cumpleaños, amor. – Lo saludó con un último beso antes de meterse a su armario en busca de su atuendo del día.
Para cuando por fin obtenía su libertad, otros brazos la atrapaban a la salida de su habitación.
- ¡No encuentro mi corbata, mamá! – Exclamaba Teddy como cosa habitual.
- Buen día para ti también. – Ironizó Pansy al dejarle un beso en la frente. – ¿Ya le preguntaste a Canuto? – Sugirió antes de que Teddy saliera a los gritos llamando por su nueva mascota, un perro negro rescatado del primer callejón que se cruzaron en su primera salida hace dos años.
A Pansy le había costado tomar el impulso de pasear por la calle como si la vida siempre le hubiese dado lo mejor de lo mejor, aunque eso quizás era por tener a una multitud de amigos detrás de ella montando guardia al acompañarla.
- Aun no me acostumbro a eso. – Comentó Draco al pasar por su lado para dejarle un beso en la frente. Pansy lo observaba confundida. – A que te llame mamá. – Aclaró al bajar los primeros escalones hacia la planta baja de la mansión.
- Dile a tu querido amigo que no se demore. Tenemos la revisión del ministerio. – Acotó Pansy al verlo encaminarse directamente a la salida luego de chocar con el atorrante que era perseguido por el cachorro al quitarle su prenda del uniforme.
Otro suspiro. Continuaba con un par de abrazos más cuando llegaba a la cocina, aunque esta vez, era ella quien se los brindaba al azabache mientras lo veía cocinar el desayuno, al tomarle ventaja al vestirse, pues más que la túnica de su uniforme no se preocupaba de nada más.
- ¡Merlín! ¡Amor! ¿¡Qué le pusiste a mi té!? – Cuestionó Pansy asqueada, dejando la taza en la mesada de mármol.
- Nada, cariño. – Respondió Harry confundido. – Es el mismo de siempre. Te juro que no confundí el azúcar con la sal. – Confiesa culposo al darle un sorbo a la bebida con un gesto de asco a lo que podría esperar, pero estaba tan feo como ella siempre lo tomaba, amargo. – ¿Te hago otro?
- Olvídalo. Tomaré el jugo. Ya voy tarde a la reunión. – Dice mientras acomodaba el cabello de Teddy con sus dedos, pero su suspiro marcaba otra lucha perdida. – Algún día los dejaré calvos a los dos. – Murmuró entre risas a la vez que besaba a cada uno. – ¡Los amo! – Exclamó antes de salir a la chimenea.
Su próximo suspiro llegaba con ver a su secretaria, de solo verla le alteraba los nervios por el terror que parecía tenerle, aunque a ella nunca le había alzado la voz. Toda una pila de archivos que debería firmar solo le provocaba jaquecas, pero para su suerte, le dejarían la tarde libre para recoger a Teddy del colegio y comenzar con los preparativos de la fiesta para Harry junto a Molly.
No sin antes verse en la obligación de llevar a los nuevos inversionistas en una excursión por las instalaciones del nuevo Laboratorio Moony, cuyo líder era Theodore Nott, en colaboración con Draco Malfoy y Blaise Zabini, aunque éste último solo se dignaba a dar su consentimiento cuando lo necesitaban pues peleaba con su propio padre para tomar su empresa familiar en su poder.
- Ahora mi secretaria los guiará hacia los calderos donde experimentamos con una cura para la viruela de dragón, que es por lo que todos han venido. – Acotó con una sonrisa que sus amigos reconocían con mucha facilidad cuando les indicaba que estaban en problemas.
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Al Resguardo
FanficAmor después de la guerra. Harry Potter se convierte en un aguerrido Auror dispuesto a pelear contra las injusticias y la corrupción dentro del Ministerio de Magia, incluso si eso lleva a tener que dar refugio a quienes fueron algunas de sus pesadil...