CAPÍTULO III

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«Son pocas razones para decir la verdad, pero para mentir los números son infinitos» -Carlos Ruiz Zafón.

Capitulo III

Mi corazón latía con una fuerza inimaginables, alterada por su belleza y misterioso andad, pero no era suficiente para hacerme perder la cabeza y salir corriendo lejos de aquí, solo era un gran incentivo para descubrir mas a fondo lo que había pasado aquí y como la persona frente a mi parece ser claro participante de todo.

-No te tengo miedo -el no parecía sorprendido ante mi pregunta, es más, sus ojos brillaron en la oscuridad como si eso quisiese que respondiera, ¿quién eres? -. Y no vengas con esa tontería de "deberías" porque sé que debo hacer y es quedarme exactamente en mi lugar.

Hay muchas sonrisas en la vida, para muchas cosas, felicidad, tapar el dolor...

Sin embargo, su sonrisa me dejo algo claro de el: es travieso, coqueto y le gusta poner a las personas con los pelos de punta, lastima, yo también.

-¿Por qué estas tan segura?

Eso me tomo desprevenida: -¿De qué?

-Estar aquí, ¿Por qué crees que deberías quedarte? -su tono había disminuido, como si quisiera dejar todo en una burbuja privada entre ambos o simplemente para dejar el suspenso por los aires-.

Me encogí de hombros como respuesta, pero con su mirada escéptica me dejo claro que esperaba mucho más y, no soy tan boba como para hacerlo llegar a sus limites. Alguna vez, no hace mucho, pero tampoco hace poco, alguien cercano a mí se guió al final de sus límites y explotó.

Boom.

-Solo lo sé...

-No -me interrumpió abruptamente llegando a mi para poner su índice sobre mi mejilla y acariciar con lentitud el contorno de mi pómulo, sus ojos tenían como blanco principal los míos, pero sabia que estaban en todos lados para deducir quien soy. Las mentes engañosas siempre tendemos a dejar que nuestras victimas confíen en una ilusión que ellas mismas se hacen, por eso mismo muchos terminan con el corazón roto-. No estás segura de estar aquí.

-¿Y tú como estas tan seguro de eso? -contraataque quitando su mano y alejándome un paso más- ¿Qué te hace pensar que no puedo ni debo mantenerme sobre este desastre?

Él sonrió de lado mientras me observaba. -Eso mismo.

¿Qué?

-Esto donde estas pisando -insinuó abriendo sus brazos y mostrando un claro: "mira a tu alrededor" -. SI debieses estar aquí sabrías que este "desastre" fue el mismísimo cielo donde llegue a parar como diablo para llevarme las alas de los ángeles que jamás llegaron al cielo. Fui en demonio disfrazado de ángel para quedarme con sus almas, en otras palabras este lugar es mi templo de tortura y si fueras lista y supieras que la curiosidad que tienes puede llegar cortarte las alas entenderías que estar aquí puede costarte la vida -concluyo sonriente, pero algo mas había en esa sonrisa, parece deseo y nostalgia, estaba recordando algo y anhelándolo con todo su ser-.

Créeme que tienes frente a ti un diablo que juega mejor.

-¿En que pensabas cuando me decías todo eso? -pregunte esta vez dando yo un paso al frente e ignorando todo el miedo que él quería influenciar en mí, sin embargo, mi actuar tampoco lo tomo desprevenido, cualquiera habría corrido lejos, ¿Por qué no se asombra cuando decido quedarme? ¿alguien ya se ha quedado? -. No eres el único demonio en estos rincones...

-Claro que no -suspiro divertido en respuesta-, pero si tú fueses mejor demonio que yo ya sabrías en quien pensaba teniendo en cuenta que tienes todo a tu disposición para saber mis mas oscuros secretos, y lo mas importante: el pasado.

Bad Dream | K;th #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora