Bad Dream | K;th #2

Capítulo IX

«El truco esta en ser diferente a los demás y no esperar que te entiendan».

Capitulo IX.

Lo primero que vi al entrar en mi habitación fue el hecho de que las luces estaban completamente apagados. Yo siempre dejó una luz prendida cuando sé que volveré tarde. La oscuridad de cierta forma me da miedo y me hace recordar aquella noche que escapé de todo lo que conocía.

Me adentre tocando la pared hasta poder encontrar el interruptor. Mi respiración comenzaba a fallar y mis manos sudaban un poco.

«Respira». Me decía una y otra vez mientras más me adentraba al lugar, pero estaba perdiendo la batalla.

Cuando hay una oscuridad masiva no puedo controlar mis pensamientos, solo recuerdos me inundan la mente y comienzo a aferrarme al delgado hilo de realidad, aún cuando falló la mayoría de las veces, me encuentro aferrándome a una estabilidad inexistente. Torpemente buscamos caer en la realidad cuando sabemos estamos perdiendo la batalla contra un mal sueño, pero cuando el mal sueño esta en la realidad, intentamos a toda costa aferrarnos a nuestra imaginación y, tras ello, a nuestra mente. Que irónica la vida. Ahora busco caer en la realidad donde pienso que no soy culpable, pero de igual forma lo soy, aunque no quiero creerlo u aceptarlo, pues temo más de lo que hay dentro de mi cabeza que lo que pueda encontrarme al despertar.

¿A dónde voy cuando mi mente y la realidad están en mi contra?

-Pareces asustada.

El salto que di tras haber escuchado su voz me hizo perder el equilibrio y caer sobre mi trasero.

-¿Estás bien? -pregunto acercándose a mí.

-¿Qué haces aquí?

Prendió la luz de inmediato para dejarme ver su rostro, tenía esa sonrisa tan coqueta que no podía saber si estaba divirtiéndose o planeando como matarme.

Tal vez, matarme se le haga divertido.

Se encogió de hombros y se tiró a mi cama. -Solo pasaba a saludar.

Traté de tranquilizar mi respiración, pero en cuánto me levanté lo observé mucho mejor.

Él, Taehyung, era un chico demasiado apuesto y de solo verlo podía decir que caería fácilmente en su trampa sabiendo que quedaría atrapada, ¿por qué? Porque todo de él es tan jodidamente atrayente que no puedes negarte a sentir curiosidad por su persona, su tacto, sus labios...

Oh.

Cálmate.

Fruncí el ceño cuando observé su camisa envuelta en sangre. -Estoy segura que no es tuya.

-Ding ding ding -hice un gesto con sus manos como golpeando algo y miró el techo, sonriendo de oreja a oreja, estremeciéndome-. Tenemos una ganadora.

Di un pasó atrás.

-¿Mataste a alguien?

Resoplo. Se sentó en la orilla de la cama y posó sus codos sobre sus rodillas para mirarme con atención y firmeza.

La frialdad de su mirada me dejaba completamente helada, pero su sonrisa coqueta me estremecía. No podía descifrar ninguno de sus gestos y eso me volvía loca.