Sinopsis :
La vida siempre te destruye tanto como lo necesites, debes volver a construir tu yo interior y eso es lo que hace nuestro Don Massimo Torricelli. En su camino encuentre el consuelo de una mujer. Que Le cambiará la vida pero..
será que...
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^^^ Despierta duna^^^^
Duna
Tenía preparada una pista improvisada con música de nuestro brasil para mi abue rosa, sabia que le encantaría.
Massimo tenso me aprieta la mano cuando ve a una lizz altanera entra en la atmósfera, ella camina sonriente cuando mi abue apaga las velas.
Hace un movimiento aplaudiendo, y riendo roncamente llamando la atención de todo aquel presente.
—- Grandiosa fiesta anfitriones, pero me temo que yo seré la que de la mejor ... — de echo saca una pistola roja, todos miran confundidos hacía ella.
Massimo se saca de mi agarre cuando siento que él se pone en frente de mi.
Que estaba sucediendo ?
Ella, con una pistola roja apunta al cielo y tira del gatillo, de ella sale un cañón que se alza al cielo con rapidez y en su punto más alto truena.
Mi mente solo tenía algo, esas pistolas se utilizaban para emergencias, cuando querían ser resecados... o dar una ubicación.
En ello nuestro desconcierto se escucharon metralletas y disparos cercas de la costa, cerca de la playa y aun lado del perímetro de la casa.
Lizz ríe histérica, de su cinturilla saca una revolver Pequeña, nos apunta.
El caos se desató cuando había más gente presente y no eran de nuestro lado.
En qué momento fui jalada con mi abue hacia la casa? Seguía a Adriano con vacilación y era mejor que estar ahí con massimo.
Los disparos no se cesaban, y en muestra huida hasta llegar a un bote en un puerto.
Escuché disparos cercas, tanto que me paralícese del temor, Adriano que estaba sosteniéndome para subir al bote, callo en picado con tres impactos.
Después otros dos disparos, resonaron... el grito más cercano a mi fue mi abuela, temerosa me giré mi cabeza a ella, arrodillada con un cuerpo casi inerte de Adriano en mis piernas.
Temí lo peor, pero su mirada estaba en una parte de mi, de mi costado de costillas, no fue tan obvio cuando mi vista se nublaba, y caía.
Cai... caia.. en un mundo oscuro.
Lo último fue un grito desgarrador de dolor, solo pensé que al igual que yo, había caído mi abuela.
Todo dejo mi vida.
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Lizz
En cuanto se desató la batalla me cubrí, tenía que salir por el puerto de aire, corriendo con desesperación no me discierna que me seguían hasta cuando sentí el cañón llegar a un brazo mío.
