Sinopsis :
La vida siempre te destruye tanto como lo necesites, debes volver a construir tu yo interior y eso es lo que hace nuestro Don Massimo Torricelli. En su camino encuentre el consuelo de una mujer. Que Le cambiará la vida pero..
será que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Los relojes, los horarios, los calendarios cambian, mi tiempo es oro para muchos y tú lo estás agotando" ^Te daré dos semanas ^
Massimo Lo noté justamente cuando estaba tan decidido a entrar en ella, tanta frustración que acumulaba desde el final del divorcio, estaba en frente de mi cuando paré.
—Eres Virgen, cierto? —Pregunte duró y exigente, estaba molesto conmigo mismo, no la conozco casi de nada y ella estaba por entregarme lo más valioso, me enamore de ella, tan solo verla pero, la viginidad no es tan a la ligera como ella lo esta haciendo.
—Porfavor, yo lo quiero, te lo imploro —sus lágrimas de vergüenza me hicieron enfadar, como toda ella estaba tan dispuesta y era tan inocente. — No puedo, no es por ti, es por mi —suspirando me puse la ropa interior y me senté en la cama.
—Estoy lista, tengo edad y madurez, es que a caso no te atraigo?— me cuestiono, tapada con la sábana de la cama envuelta en ella, con los cabellos alborotados una suplicante mirada y mejillas sonrojadas.
—No me conoces de nada, en otras circunstancias y en tiempo atrás, te habría echo mía sin preguntar, te hubiera tomado tan duro que olvidarías tu nombre pero cambie, no quiero ser esa persona otra vez, y estaba apunto de cruzar la línea. — me sentía afligido, le tomé la cara en mis manos y la besé tiernamente, era todo lo que yo necesitaba pero tenía que saber de ella, antes de proponerle algo.
—Me puedo quedar? Debe ser la así, de otra forma no tendré modo de entrar de nuevo a casa ... — me pregunto con su cara agachada.
—Quieres quedarte después de no poder cumplirte ? — pregunte, está mujer si estaba decidida, pero no era el momento.
Esta noche ella durmió conmigo en mi cama abrazada a mi, Esa mujer estaba levantando sentimientos, sentimientos que había mentido a Laura para que me quisiera. Me quede despierto varias horas y la miraba, decidiendo que hacer, y entonces decidí, si ella estaba tan dispuesta yo también lo estaría , ella sería mi bálsamo a todo mi mundo, solo espero que ella pueda soportarlo.
Narrador :Duna Desperté con esa molesta luz que entraba por la ventana, y recordé que ese no era mi cuarto, ni mi cama, ni el peso de un brazo y una respiración en mi cuello no eran parte de un sueño erotico, entonces lo escuché.
—Te daré dos semanas, si para entonces no estás convencida de que esto valga la pena me iré, por lo pronto conozcámonos, anhelo saber cada cosa de ti, sobre todo de tu cuerpo— su voz ronca de mañana me puso caliente, no podía y lo puede evitar mover mi trasero restregándoselo.
—Creí que no te agradaban las virgenes— dije sin voltear a verlo. Su mano recorrió parte de mi brazo, después hacia mi cintura para luego rodearla y llegar hasta la orilla de ropa interior, en que momento solo quede en ropa interior, solo mi sostén no estaba puesto.
—Tienes que ser mía completamente para que yo pueda tomarte— respondió, jugando con el elástico — Pero por el momento conozcámonos fijamente— me quede sin aliento, cuando fue bajando mi única prenda puesta, sentía lo húmeda que estaba solo con los toques de sus dedos.
Fue bajando, y quito con rapidez la sábana que nos cubría, no recuerdo haberlo visto en solo bóxer, pero la mirada que daba era suficiente para que pasara todo lo que en mi mente anhelaba.
Un sonido nos interrumpió, más bien salte de la cama cuando seguía y seguía soñando la canción de mi teléfono, tomándolo vi los mensajes de mi abue y de mi hermano y las mentiras que dijo mi amiga Lizz para cubrirme en mi misteriosa desaparición, era ella la que llamaba.
—Donde estas? Estas bien? La tiene grande? — me pregunto una vez pegando mi oído al teléfono. — sabes que tuve que mentir por ti? No sabía si seguías viva pero tu familia cree que estás en mi casa !! —Estoy bien, gracias por cubrirme — respondí y colgué. Cuando voltee a donde estuvo parado massimo, noté que estaba vestido, parecía que estaba por salir.
—Cámbiate anda, necesito una guía para conocer brazil— con su sonrisa me hizo dirigirme a el baño y ponerme mi ropa. Tendría que explicarle a mi abue y a mi hermano pero antes a casa, a cambiarme.
Tomados de la mano caminamos muchas calles hasta llegar con mi casa, rogaba al cielo que no estuviera nadie, pero me equivoqué, estaba Bates.