30 Días, arriésgalo todo.

Capitulo 1 T.2

^^^No hemos pasado mucho como tú con ella ^^^^
——Tiempo después.
Duna
Tener a alguien que vigile tu alimentación es demasiado molesto, sobre todo porque te hacen comer lo que el patrón dicta, Evan era el hombre de confianza de Massimo y también mi guardas espaldas, me seguía a donde iba, y le comunicaba todo a Don; no chocolates ni café y un sin fin de cosas.
Estábamos en una nueva casa, un día simplemente llegamos sin saber que la había comprado para mi, era pequeña según él.

Tiempo después Era diciembre, invierno que no daba frío él había dicho, pues en Italia en estas fechas nevaba, y aquí solo está frío por las noches y madrugadas, era época de fiestas y estaba de 5 meses de embarazo y todo era tan intenso, según mi esposo mi guardarropa no era apto para este cuerpo, deje que eligiera todo ... se divirtió cuando me arrastro a las tiendas y sus caras maliciosas no pasaban desapercibidas.

Tenía un cuerpo hormonal según el médico explicó, tenía síntomas de necesidad de sexo intenso y la sensibilidad a tope, claro que era difícil complacerme y él gustoso cumplía, hasta aveces él parecía resentir los síntomas.

Su familia vendría a excepción de dominico, él y su familia estarán en Islas Canarias, seguramente con la familia de Laura.

No hemos tocado el tema de su pasado con Laura, no quiero que un fantasma regrese a su vida, no ahora que necesito que esté consciente.

— como me veo cariño?— pregunté dando vueltecitas a paso lento, esto de tacones y embarazo no van de la mano. Encontrándome frente a él, en nuestra intimidad y tranquila habitación de closet.

—Puedo guardarme los comentarios hasta que estemos solos en nuestra cama ? — se acercó y me besó. — Cómo está mi heredero?— se inclinó y besó mi barriga.

—Creo que si dejas de referirte al bebé como un niño tal vez se movería contigo — me reí.

—No sabrás que es, verdad ? — me dijo serio — Acordamos esperar hasta que naciera! — me dijo sosteniéndome. Lo habíamos decidido después de que saliera del hospital.

Estaban todos en la sala, mi hermano,mi abue Rosa, mi amiga lizz junto con Adriano, Mario y Massimo junto a mi. Despreocupada me guié hasta un asiento en particular.

Estaba sentada en el piano tocando una melodía mientras los invitados conversaban después de haber compartido la cena de la menos tres platos, al menos fue lo que dijeron yo solo veía comida, Mi esposo me ofreció una copa sin alcohol, estaba ansiosa por que todos se fueran necesitaba a mi marido.

—Ven pequeña, ven acompáñame — dijo serio y me levante junto con su mano pegada a mi cintura. Me entrego una pulsera de diamantes, estaba sin habla. De repente me besó y sonrió. — Feliz primera Navidad pequeña Duna. — le sonreí y me di cuenta que estábamos a abajo de un muérdago.

La conversación entre unos hombres nos alcanzó, pues no eran discretos, intercambiaban sus anécdotas del pasado, nos acercamos para poner atención .

—Es la primera vez que celebramos la navidad, y si teníamos un evento siempre fue sin emociones ni celebraciones— me dijo Adriano cuando mi esposo se fue con Mario, —No al menos cuando nuestra madre falleció, éramos muy pequeños y nuestro padre no lo permitía, después que él falleció nos distanciamos aun más — dijo serio y tenso, aun me preguntas a él porque había venido — Pero te lo debemos a ti Pequeña duna, creo que tu misión imposible por aplacar los demonios de massimo dieron fruto, estoy pensando seriamente en Lizz y antes de que habrás la boca, no no puedes entrometerte — dijo apuntándome con su sonrisa burlona.

— Creo que no nos conocemos bien cuñado, —le conteste burlona y cínica — me entrometeré todo lo que sea posible para que Lizz sea feliz y no, no estoy preguntando — fingí mas mi sonrisa — Esos demonios que dices no, no los aplaque solo los guarde en un estuche — me bebí mi copa — Y los saco cada vez que quiero.. — lo deje con la palabra en la boca y fui con mi abue Rosa, al parecer también estaba dándose tiempo de conocer al señor Mario.

Mi esposo se fue a otro lugar cuando le entró una llamada, era rara su postura tensa y cabizbaja, lo seguí hacia su despacho, la puerta estaba semi-abierta.

— No No me estás escuchando dominico— hablo fuerte — No quiero que se enteren de mi estado civil, ni mucho menos que se lo comentes a Olga ! — dio un golpe en su escritorio, salte de miedo. — No me interesa, Laura tiene que entender que ella fue una obsesión, que necesite algo de emoción a su viva no le da el derecho de querer regresar — dijo molesto, siendo sincera también me molesto. — Tampoco quiero que Matos se entere de esto, si Laura se lo comento a Olga es porque quería que el mensaje llegara a mi — dijo suspirando — Si Matos se entera, todo lo que eh avanzado aquí en brasil y con duna se ira a la mierda — dijo y colgó.

Me adentré a la habitación, en silencio todo pasaba en mi cabeza muchas dudas y preguntas que no quería decir en voz alta, tenía miedo de sus respuestas. Él estaba. Sentado en su silla de cuero, con un vaso pequeño en su mano, licor.

— Qué pasa pequeña ? — me dijo viéndome como me acercaba nerviosa de que estaba pasando por su cabeza.

— Si cree ella que te dejare ir tan fácilmente, se equivoca — dije y me senté sobre el escritorio, la barriga no ayudaba. — Y estarías mal si creyeras que no pelearía, tendrán que quitar mis dientes y uñas de ti, porque eres mío Massimo Torricelli.— dije colocándo mis piernas abiertas.

— Se te pegan mis malos hábitos pequeña — me susurro, mientras se quitaba su pantalón y ma agarraba firme las piernas en sus brazos, me tomo del cuello. — Me encanta cuando marcas tu territorio, pero me enoja que escuches detrás de las puertas, tendré que castigarte — dijo apretando los dientes, se volvió más intenso el vaivén de su caderas. La fricción no era suficiente... necesitaba más que solo rosones.

Cuando el término, sentí mis piernas temblar, me ayudó a bajar del escritorio y me llevo con los invitados no tocamos el tema al menos de su parte no.

Cuando llego la hora de felicitarnos, fui la última a la que se acercó y besó. Estaba equivocado que el tema se había cerrado.

— No hemos pasó mucho, como tú con ella — dije susurrando al oído tomando su parte trasera de la cabeza — Pero no me rendiré, pelearé por ti, por este bebé y por esta familia, y si ella se entromete... la matare — dije lo último viendo sus ojos, sin alguna respuesta solo tensión en su cuerpo.

Los invitados se fueron después de los abrazos, Massimo se alejó de mí después y se encerró en su despacho, le di espacio no quería abrumarlo, pero era verdad lo que había dicho. Me fui a dormir a nuestra habitación, después tendrían que hablar del tema largo y tendido.

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Capítulo largo, por motivos familiares saldré de mi ciudad, no podré subir en días los capítulos, estaré escribiendo eso si, para cuando regrese subiré loque tenga terminado.
Gracias por leer !!