30 Días, arriésgalo todo.

Capitulo 9 T2.

^^^^ Este tema no está zanjado Massimo ^^^^
Duna
La gente se agito con lo imponente y fuerte que hablo Massimo, el local en minutos estuvo vacío ni los hombres de Massimo o tal vez el refuerzo de Nacho no estaban a la vista.

—- Si crees que eh venido solo te equivocas Torricelli — dijo tan tranquilo Nacho.

—- Y tú serías tan estupido para adentrarte en territorio ajeno, confío en que el franco tirador que trajiste esta teniendo un encuentro con el mío.. — dijo Massimo aun apuntándole a la cabeza.

— Adelante, te agregarás a la lista más enemigos, y pondrás en peligro a tu familia — dijo sonriendo.

— No quieras amenizarme Marcelo, mucho menos a mi familia — dije apretando los dientes. —- Esto no es España o Italia, esto es brasil ..— dije sacando otra arma de la cinturilla de Massimo.

—- Tu juguete tiene los h*evos muy puestos, eh Torricelli — dijo este aun acomodándose en la silla.

— Duna, levántate de esa silla, y sal, Evan y Mario te estarán esperando .. — dijo Massimo.

—- Primero escucharé lo que tenga que decir este ... Este idiota sobre lo qué pasó cuando te fuiste a Italia .. — dije hora apuntando mi arma a Massimo.

— De que rayos estás hablando duna ?— dijo Torricelli, solo entonces recordé que estaba Matos en frente de nuestro, se estaba riendo.

— Te lo contare cuando bajes tu arma, no te vallas a lastimar pequeña Duna... — dijo relajándose —- fuimos a la reunión de los capos, al parecer Laura se quería encontrar contigo, y yo tenía negocios que hacer .. — dijo y Massimo interrumpió.

—No recuerdo a Laura ni a tu en la reunión — dijo Massimo frunciendo el ceño.

—- Laura traía un raro y caro antifaz deforme que hace tiempo lo tenía guardado, me imagino que dio contigo, y te drogo .. .. — dijo terminándose el trago. — Esa perra, también me drogo pero hasta que llegamos a una habitación supe a medias lo que estaba haciendo.. hasta el día siguiente me di cuenta lo que había echo Laura y su obsesión por tenernos a los dos, y te odie — dijo con rencor viéndolo. — siempre serás tu.. interviniéndote, y pensé, como romper a Massimo, y te encontré pequeña duna, en su teléfono con fotos de su bebé... — dijo seriamente.

— Estas enfermo, y esa Laura es una perra .. — dije, agarrando me de la mesa.

— Esto es una jodida mierda, Duna él puede estar mintiendo, yo no recuerdo nada y... — dijo desespero.

—...Y está el hecho que seguramente te levantaste al día siguiente desnudó con dolores— dije, el nudo en mi garganta se apretaba. —No cambia el echo que te hayas acostado con alguien... — dije apretando los ojos, no debía llorar.

—Por si es de su interés... Laura ahora está en un recuperación, mi hija Star estará con mi hermana y me iré a encargarme del negocio familiar — dijo serio y decaído.

— No confió en ti, tampoco en Laura —dije viéndolo, me miro analizándome

—Me recuerdas a mi madre... eso nos decía a mi y a mi padre cuando nos uníamos para salirnos con la nuestra — dijo nostálgico, massimo se tensó, porque?

—Algo más que esté pendiente Marcelo? —dijo Massimo.

— Si, dile a tu cuñado que un trato no se rompe, mucho menos entre capos ya debería saberlo —dijo levantándose y yéndose.

— Hablaremos muy seriamente en la casa duna.. — dijo agarrando me del brazo levantándome.

— Si es que quiero hablar — dije soltándome de su agarre. — No se te olvide que soy hija de un capó, me enseñaron a mandar no a obedecer — dije apuntándole con el arma, aun estaba furiosa.

— Y también eres mi mujer — dijo acercándose, baje el arma, y con ello me tomo de cuello para acercarme a él y besarme.

— Este no es un tema zanjado Massimo — dije saliendo y él detrás mío.

— Lose nena, este tema en particular me gustaría hablarlo en mi despacho, contigo en mi escritorio, sin ropa interior y expuesta con las piernas en alto .. — dijo acercándose por la espalda, solo sentí su gran cuerpo cubriendo el mío. Ya no pensaba con claridad.

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Massimo

Íbamos en la camioneta, junto con la escolta y Evan, los demás en las otras, solo pensaba en encerrarme con duna en el despacho, tanto que me estaba molestando el pantalón.

Al llegar y bajar de los autos duna trata de escaparse y la llevo en mi hombro, sé cerca Mario para decirme algo, pero no tengo tiempo para esto.

—- Massimo... yo solo quería .. — dijo acercándose viéndose triste.

— hablaremos después de ello Mario, todavía no está exhortó por poner en peligro a duna — dije caminado con ella, manoteando.

— No te atrevas a amenazar a Mario, Torricelli de m*erda! Él estuvo cuidándome cuando debiste ser tu ! — dijo duna golpeando mi espalda.

— Este no es tu asunto duna, hablaré contigo ahora de ello y no saldrás librada.. — dije dándole una nalgada — que nadie me interrumpa, a menos que se trate de la bebe — dije serrándo la puerta.

Barrí con una sola mano todo lo que estaba encima del escritorio y baje fuerte a duna, esta se quiso levantar, saque un pañuelo y la cobrara que traía y la amarre a los lados de la mesa.

— Este Será tu castigo, Duna no debes desafiarme .. — dije aparentando los dientes.

Levante su vestido, rompiendo sus pantaletas, saboreando su centro.. por momentos la hacía llegar al punto de dejarla tranquila y que pasara su momento .. solo hacía que ella se irritara más y más entre más la encendía y la pagaba, la torturaba con mi lengua y dedos..

— silencio pequeña, está siendo castigada— dije moviéndome hacia Atlas ataduras. Le quite en pañuelo de una de las manos, se lo puse en la boca y con al corbata pude hace otro amarre a la mano sobrante, volteéis cuerpo boca a abajo, y en el filo de la mesa la incline, estaba tan expuesta para mi, que fue fácil entrar y salir como un animal.

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Duna

Después del sexo intenso que massimo me dio, aun seguía disgustada, estaba en mi alcoba duchada y en pijama con una bebe durmiendo en el centro de la cama.

Eran más de las 12 de la noche, y Massimo aun no regresaba, no me interesó saber quien estaba y quienes no en la mansión, no estaba. Lista para el interrogatorio de miradas que me daría por hablar con uno de los mayores enemigos de mi esposo.

Al cepillarme los dientes para dormir, me maree, me sostuve del filo del mueble.
Recordando mi calendario, fui a mi bolso por la libreta donde tenía mis ciclos y tenía al menos 4 semanas de retraso, y solo se podía suponer una cosa.

Fije mi vista a mi bebé de 8 meses de nacida, y no pude evitar llorar, sería una gran hermana mayor.