Oh no.
...
-¿Por qué no hay nadie aquí? -Pregunté comenzando a inquietarme.
-¿No te lo dije? -Conforme hablaba, él iba bajando de la cesta de forma estratégica y comenzó a caminar hasta mi.- Te llamaré siempre que no haya nadie. Tu así lo quisiste, ¿O no, To-mi?
Dios mío, juro que mis pies se congelaron.
El chico en sí no tenía su típico semblante irritado, se le veía normal con su expresión a medida que se acercaba a mi. Y eso creí hasta que estuvo a escasos centímetros de mi y me tomó del cuello con solo una mano. Sentí mi temperatura disminuir, mi piel palidecer más de lo normal y mis labios temblar, otra vez ese sentimiento de extremo temor.
-¿Dónde estabas?
Abrí mis ojos de inmediato y lo miré aturdida.
-En la investigación... -Intento no tartamudear.- Tengo puesta m-mi bata de laboratorio... Ahg. -Sus uñas se estaban enterrando en mi piel de forma horrible.
-¿No me mientes?
-No, no, no. Te lo prometo. -No pude pasar saliva, se me estaba cortando la circulación sanguínea y a parte la respiración. Llevé mis manos anteriormente a sus muñecas intentando sacarlo de su agarre, estaba imponiendo más fuerza.- Floyd... -Susurré.
Me soltó tan pronto pronuncié su nombre y caí hacia atrás de sentón. Tosí frenéticamente, sentía mi garganta arder tanto por fuera cómo por dentro. Mi pulso acelerado se estaba sintiendo hasta por mis orejas como el hormigueo de mi columna hasta mis manos y pies. Traté de no alzar la vista hasta el más alto porque sabía que me observaba atentamente. Él inmediatamente se agachó a mi altura y soltó una risilla floja que poca paciencia me trajo, luego su mano empujó repentinamente mi pecho hacia atrás.
Para mí sorpresa, él estaba sobre mi con sus manos en mis muñecas reteniendo éstas.
-Estoy cansado de que me evites, Tomi. ¿Por qué no aceptas que estás perdidamente enamorada de mi?
Di en cuenta todo su juego estúpido.
Algo en mi quebró de una forma tan estúpida, me sentí como una idiota al escuchar aquello y llegué a imaginarme detrás de él como una tonta enamorada. De verdad yo no sé qué demonios ocurre en su cabeza como para hacer todo esto una tortura, como para verme así tipo su "novia" y luego tratarme como se le plante la gana.
No sé que rayos tiene, o si en realidad está enfermo. Y comienzo a pensar que es así, porque esto claramente no es para nada, ni en la mínima, y ni siquiera se acerca a ser normal.
-Tu deberías aceptar que estás obsesionado conmigo, Floyd.
Él abrió sus ojos con enojo y levantó su puño a punto de golpearme. Reaccioné tan rápido como pude y con mi pluma en el bolsillo por fin utilicé mi magia única, tan solo fue alzar la voz.
"Cuidado con el iceberg"
Su cerebro se congeló y comenzó a quejarse, lo empujé hacia atrás con mi pie y de inmediato me arrastré hasta la entrada para así levantarme de inmediato y correr. Mis pasos dejaban huellas de escarcha que se desvanecían de inmediato, una ventaja para que no me siguiera. De todos modos el efecto dura un minuto y medio, cosa que debo perfeccionar para que dure más.
Dios, es la primera vez que me puedo defender de ese chico. Por fin, suspiré corriendo y mi corazón al tiro tratando de no salirse por mi boca.
Al cruzar por la puerta y girarme, choqué contra alguien. Casi caigo de no ser porque el sujeto tomó mi mano impulsandome hacia él. Primero soltó un cuidado y de inmediato supe de quién se trataba, eso me hizo brincar de emoción en mi interior.
-¿A qué hora llegaste acá? Te vi corriendo como loco por la escuela.
-¡Ah, Jamil! -Suspiré de alivio al verlo, rápidamente me coloqué bien de pie y me alejé un poco.
¡Mi salvación!
-Ah... Es que Floyd me había invitado a verlo jugar pero se me hizo tarde. -Sonreí con pena.- Si te preguntas que hacía corriendo es porque usé mi magia contra Leech y antes de que me la regresara salí lo más rápido que pude. -Reí un poco bajo.
-Ya veo. -Mostró seriedad.
-¡Ah, serpiente marina! ¿Qué haces aquí? -Esbozó una sonrisa, mi espalda se erizó pero mantuve ma discreción.
-Uhm, olvidé algo en los vestidores. Solo vengo de pasada. ¿Tu qué haces aquí, Leech?
-¡Jejeje! Pensaba enseñarle a jugar a langostita, así puede crecer más y parecer un verdadero hombre~
Un alivio, tan solo mostré un gesto de inconformidad pero al momento una idea me surcó a la mente.
-Más hombre seré que tú. -Suelto un bufido y de inmediato miro al Viper.- ¿Podrías unirte? Me gustaría que me enseñen dos. -Le miro suplicante.
Definitivamente no pienso quedarme aquí sola, si Floyd piensa que nadamás él puede jugar este juego, está completamente equivocado. Yo voy a voltearle la jugada cada que pueda, solo si así puedo salvarme de ese monstruo.
-Por favor~ -Suplico ante su expresión de desinterés. Muy en el fondo estaba pidiendo ayuda, no quería que se fuera tan rápido.
Vamos amigo, tu sabes cómo es Floyd. Tu sabes la clase de perdona que es, si tan solo pudieras entender la telepatía estaría rogándote de rodillas para que simple y sencillamente aceptes. Te lo pido como persona a punto de colapsar por tantos problemas.
Por un momento incluso hice mis ojos aguado evitando que el azulado me vea.
El moreno mostró un poco de impresión pero fue discreto con ésta y suspiró rendido. Aceptó sin más dudas, antes fue a recoger lo que se le había olvidado y también avisó a Kalim que estaría ahí por lo que el albino dijo que también vendría. En mi interior dejé escapar un fuerte suspiro, tanto la verdad en este año pero bien merecidos. En ese instante que aceptó le mostré mi cara de alivio sin querer, pero tan pronto como entramos de nuevo al gimnasio me mostré más entusiasta y poco temeroso.
Lo único que no sé es que cosa me deja más intranquila, que Floyd no paraba de mirarme o que Jamil no paraba de expresar confusión cuando me veía.
Solo queda decir... Fiuf.
...
Perdonen si está algo mal narrado, estuve un poco distraída y no supe cómo expresarme. Y por cierto, el picrew de arriba es tomi, lo único que hice fue dibujarle por encima la chamarra, linda noche uwu
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Bully [Twisted Wonderland] Floyd Leech x Fem!Oc
FanfictionDetrás de una mascara sin poder revelar quien verdad es, temiendo del qué dirán. Escondida en su refugio mental evitando al monstruo que decidió acompañarla el resto de su vida, no quiere más problemas, solo vivir su vida de estudiante; bajo la somb...