Bully [Twisted Wonderland] Floyd Leech x Fem!Oc

XXVII

No todas las serpientes son víboras.

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El mensaje se había mandado con éxito,  por un momento la presión en mi se fue y suspiré de alivio al haberme atrevido. Pero cuando el texto marcó leído, nuevamente me sentí como un tonto tratando de meterse en la vida de los demás. No tenía por qué, pero sentía una impotencia con solo mirar a ese chico, algo estaba mal con él.

Yo lo sé.

Me preocupaba como hacía con mi familia, ¿Por qué? No tengo idea y me molestaba. De todos modos, no perdía nada con hacerlo pero tampoco quiero metermes en un estúpido lío, en el cual obviamente seré participe. Y aquí viene la sensación de picor en el estómago, ese escribiendo me tiene los nervios de punta desde que comenzó.

Tobías.

"claro, voy en camino :0"

"Espero no sea nada malo, bro"

"No es nada malo. Nos vemos allá."

Suelto todo el aire contenido por haber respondido tan siquiera eso. De todos modos ya estaba cerca del lugar en donde le cité, así que solo era caminar unos pocos metros y... Esperar a que llegue. No sé dónde podría estar así que puedo soportar un plazo de tiempo.

Hoy me sentía demasiado irritado, no solo porque fue ridículamente difícil sacarme de encima a Kalim, sino que hacer este tipo de cosas no va conmigo en absoluto. ¿Yo ayudando a otros por voluntad? Es una locura, cualquiera que realmente me conociera (nadie realmente) me diría que estoy enfermo, y aunque ni siquiera haría un acto de voluntad por Kalim, no entiendo que de diferente tiene Tobías.

No niego que es una persona agradable, pero lo que no puedo en verdad negar es el hecho de haber estado cerca de él y notar actitudes extrañas. Lo admito, quizás no fui testigo de que tipo de eventos le dejaron como lo llegaba a ver pero todo fue por culpa de ese día donde, parecía no querer dejar de llover. El frío que emanaba ese chico era casi simular al polo norte, en mi vida había experimentado ese invierno, ni siquiera una noche en el desierto.

Pero entiendo el hecho de que cuando notas a alguien una vez, será como si ahora existiera en tu vida. Esa persona que no sabías de su existencia, por alguna razón ahora la vez en todas partes ya sea de lejos o cerca.

¿Por qué? Me preguntaba qué demonios pasaba con ese chico para verse tan mal cuando estaba solo. O por qué de pronto corría hacia la enfermería y se quedaba media hora esperando a la siguiente clase. ¿Por qué parece una persona distinta frente a sus amigos?

¿Qué sucede?

¿De verdad quiero saberlo?

-¡Jamil, qué onda! -Miré hacia su dirección y él saludó amigablemente.

-Saludos, Tobías. -Respondí cortés.

-¿Qué pasa? ¿Necesitas ayuda en algo? -Tobías se acerca a mi dejando claramente su distancia, después guarda sus manos en los bolsillos de su pantalón y frunce el ceño.

-Solo quería hablar de unas cosas contigo.

-Claro, adelante. -Es ahí cuando las cosas comienzan a cambiar en el ambiente. Este cambio de temperatura, como la primera vez que hablé con él, o cuando estaba por hablar de ésto anteriormente.

-¿Tienes tiempo, verdad?

-Si, si, no te preocupes. Puedes hablar de todo lo que quieras, soy todo oídos. -Ambos nos sentamos en una banca cercana, alejados de las personas más no tanto. El castaño se sienta recargando su espalda y mirando a mi dirección, mientras que yo me limito a no sonreír, solo expresar mi seriedad ante el asunto.

-En realidad, el que debe hablar eres tú.

-¿Cómo, perdón? -Alza una ceja desentendido. Ahora lo que sigue es su brazo, rascandolo frenéticamente.

-Ya te lo había dicho, no quiero meterme en tus asuntos ni en tu vida. Ah y, no tienes que responder a la pregunta de hace días, pero me intriga saber tu situación. Realmente... -Tomo una pausa. Llenandome de determinación asimilando mi posición como solo un ser más que trata de hacer una cosa totalmente diferente a lo acostumbrado. Aunque esto también me pasa por haberle hecho caso a Kalim ese día.- ¿Está todo bien?

Él ríe.

-¿Qué? Claro que sí, viejo. ¿Me ves cara de estar sufriendo?

-En realidad, todos los días la veo.

Y ese tedioso silencio que me dice más que mil palabras se hace presente en medio de nuestra conversación, generando más especulaciones en mi mente, intrigando más de mi y acercandome a este personaje que de pronto es un tema de interés en mi vida.

He estudiado cada signo de nervios de Tobías Wilson con solo mirarlo conversar con otras personas, y siempre, siempre es después de haber estado con-

-Quizás ves mal, no lo sé. -Sonríe extrañamente.-

Si, realmente quiero saberlo. Me rindo.

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-¿La anguila te está molestando aún?

No me arrepiento de haber convertido su buen humor en el pánico que sus ojos detonan. En como su garganta se contrae, en como sus manos aprietan su pantalón disimuladamente y para ser más obvio, el como sus ojos se abrieron impresionados. Pero no es tonto, lo supo mantener a raya todo, aunque me haya dado cuenta de sus movimientos, sé que trata de evitar darme a conocer los hechos con solo sus gestos.

-No eh, la verdad es que no. Floyd es algo así como un buen amigo, aunque no sabe escuchar... Ni ayudar a alguien triste, pero igualmente es bastante buen amigo. No tengo por qué-

-¿Por qué eres tan mentiroso?

Lo sabía.

Él estaba asustado.

Su piel blanca, el frío que se presenta y como le dejé nuevamente callado.

Sus ojos se hicieron vidrio, lo noté claramente y éste de inmediato miró al frente. Juntó sus manos y las entrelazó, agachando su cabeza y luego suspirando.

No tiene más qué decir.

-Creo que tienes demasiados amigos, pero me sorprende que no confíes en ninguno, Tobías.

Ya era suficiente tortura por hoy. Decidí retirarme y dejarlo en paz, no sin antes echarle una última mirada fijando mis ojos en como pasaba sus manos por su cabeza, arrastrando su flequillo y lo último en dejarme ver, fueron sus dientes presionados con unas gotas callendo a los lados.

Pero si no decide poner de su parte, no debería meterme más. Ya hice demasiado hoy. Quizás si logro converserlo de soltar todo, tendría pruebas suficientes para desenmascarar todo este alboroto que permanece en la penumbra. De lo contrario...

No podré hacer nada.

...