- ¿Cuánto fue de lo de Jeallybean? - pregunto sacando su billetera de la bolsa trasera de su pantalón.
- No fue nada, fue un regalo que yo le hice a ella - era verdad, además creo que Toni se infartaría con la cuenta, cualquier persona lo haría, excepto mi madre, que tiene cosas más importantes que hacer que revisar en que uso mi tarjeta.
- Claro que no, te lo pagare,¿cuánto fue? - pregunto nuevamente.
- Ya te dije...
- Si estas tratando de quedar bien, no lo vas a lograr comprando a mi hermana - me interrumpio y me señalo con su dedo índice.
- Es de mala educación señalar a las personas - baje su mano, - y no, no estoy tratando de quedar bien y mucho menos tratando de comprar a tu hermana, además, ¿por qué me interesaría quedar bien contigo?, ¿quién te crees?- levante una de mis cejas.
-¿Lo ves?, primero me besas, te beso, te haces la ofendida - hablo mientras daba pasos hacia mi y por ende comencé a retroceder, - dices que solo tú puedes jugar conmigo, luego te gusto y ahora no soy nadie importante - su mirada era tan intimidante, se me había acabado el espacio, no podía seguir retrocediendo gracias a la estúpida pared, - ves porque te considero una hueca, egocéntrica, que solo piensa en lo que quiere y le conviene, que... - no la deje seguir con la lista de mis defectos y como otras veces la tome del cuello y la atraje a mí, solo que ahora yo marcaba el ritmo evitando que notara mi inseguridad ya que no estaba muy confiada de que me siguiera. Pero al parecer me equivoque.
Apego su cuerpo al mío, tanto que ni la más mínima corriente de aire era capaz de pasar entre nosotras.
Posó sus manos en mi cintura sosteniéndome con firmeza, su lengua se introdujo de abrupto en mi cavidad, el roce de su carnoso miembro con el mío era algo delirante, el abastecimiento de oxígeno en mis pulmones comenzaba a disminuir.
Me separe de sus labios tratando de recuperar la mayor cantidad de oxigeno posible, eche mi cabeza hacia atrás dándole el acceso total a mi cuello, el cual comenzó a con desenfreno volviéndome totalmente loca.
Regreso a mis labios, rosaba, mordía, succionaba, hacía con ellos lo que le placía, y por mí no había problema alguno. Una de sus manos que masajeaban mi cintura la cual segundos después comenzó a bajar hacia mi cadera hasta llegar a mi pierna, alzo está a la altura de su cadera, y en automático entendí lo que quería, me sujete de su cuello y sin separar nuestros labios me levanto como si pesara menos que una pluma, rápidamente forme una llave con mis piernas alrededor de su cintura para evitar ser atraída hacia el piso.
Seguía besándome de esa manera tan intensa y única, ¿cómo podía causar tanto en mí con un simple beso? eran increíbles las sensaciones que me hacía experimentar.
Una de mis manos se mantenía en su nuca, atrayéndola hacia mí dándole mayor profundidad al beso, además me aseguraba de que no se alejara de mis labios, aunque dudo que este pensamiento le pasara por la mente.
Su lengua recorría cada centímetro cuadrado de mi boca, robándose por completo mi oxígeno, no podía más, queria seguir con ese beso pero necesitaba aire. Mi otra mano se encontraba en su mejilla, subí está haciendo hacia atrás los mechones rosas que caían en su frente, corrí mi rostro unos centímetros solo para poder respirar, pero ella no se detenía, ¿qué acaso pretendía matarme?.
Comenzó a bajar con sus besos por mi mejilla hasta llegar a mi cuello, por instinto eche mi cabeza hacia atrás, dándole el acceso total a esa zona tan sensible de mi anatomía.
Estaba haciendo lo que le placía conmigo, así que era ahora o nunca, más bien era ahora o más delante no podré detenerme.
La tome de la barbilla para la guiarla nuevamente hacia mis labios y besarla nuevamente, como si no hubiera mañana.
"Esta mujer no puede ser más provocativa" afirme en mi interior al mismo tiempo que en contra de mi voluntad la separaba de mis labios uniendo nuestras frentes. Abrí lentamente los ojos ya que aún estaba tratando de controlar mi sistema nervioso, sus labios estaban el doble de gruesos y de un rojo cereza.
Me había equivocado, si podía ser más provocativa.
Sus ojos color chocolate me miraban fijamente, mas no fríamente como de costumbre, tal vez me arrepentiría de lo que estaba por hacer.
- Y te volví a besar - susurre sobre sus labios con un tono victorioso, antes de deshacer la llave que había formado con mis piernas alrededor de ella y poner mis pies en el piso.
Me solto de la cintura al mismo tiempo que esquivaba mi mirada, la verdad yo esperaba un "¡ves cómo eres!" pero nada. Su cara era indescriptible, no sé si era enojo, decepción, fastidio, o tal vez una mezcla de todas. Acomode mi vestido y cabello antes de sacarle la vuelta.
- ¿Empezamos con la guía? - pregunte como si absolutamente nada hubiera pasado.
Me di la media vuelta para poder verla, pero ella seguía de frente a la pared y me ponía algo nerviosa, tal vez había alterado algo más que su respiración.
Se dio la vuelta y camino hacia mí, mis nervios aumentaron, todo tipo de cosas pasaban por mi mente, ¿un golpe?, ¿violación?, reí estúpidamente en mi interior por mis tontos pensamientos.
Estaba a solo unos centímetros de mí, pero no se acercó a mí como yo creía que lo haría, me saco la vuelta y se dirigió a la mesa que estaba detrás mia y tomo el enorme paquete de hojas, lo partió a la mitad aproximadamente y me lo entrego.
Sonreí y tome las hojas, mi objetivo era hacerla enloquecer por completo y si a la primera le doy el paquete completo no serviría de nada, además no soy tan fácil. En realidad no lo soy, solo a ella le estoy facilitando un poco las cosas.
Me senté en el sillón donde había dejado mi bolsa, Toni también se sentó pero del otro extremo del sillón, no era mucha la distancia ya que era un sillón solo para tres personas.
- ¿Por qué tan lejos?, no muerdo, a menos que quieras - tome un bolígrafo color rojo de mi bolsa y volteé a verla, una pequeña sonrisa comenzaba a asomarse en su rostro, pero al sentir mi mirada la desapareció.
- Oh vamos - alargue riendo, - sé que quieres reírte - le dije y solo negó con la cabeza sin despegar la mirada de las hojas.
- Te vuelvo loca, lo sé - dije entre risas.
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Me, Myself and I // Choni
Fanfiction- ¿Quién es ella? - pregunté, ya que como anteriormente dije, jamás le había puesto atención y vaya que era atractiva. - Olvidalo, ella no te hará caso ni en un millón de años - contestó sonriente. - Veronica, nadie rechaza... - Ella sí, como puedes...