Capítulo 32

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Finalmente, Toni aceptó, pero se negó a ir en mi auto, así que tuvimos que ir en el suyo.

Llegamos a una heladería que Jeallybean eligió ya que tenía una enorme área de juegos.

Tenían al menos veinte sabores de helados, los cuales Toni tuvo que mencionar al menos tres veces para que Jellybean pudiera decidir.

- ¡Fresa! - exclamó Jellybean, quien estaba en brazos de su hermana.

- ¿Me hiciste repetir los sabores tres veces, para elegir lo mismo de siempre? - le reclamó en juego y la pequeña rió al igual que la cajera, quien con una enorme y estúpida sonrisa no dejaba de mirar a Toni.

- Chocolate - dije de mala gana.

Como era de esperarse, no me dejó pagar. No precisamente por amabilidad, si no por su actitud de no deberle nada a nadie, - yo los había invitado - le dije molesta sentándome en uno de los cómodos y llamativos sillones del colorido lugar. No me respondió nada, sólo recargó sus codos en sus rodillas y cubrió su rostro

- ¿Por qué me dijiste que te comenzaba a agradar si no era cierto? - tomé la cuchara para llevar un poco de helado a mi boca.

- Yo no mentí - dijo volteando hacia mí, - me agradaba la Cheryl de ese día.

- ¿La Cheryl de ese día? - pregunté entre risas.

- Si - se recargó en el sillón y puso su brazo en el respaldo de este quedando su brazo casi a la misma distancia que mi hombro,
- despreocupada, sin maquillaje y sin todos esos accesorios de sobra.

- Con vestido, en pantalón, en short, con maquillaje o no, soy la misma.

- Claro que no - dijo seria, - nunca eres la misma, eres una en el campus, en tu casa, conmigo, con Veronica, con Midge, con mi hermana - tenía razón, - ¿y sabes qué es lo malo?.

- ¿Qué? - contesté intimidada.

- Que nadie sabe cuál es la verdadera - un silencio nos inundó.

Solamente entre nosotras, todo alrededor nuestro seguía con su ritmo común, oersonas platicaban, niños corrían de un lado a otro

- Entonces ya tenemos algo en común - la miré y Toni volteó esperando una explicación, - también en el campus eres otra, en tu casa, conmigo, incluso ayer eras otra - regresé mi mirada al helado que comenzaba a derretirse.

- No es...

- No digas nada - la interrumpí, no le estaba pidiendo explicaciones, - ¿Quieres? - le dije rompiendo el silencio nuevamente entre nosotras.

- Odio el chocolate - dijo negando con la cabeza.

- ¡Eres un mentirosa!, casi acabas tú sola con un pastel de chocolate que JB hizo, ¿y ahora lo odias?  - soltamos una risas, no podía negar que no era otra.

- Sólo comí un poco - dijo frunciendo el ceño y con una media sonrisa.

- Suguramente - dije sarcástica, tomé un poco de helado con la cuchara y la acerqué hacia ella, - solo un poco - me puse de rodillas sobre el sillón para acercarme un poco más.

- No - se negó nuevamente.

- Se derretirá y caerá en tu ropa - canturreé.

- Te dije que no - dijo riendo al mismo tiempo que me abrazaba por la cintura haciéndome quedar nuevamente sentada.

Nuestra distancia se había convertido a prácticamente nada, levanté nuevamente la blanca cucharilla para acercarla hacia ella y finalmente abrió la boca. Sonreí victoriosa y tomé su mejilla con mi mano libre. No necesité guiarla y mucho menos acercarme, ella entendió y se dirigió a mis labios. Subió su mano hacia mi cuello evitando que me separara, pero era algo que ni de broma haría.

- Tu mano está fría - dijo riendo entre besos, era lógico después de haber sostenido el vaso con nieve por algunos minutos.

Le sonreí y volví a unir nuestros labios.

Cogí su mano que estaba en mi cuello y la bajó para entrelazar nuestros dedos para que la temperatura de mi mano se regulara. Una vez más se alejó de mis labios y sus ojos se enfocaron en nuestras manos entrelazadas.

- Ya no está fría - fue lo único que logré decir y ella negó con la cabeza riendo.

Por un desconocido motivo, giré mi rostro y me encontré con algo inesperado, Veronica y Betty nos miraban más que sorprendidas. Betty reaccionó y volteé  a ver a Vero quien seguía con los ojos abiertos como platos.

Veronica había perdido la apuesta.

Me, Myself and I // ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora