Madeleine Hannover.
28 de septiembre, 2015.
–Hola, papá ¿Cómo estás? – le pregunto apenas responde la llamada.
Por suerte ya comenzaba a llevar mejor mis horarios y podíamos hacer llamadas a una hora decente con papá. Ahora mismo estaba saliendo de mi primera clase y me dirigía a la cafetería a la que Asher me había llevado el otro día.
–Estoy bien, cariño ¿Cómo estás tu? ¿Cómo te va en Londres? ¿Han sido buenos contigo? – pregunta.
Muerdo mi labio dudando sobre que decir y mi cabeza traicionera me recuerda que Asher ha sido muy amable conmigo aun cuando apenas me conoce.
–Yo estoy bien, papá – aseguro. –Londres es... diferente – me siento en la cafetería apenas llego. –Pero diferente de buena forma, porque solo me incita a querer quedarme y se podría decir que, si han sido buenos conmigo, teniendo en cuenta que solo conozco a Josh y que a muchos les fastidia mi acento, no he logrado conocer mucha gente, ya sabes... cosas de recién adaptarse a un nuevo país – le digo.
–¿Ósea que no quieres regresar a Chicago? – pregunta con fastidio. –¿Pero no has conocido a nadie? – suena asombrado.
Suelto un bufido.
–Bueno he charlado un par de veces con una chica que va un curso arriba del mío, eso es todo – respondo. –¿Cómo está Maggie? – cambio de tema.
Entonces mientras me tomo un café y un pequeño pastel sigo charlando con papá que me cuenta sobre su trabajo, Maggie, además de reclamar mucho sobre como los fines de semana familiares ya no tienen sentido sin mí. Me hace reír y también me molesta algunas veces.
Papá definitivamente es lo único que me ata a Chicago.
–¿Has sabido algo de mamá? – pregunto jugando con mi cuaderno de dibujos ya que aun sigo luchando con los ojos de Asher.
A veces quiero arrancar el dibujo cuando pienso: ¿Por qué lo dibujas, Madeleine? Pero entonces recuerdo que Asher no es la única persona o hombre cuyo rostro esta dibujado en mi cuaderno, pero si es el único rostro que me ha dado problemas para acabarlo y es que aun no he llegado ni a la mitad. Simplemente me estanque en sus ojos y no logro avanzar para nada.
–No he sabido nada de tu madre, lo siento – se disculpa.
Suelto un suspiro algo abatida.
–No te preocupes, era de esperar... después de todo ustedes ni siquiera hablan – murmuro. Miro la hora y suelto un jadeo.
–¿Qué pasa? – pregunta papá preocupado.
–Nada papá, es solo que voy llegare tarde a mi clase si no me voy ahora, adiós, te quiero – me despido cortando la llamada sabiendo que dejara un mensaje despidiéndose.
Por suerte llego unos minutos antes de que mi clase comience y me encuentro con Gabrielle que esta saliendo de la universidad. Yo la saludo haciendo un gesto con mi mano y ella me sonríe acercándose a mí.
–Madeleine, que gusto verte – me saluda.
–¿Cómo estás? – pregunto.
–Yo estoy bien, ahora estaba saliendo de mi ultima clase... así que estoy esperando a mi hermano, por cierto, ahí viene – sonríe.
Me volteo a verificar lo que dice y efectivamente Asher viene caminando hacia nosotras, alzo una mano con un poco de timidez para saludarlo y él sonríe en respuesta. Entonces miro la hora y suelto un leve suspiro.
ESTÁS LEYENDO
Los dibujos del príncipe [#1] NUEVA VERSIÓN
RomanceSe suponía que dejaría chicago para dejar atrás los problemas que tenía constantemente con mamá. Pero bien dicen que los problemas siempre te perseguirán, lo cual es cierto y a mí me siguió el peor de los problemas que he conocido. Ni siquiera luche...