Capítulo 12.

6.8K 694 253
                                    

23 de octubre, 2015.

Casi no había dormido.

Ese recuerdo no salía de mi cabeza.

Pero aun así no deje que Asher se fuera, no podía quedarme sola. Sabía que Maggie no volvería esta noche y Asher era el único que aceptaba mi silencio, respetaba mi espacio y aun así me ayudaba.

Simplemente Asher no podía irse y es por eso que él ahora se encuentra dormido a mi lado, mientras yo lo miró fijamente. Luce tan sereno y tranquilo.

–Madeleine, cariño.... Oh, cielos – dice Maggie quedándose paralizada.

Cierro mis ojos con fuerza y me siento con rapidez en la cama arreglando mi pijama.

–Mierda – siseo avergonzada.

Tengo dieciocho años, pero esta era la primera vez que me encontraban con alguien en la cama y eso que nada había pasado.

Miro fijamente a Maggie que luce impactada a la vez que mira a Asher que está dormido en mi cama y abrazando la almohada que le coloqué para que no notara que me fui.

Llevo uno de mis dedos a mis labios indicándole a mi madrastra que guarde silencio y le hago una seña para que salga de mi habitación.

Y sin hacer ruido salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina que es donde Maggie me espera mientras cocina algo que huele a huevo.

–¿Qué cocinas? – le pregunto sentándome en una silla.

–Hago huevos – murmura.

Asiento y muerdo mi labio.

–¿Ocurrió algo entre ustedes? – pregunta mirándome.

Suelto un quejido y restriego mi rostro con mis manos.

–Nada, porque entre pánico – digo en susurro.

Maggie me mira apenada.

–¿Por qué entraste en pánico? – pregunta.

Sorbo mi nariz e intento limpiar mis lágrimas.

–Tuve un flashback de esa noche – susurro.

Maggie palidece y se acerca a mí con rapidez.

–¿Qué? ¿Asher te lastimo? – pregunta.

Niego con mi cabeza.

–No, él fue muy comprensivo, yo le pedí que se quedara porque no quería estar sola – le digo. Ella asiente luciendo un poco menos tensa, pero igual de manera preocupada.

–¿Te gustaría hablar sobre lo que recordaste? – pregunta con cuidado.

–Él estaba arriba de mí y me pedía que me relajara... – sollozo. –Me estaba tocando por dentro de mi pantalón de pijama y yo... yo no podía moverme, me tenía inmovilizada, estaba en shock...

Maggie se voltea al lavaplatos y vomita, me levanto con rapidez para acercarme a ella.

–Dios mío ¿Estás bien? – le pregunto y le entrego algo para que se limpie.

Los hombros de Maggie se sacuden y se voltea a abrazarme mientras llora, lo que provoca que yo también comience a llorar.

–Lo siento tanto – dice llorando.

La abrazo sin saber que responder.

–No es tu culpa...

–Tampoco es la tuya, cariño... jamás lo será, jamás lo fue. Eras solo una niña, no sabias cómo reaccionar – vuelve a sollozar.

Los dibujos del príncipe [#1] NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora