Capítulo 15.

7K 648 179
                                    

Papá no está hablando, ni siquiera se está moviendo... solo me mira fijamente.

–¿Por qué nunca me lo dijiste? – pregunta dolido y rojo.

–Porque no era algo de importancia... – intento.

–¡Debes dejar de restarle importancia a las cosas que te suceden! ¡Esto es grave! – exclama.

Por instinto doy unos pasos hacia atrás y las lágrimas siguen bañando mis mejillas. Maggie intenta tocar a papá, pero él hace un movimiento brusco para que quite su mano de su hombro.

–Maggie, no – dice.

Niego con mi cabeza en dirección a Maggie para que no siga intentando calmarlo.

–Papá, por favor cálmate... asustas a Maggie – digo lentamente.

Pareciera que algo se conecta en su cabeza, pero eso quiere decir que no me deja de mirar con dolor.

–¿Quién fue? – pregunta.

Niego con mi cabeza.

Se acerca lentamente a mí y yo suelto un sollozo.

–Por favor, dime quien fue, Madeleine – toma mi rostro entre sus manos.

Solo logro llorar, no me veo capaz de responderle.

Asher se aclara la garganta.

–Señor, con todo respeto, creo que debe calmarse para hablar con Madeleine.

–No me digas que debo hacer con MI hija – le pide papá.

Me alejo de papá y me abrazo a mí misma.

–Solo quiero saber quién fue – se escucha herido, como si cada parte de él ardiera.

Y me duele ver a papá así, pero realmente no sé quién fue.

Niego con mi cabeza.

–No lo sé – vuelvo a sollozar.

Papá finalmente libera sus lágrimas, pero no solloza. Está rojo y podría asegurar que es por lo contenido que se encuentra.

–¿Cómo pudiste avanzar tu sola? – pregunta.

Me niego a decirle que Maggie es quien me ha estado ayudando últimamente, no ahora que ellos están bien y esperando un bebé.

Esto arruinara las cosas entre ellos.

–Yo... – intenta decir Maggie, pero niego con mi cabeza.

–Yo... yo solo – me atraganto al hablar. –Me convencí a mí misma de haberlo soñado... ya habían pasado tres años y...

Maggie niega con la cabeza.

–Yo la estoy ayudando, por eso viaje a Londres, porque yo lo sabía – dice.

–Maggie – digo con pesar.

Papá me mira fijamente, no se voltea a ver a Maggie.

Cierro los ojos fuertemente y aprieto mis labios.

–Paso cuando tenía quince, yo simplemente... tenía mucho miedo de saber que había ocurrido realmente y me aferre a la idea de que era un mal sueño y luego mamá solo me lo recordó, no supe cómo reaccionar y llame a Maggie... – digo sin abrir los ojos.

–¿Por qué no me lo dijiste Maggie? – se voltea verla.

–No era mi verdad para contar – dice.

–Yo la obligue papá... yo le rogué que no lo hiciera, ya habías pasado por mucho por mi culpa – digo.

–Eres mi hija... ¡Eres mi hija, eres lo único que me importa! – pasa sus manos por su cabeza.

Los dibujos del príncipe [#1] NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora