Capítulo 24.

6K 565 270
                                    


28 de febrero, 2016.

–¡Asher! – corro a abrazarlo cuando lo veo fuera de mi facultad.

–¿Me extrañaste? – pregunta con diversión al ver que no lo suelto.

Suelto un bufido y niego con mi cabeza.

–¿Cómo crees que iba a extrañarte? Obviamente no lo hice – digo con seriedad.

–Eso lo vi en los videos de Jaden me envió – me mira divertido.

Mis mejillas se sonrojan.

–Estaba muy ebria, no sé qué me sucedió – murmuro con vergüenza.

–Tal vez te paso que estabas pasando el rato con tus amigos – sonríe de lado.

Suelto un bufido.

–Creí que volverías mañana – menciono.

–Volví hace una o dos horas, por eso estoy aquí – se encoje de hombros.

–Entonces ¿Qué haremos ahora? – pregunto cuando nos subimos al auto.

–¿Puedo pedir mi show privado de porrista? – pregunta.

Me sonrojo y niego con mi cabeza.

–Jamás me volverás a ver en ese traje – aseguro.

–¿Segura? ¿Quieres apostar? – me reta.

Entrecierro mis ojos.

–Depende.

–¿Dé?

–¿Qué gano yo? – me cruzo de brazos.

–Otra escapada a la playa y una maratón de tu serie favorita – dice.

Sonrío ampliamente.

–¿Qué tal si empatamos?

–Ambos cumplimos – sentencia.

–Muy bien... – vacilo un poco. –¿Qué haríamos? – pregunto.

–¿Podríamos jugar a las damas? – sugiero. –Tengo un tablero en casa que mi abuela me regalo – me encojo de hombros.

–Entonces vamos a tu departamento – sentencia.

++++++++++++++++++++++

–No... es literalmente imposible que cualquiera de los dos gane – me quejo con el ceño fruncido.

–Entonces déjate ganar – sonríe.

–¿Por qué no podrías dejarte ganar tu? – cruzo los brazos sobre mi pecho.

–Entonces lo marcamos como un empate – se encoje de hombros. –Es incluso mejor, ambos ganamos lo que queremos – sonríe de lado.

Suelto un suspiro y me levanto para ir a mi habitación y buscar el traje de porrista. Me lo coloco y me arreglo el cabello, salgo de mi habitación y me voy a la sala donde Asher me espera con una sonrisa.

Alzo mis brazos y le sonrío cuando él suelta una risa al verme.

–Te advierto que no voy a bailarte, porque las probabilidades de que me caiga son muy grandes – lo apunto con mis pompones.

–No necesito bailes, solo con verte ya me siento completo – asegura.

Suelto un bufido.

–Ridículo – mascullo, pero la sonrisa no se va de mi rostro.

–¿De verdad son tus viejos uniformes? – pregunta.

Asiento.

–De verdad, jamás creí que podría volver a entrar en uno – me doy una vuelta.

Los dibujos del príncipe [#1] NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora