Se aceptan pedidos de:
- Damon Salvatore o Ian Somerhalder
- Klaus Mikaelson o Joseph Morgan
- Elijah Mikaelson o Daniel Gillies
- Stefan Salvatore o Paul Wesley
- Kol Mikaelson o Nate (Nathaniel) Buzolic
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Estabas cansada de que, cada vez que Elena Gilbert necesitaba algo, Damon, tu enamorado, estuviera para ella. Te preguntabas por qué siempre ocurría eso. Todos tenían problemas, el mundo no giraba alrededor de ella.
Pero todo eso cambió cuando llegaron los Originales. Rebekah se convirtió en tu única y mejor amiga, Elijah en una especie de hermano mayor, y Kol en tu compañero de travesuras (ambos se divertían haciéndole bromas pesadas a Klaus o a Rebekah).
Flasback:
Tú y Kol le pusieron laxante al vino de Rebekah. Un tiempo después, su grito resonó desde el baño:
—¡Maldita sea, Kolllll! ¡Tú y tu amiga me las van a pagar!
Mientras te reías junto a Kol, escondidos con Klaus, le contabas sobre la broma. Lo que no habías notado era el brillo en los ojos de Nik, ni el tuyo, algo que solo Kol pareció percatarse.
Fin del Flashback
Habías perdido a la única persona que te quedaba: tu hermana. Después de una larga batalla contra el cáncer, ella no resistió. Tu casa se sentía cada vez más vacía. Los Originales, sin embargo, estaban allí para apoyarte. Nadie más lo sabía, solo ellos. Te dejaron quedarte en su mansión unos días. Al regresar, te diste cuenta de que nadie se había enterado, ni siquiera Damon. Eso te hizo sentir que no le importabas.
Nik, como tú lo llamabas, ya que te parecía más personal, hacía todo lo posible por verte feliz. Desde llevarte a un picnic hasta organizar un viaje improvisado a uno de tus lugares favoritos, tomar fotos y hacerte un retrato.
Flasback (Cita en Paris):
Damon había ido a cuidar de Elena, porque siempre era un imán de problemas. Era su aniversario, y aunque se disculpó y te prometió la mejor noche de tu vida, la decepción te invadió. Pensabas que al menos él estaría contigo, dándote apoyo por lo de tu hermana, que apenas había pasado una semana, pero al parecer ni siquiera lo sabía.
Nik, al verte así, te preguntó cuál era tu lugar favorito.
—Amor, déjame decirte que Damon es idiota, pero eso ya lo sabes. —dijo, mientras tú solo rodabas los ojos.
—Ya lo sé, pero eso no evita que esté triste. Es nuestro aniversario y él está con ella. Además, pensé que estaría conmigo, por lo de mi hermana. Pero parece que ni siquiera lo sabe.
—Tengo una idea, ¿qué lugar siempre has querido conocer?
—París. Siempre quise ir ahí, ver la Torre Eiffel y disfrutar de la vista desde ahí, con una cena.
Nik sonrió, confiado.
—Bien, amor, no hagas planes. Empaca ropa para dormir y algo para abrigarte. También lo necesario para tu aseo personal, aunque si quieres, olvídalo. Pero no olvides tu celular. Te llamo en una hora, espérame lista.
